Ahogado por las deudas e incapaz de tranquilizar a inversores y clientes airados, el gigante inmobiliario chino Evergrande reanudó este jueves su cotización en la bolsa de Hong Kong con importantes pérdidas.
Los temores por un colapso inminente del grupo y su repercusión en la economía china han sacudido los mercados.
A continuación, un resumen del ascenso y posterior caída de Evergrande:
1996: Comienza el sueño
El empleado de una fábrica de acero Xu Jiayin funda Evergrande en un país en rápida urbanización y con millones de nuevos hogares de clase media entrando en el mercado de la propiedad.
2009-10: Empieza la expansión
En 2009 entra en la bolsa de Hong Kong y un año después se hace con el club de fútbol Guangzhou, rebautizado como Guangzhou Evergrande. El grupo gasta fortunas en estrellas extranjeras y gana nueve de diez títulos de la Superliga china.
La compañía penetra en el negocio de los lácteos, los cereales y el aceite, y luego intenta producir coches eléctricos, iniciando una espiral de fuerte endeudamiento.
2017: El hombre más rico de Asia
Xu se convierte en el hombre más rico de Asia con una fortuna valorada en 43.000 millones de dólares.
2018: El Banco Central advierte
En noviembre aparecen las primeras señales de alarma. El banco central incluye al conglomerado en su lista de empresas altamente endeudadas a vigilar, advirtiendo que un potencial colapso podría conllevar riesgos sistémicos.
Agosto 2020: “Tres líneas rojas”
Los reguladores anuncian nuevas limitaciones para tres ratios de endeudamiento, las “tres líneas rojas”, con el propósito de reducir el apalancamiento del sector inmobiliario.
Evergrande vende un 28% de su unidad de gestión de propiedades por 3.000 millones de dólares y empieza a desprenderse de propiedades con importantes descuentos.
Junio 2021: Limitan los depósitos
En su reordenamiento del sector, los reguladores ponen coto a la práctica de cobrar depósitos de los futuros compradores antes de que el inmueble esté terminado, una importante fuente de financiación para los promotores.
Con las nuevas reglas, los gobiernos locales ponen un límite de depósitos, los retienen y los entregan por tramos a los promotores tras revisar el progreso de los proyectos.
La firma Capital Economics estima que Evergrande tiene más de 207.000 millones de dólares en compromisos de preventa a finales de junio vinculados a 1,4 millones de casas que debe construir.
Agosto 2021: Batallas judiciales
Un anunciantes denuncia la compañía por tarifas impagadas, el primero de una serie de acciones similares de subcontratistas nerviosos. Las obras de varios proyectos quedan paralizadas.
Empresas de calificación de la deuda como Fitch, Moody’s o S&P rebajan la nota de Evergrande, lo que dificulta al grupo conseguir nuevos créditos y alienta los temores de quiebra.
Evergrande reconoce que sus deudas superan los 305.000 millones de dólares y que enfrenta “riesgos de impago”.
Septiembre 2021: Protestas
Crece la incertidumbre sobre el futuro del gigante, que admite estar bajo “tremenda presión”, en parte por la cobertura mediática negativa.
Inversores, socios comerciales y compradores organizan unas raras protestas públicas frente a la sede central de la compañía en Shenzhen (sur) y en otras ciudades chinas.
Octubre 2021: Las acciones se hunden
Evergrande, que ya ha dejado impagados algunos reembolsos, suspende el 4 de octubre su cotización en la bolsa de Hong Kong a la espera de anunciar una “importante transacción”.
Dos semanas y media después, el 21 de octubre, sus títulos vuelven a cotizar y registran caídas del 10% en la apertura.
Horas antes, el grupo había comunicado el colapso de la operación para vender su unidad de servicios de propiedad por 2.580 millones de dólares.
A mediados de octubre, el banco central china asegura que los riesgos vinculados a una crisis de Evergrande eran “controlables”.