“Un regalo maravilloso”: la estadounidense Melissa Paul se convirtió este año en la primera “nómada digital” de Croacia, gracias a los permisos de residencia creados por el país para promover su sector turístico, muy afectado por el coronavirus.
Con la pandemia, el empleo a distancia se ha disparado en todo el mundo, al igual que el deseo de algunos de teletrabajar lejos que sus hogares.
“Croacia es hermosa, la vida es bonita, asequible en comparación con otros lugares, el clima es estupendo, el acceso a internet es bueno”, dice Melissa Paul, una consultora de marketing de 53 años que vive en Labin, una pintoresca ciudad con vistas al Adriático.
En enero, obtuvo el primer visado creado especialmente por el gobierno para atraer a teletrabajadores de fuera de la Unión Europea.
Por el momento, el fenómeno es marginal, pero las autoridades esperan ampliarlo.
Croacia ha modificado la Ley de Extranjería para permitir a estos nómadas de fuera de la UE obtener visados de residencia de un año y estar exentos del impuesto sobre la renta.
Los solicitantes deben demostrar que teletrabajan, tienen vivienda, seguro médico y unos ingresos superiores a 2.200 euros al mes.
Melissa Paul, que diseña blogs y gestiona las cuentas de redes sociales de artistas y diseñadores, se encuentra entre el centenar de candidatos, la mitad de los cuales son británicos o estadounidenses.
“Experiencia única”
Por el momento, una treintena de personas obtuvieron el permiso y el gobierno espera que estos visados se disparen una vez que se levanten las restricciones de viaje relacionadas por el coronavirus.
Una quinta parte de los ingresos de Croacia, un país de 4,2 millones de habitantes, proceden del turismo, muy afectado por el colapso del sector a nivel internacional.
En 2020, el número de turistas se dividió por tres hasta siete millones. Los ingresos del sector cayeron un 50%, hasta los 4.800 millones de euros (5.850 millones de dólares).
Dubrovnik, la ciudad considerada la joya del Adriático, y que antes de la pandemia se enfrentaba al problema del turismo de masas, se ha visto especialmente afectada.
La mayoría de los turistas viajan a esta ciudad en avión, al contrario de las regiones del norte y el centro, accesibles en coche desde Austria, Alemania y Eslovenia y que sobreviven mejor a la crisis.
El programa especial de visados fue ideado por Jan de Jong, un empresario holandés que el año pasado se dirigió al primer ministro Andrej Plenkovic a través de las redes sociales.
Seis meses después, el sistema ya estaba en marcha. “En general, Croacia ofrece una experiencia única”, dijo, citando la belleza del paisaje, el modo de vida y los vínculos con el resto de Europa.
Pero Croacia no es el único país con esta iniciativa.
En Europa, Estonia puso en marcha su propio sistema de visados el año pasado, mientras que países como la República Checa e Islandia ofrecen permisos de residencia similares.
Mucho más lejos, Antigua también está intentando atraer a los teletrabajadores, igual que ya está haciendo Bali (Indonesia).
Los operadores turísticos creen que el fenómeno se extenderá a muchos otros países.
El ministerio de Turismo considera que el programa es una forma de diversificar el sector a largo plazo, y no solo una solución temporal por los daños del covid-19.
“Aquellos que quieran hacer de Croacia su oficina temporal, y que se enamoren de nuestra naturaleza y cultura (…) pueden convertirse en nuestros mejores agentes publicitarios”, dijo el ministerio en un comunicado.