Mientras el crecimiento de las principales economías mundiales se ralentiza como consecuencia de la elevada inflación, exacerbada por la guerra en Ucrania, muchos economistas esperan que China vuelva a acudir al rescate del mundo.
Pero la situación es muy diferente a la de 2008 cuando la economía china, entonces en rápida expansión con un enorme estímulo desencadenado por el gobierno de Pekín, ayudó a los países occidentales a recuperarse mucho más rápido de la crisis financiera.
Esta vez los problemas económicos de China son más graves. El gobierno ya ha renunciado prácticamente al objetivo de crecimiento del 5,5% del PIB para este año y el primer ministro Li Keqiang advirtió el mes pasado que había poco interés en estos momentos en una política más expansiva.
La actividad empresarial y de consumo de la segunda economía más grande del mundo se ha visto obstaculizada por la política de “cero covid” de Pekín, que ha dejado a trabajadores en cuarentena durante meses en decenas de ciudades, obligando a muchas empresas a cerrar su negocio.
Los dirigentes chinos se resisten a dar marcha atrás a esta política draconiana por miedo a desencadenar una crisis mayor.
China no puede aprender a vivir con covid
“China no ha vivido con covid como el resto del mundo. Por lo tanto, se produciría un caos económico si el virus arrasara repentinamente con el país”, dijo Jacob Gunter a la DW, analista principal del Instituto Mercator de Estudios sobre China (MERICS, por sus siglas en inglés), con sede en Berlín.
“No hay ninguna inmunidad acumulada ya que se negaron a importar las vacunas de ARNm, no tienen un sistema sanitario muy avanzado y hay mucho escepticismo ante las vacunas”, opinó.
A eso se suma el reciente desplome del sector inmobiliario que casi provocó la quiebra de uno de los mayores constructores del país, China Evergrande.
Los compradores de viviendas chinos han dejado de pagar las hipotecas de los apartamentos inacabados, los préstamos bancarios para la compra de propiedades han caído por primera vez en una década.
“La caída del sector inmobiliario es el mayor problema (en comparación con la política de cero covid)”, dijo Craig Botham, economista de China+ en el centro de investigación Pantheon Macroeconomics.
“La economía ha demostrado que puede recuperarse rápidamente de los cierres, pero el daño de la caída de los precios de los activos en un sector que representa el 30% del PIB es mucho más pernicioso. Los hogares, los bancos y los gobiernos locales tienen malos balances”, señaló.
China recorta los tipos de interés mientras el mundo los sube
El banco central chino ha recortado esta semana los tipos de interés, después de que la producción industrial y las ventas minoristas crecieran menos de lo previsto y la demanda de petróleo cayera un 10% interanual en julio.
“Es lo contrario de lo que ocurre en el resto del mundo, donde los países están subiendo los intereses”, dijo Gunter a DW y añadió que los consumidores chinos no quieren gastar dinero por temor a ser obligados a hacer cuarentena y quedarse sin ingresos.
A diferencia de 2008, cuando el estímulo monetario de 4 billones de yuanes (586.000 millones de dólares, 579.000 millones de euros) de China ayudó a estabilizar la economía mundial, es probable que el impacto de cualquier futura política expansiva de Pekín sea limitado para Occidente, analizó Botham.
“Sin embargo, el enfoque en las políticas del lado de la oferta, y la debilidad de la demanda china, significará que China exportará desinflación e incluso deflación al resto del mundo en los próximos 12 meses, ayudando a enfriar la inflación global”, concluyó.