La economía chilena se contraerá 6% este año, la peor cifra en 38 años, debido a la pandemia del coronavirus, mientras que en 2021 iniciará una recuperación gradual apoyada en el consumo privado, indicó este martes la OCDE.
La pandemia empujará a la economía chilena “a su punto más profundo desde la recesión de 1982”, indicó el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), que reúne a 37 países, quienes en conjunto representan el 60% del PIB mundial.
Como consecuencia de esta caída, el desempleo alcanzó “un mínimo histórico después de que casi el 25% de la fuerza laboral perdiera sus trabajos”.
Las medidas adoptadas por el Gobierno de Sebastián Piñera, como la entrega de bonos y cajas de alimentos, y la posibilidad de retiros anticipados de los fondos de pensiones privados, que permitieron una inyección de unos 17.000 millones de dólares, “previnieron una contracción más profunda”, según la organización.
“Los sólidos marcos de política fiscal y monetaria de Chile permitieron a las autoridades adoptar medidas audaces, que previnieron una contracción más profunda y están evitando cicatrices más profundas de la pandemia”, según la OCDE.
El organismo estima que en 2021 Chile crecerá un 4,2% y que “está preparado para una recuperación gradual durante los próximos dos años”. El consumo privado será el “motor principal” de la mano de las ganancias del empleo formal y los subsidios a la contratación.
Sin embargo, la recuperación económica está condicionada “por una alta incertidumbre y la evolución de la pandemia”.
La OCDE aconsejó reducir las exenciones fiscales, evitar nuevos retiros de las pensiones -como el que se discute actualmente en el Congreso- y enfocarse en el apoyo público directo a los necesitados, junto con un mayor gasto en educación y estimular a las empresas a la competencia y la innovación.
En Chile se registran más de 550.000 contagiados y cerca de 14.400 muertos casi nueve meses después del primer caso oficial. El gobierno aplicó cuarentenas locales, restricciones de movilidad, el cierre del comercio y un toque de queda nocturno.
Pero desde agosto, las medidas se han ido relajando ante la estabilización de los nuevos contagios.