Cuba exigirá residencia permanente en la isla a toda persona que quiera ser dueña o socia de una Pyme privada, según la reglamentación publicada este jueves en la Gaceta Oficial.
Tras 52 años sin empresas privadas nacionales, el gobierno cubano aprobó a principios de mes la ley que autoriza lo que en la isla se denomina Mipymes -Micro, pequeñas y medianas empresas- una medida que avanza hacia las reformas económicas en el país socialista.
De acuerdo con el nuevo reglamento, las empresas privadas estarán formadas por “personas naturales, residentes permanentes en Cuba, mayores de 18 años”, un requisito a tener en cuenta por los cubanos emigrados o extranjeros interesados en invertir en la isla. Mientras que las estatales estarán formadas por “personas jurídicas”.
Las Mipymes podrán ser de propiedad privada, estatal o mixta y ocuparán entre 1 y 10 personas las micro, 11 a 35 personas las pequeñas y 36 a 100 las medianas.
Según el texto, las empresas, que serán aprobadas por el ministerio de Economía, tendrán “autonomía empresarial” y facultades de “exportar e importar”, de acuerdo a las leyes vigentes, lo que quiere decir que será a través de una empresa estatal que actúa como intermediaria en ese comercio.
Pero podrán “definir los productos y servicios a comercializar, así como sus proveedores, clientes, destinos e inserción en los mercados”.
También podrán fijar el ingreso de sus trabajadores, respetando los mínimos salariales establecidos en la ley y podrán “realizar las inversiones que se requieran para su desarrollo”.
De manera escueta, el decreto asegura que las Mipymes “tienen acceso a los fondos de financiamientos que se establezcan para ellas”, algo que preocupaba a economistas que planteaban la necesidad de una ayuda estatal de fomento.
Otras 23 normas regulan otros aspectos de estas empresas, así como la formación de cooperativas no agropecuarias y el trabajo por cuenta propia (privado, individual).
Los pequeños negocios privados desaparecieron en Cuba en 1968, cuando fueron intervenidos por el Estado en la llamada “Ofensiva Revolucionaria”, encabezada por Fidel Castro que encaminó a la isla dentro del modelo comunista soviético.
Pero el crecimiento del trabajo por cuenta propia, legalizado en la década de 1990, dio lugar a pequeñas empresas que funcionaban sin el marco legal regulatorio que ahora se adopta, tras varios años de espera.