Economistas esperan un ajuste al alza en las proyecciones de inflación del Banco Central, para el próximo Informe de Política Monetaria.
La Tasa de Política Monetaria también podría acercarse al 9%, golpeando las tasas del mercado que ya alcanzan los niveles más altos en siete años, para los préstamos hipotecarios y de consumo.
Lo hemos visto en las cifras y ha quedado cada vez más claro que las proyecciones del Banco Central respecto a la inflación quedaron obsoletas; y lo más probable es un ajuste en el pronóstico anual.
Este panorama podría sincerarse en el próximo Informe de Política Monetaria, algo que en el instituto emisor ya están preparando para presentar el próximo 8 de junio.
¿Cuál era el pronóstico que se hacía en marzo? Que la inflación llegara a un tope de 10% a mediados de año para caer a 5,6% en diciembre. Hoy, la inflación en doce meses ya está en 10,5%.
Si bien es esperable que las cifras se moderen hacia el segundo semestre, según reconoce el decano de la FEN de la UST, Enrique Paris, también es claro que los pronósticos van a subir con fuerza.
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La contracara de los mayores niveles de inflación también tiene que ver con la Tasa de Política Monetaria y su impacto sobre las tasas de interés de mercado. El último ajuste fue pronunciado y elevó el tipo de interés desde 7 a 8,25%, límites que no estaban sobre la mesa en marzo.
Lo cierto es que ese cálculo también quedó desactualizado y probablemente el BC irá a buscar un nuevo incremento. Así lo explica Cristián Echeverría, director del Centro de Estudios en Economía y Negocios de la UDD, quien en todo caso dice que acá tampoco habrá un ajuste tan pronunciado, tomando en cuenta la mirada de largo plazo.
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El efecto de la TPM no se ha visto con total claridad aún en la caída de las cifras de inflación, que están muy ancladas al escenario internacional, pero ya tienen algún efecto sobre el mercado local.
Los últimos datos apuntan que las tasas de interés promedio se mantienen en los niveles más altos desde el 2015 para los préstamos de consumo, los más altos desde el 2009 para créditos comerciales, y los más elevados desde el 2014 para el crédito hipotecario.