Patrick Dwyer, director general en Boston Private Wealth Management & Trust, aseguró que las familias chilenas más millonarias están dejando el país para establecerse en Estados Unidos, específicamente en Miami, estado de Florida.
El experto en inversiones escribió una columna donde señaló que “hemos visto como algunas de las mayores fortunas del país han venido a nuestra oficina, en la mitad de la pandemia, buscando cambiar el domicilio de las inversiones. No solo eso: buscan la ciudadanía estadounidense para ellos o miembros de sus familias”.
Dwyer, experto en asesorías patrimoniales privadas, señaló que “en el pasado no teníamos ningún cliente chileno, pero desde fines de 2019 y con la llegada de la pandemia, vemos que cada semana llega por lo menos uno a pedirnos asesoría, porque quieren reubicarse en esta ciudad. Hoy el 20% de nuestros clientes son de Chile“.
Si en el pasado el destino favorito era Nueva York, hoy Miami gana adeptos por la conectividad, la infraestructura, la calidad de vida y, por cierto, la presencia del idioma español.
El experto indicó a El Mercurio que “todos pensaban que Chile era el lugar perfecto, donde nada malo podía pasar y era la envidia de la región, con los mejores estándares de vida. Pero hoy está enfrentando los mismos problemas populistas que sus vecinos, y eso es triste. La gente rica está asustada y cuando la gente rica se asusta, se van y eso está ocurriendo en Chile. Lo que habría demorado unos siete años ocurrió de la noche a la mañana”.
“El populismo está en todas partes, también en Estados Unidos, y es una real amenaza para las familias ricas en cualquier lugar del planeta (…) Las familias chilenas más ricas están preocupadas y han optado por tomar su dinero, venirse a Miami, comprar una propiedad, abrir una cuenta bancaria, armar una red de contactos y establecer su domicilio”, agregó.
Además, Dwyer relató que varios de sus clientes evalúan convertirse en ciudadanos estadounidenses. Para partir, obtienen una visa de inversionista gracias a su alto patrimonio, el que parte en 25 millones de dólares y puede llegar hasta los 1.700 millones de la moneda norteamericana.
Incluso, aseguró que dos de las familias más ricas del país buscan oficinas para establecer sus “family offices” en el mismo piso donde opera la empresa para la que trabaja.