El Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), el fondo de rescate de la zona euro, aprobó este viernes la creación de las líneas de crédito diseñadas por los países del euro para sufragar su primera respuesta a la pandemia.
“En los próximos dos años y medio, el MEDE dispondrá de 240.000 millones de euros para ayudar a sus miembros a combatir la crisis de la pandemia”, celebró Mário Centeno, presidente del consejo de gobernadores, tras la aprobación.
Los 19 países del euro podrán pedir préstamos hasta el 2% de su Producto Interior Bruto (PIB) nacional a este organismo intergubernamental, que ya gestionó en el pasado los rescates a países como Grecia a cambio de duras reformas.
Pero, a diferencia de entonces, los países europeos acordaron no poner condiciones a la concesión de los préstamos, más allá de que estén destinados financiar gastos directos e indirectos vinculados a la crisis sanitaria.
En el caso de Italia y España, que se han visto especialmente afectados por la crisis del nuevo coronavirus, el préstamo podría representar unos 36.000 millones de euros y unos 25.000 millones de euros, respectivamente.
El atractivo de recurrir al MEDE es el bajo interés de los préstamos con vencimiento a 10 años, según su director general, Klaus Regling, para quien Italia podría ahorrar 7.000 millones de euros en intereses y España, 2.000 millones.
Sin embargo, los países se muestran reticentes a hacer uso de las líneas precautorias de este organismo con sede en Luxemburgo, ante el temor de que los mercados financieros los señalen como países con falta de liquidez.
Antes de una reunión del Eurogrupo, la ministra de Economía española, Nadia Calviño, descartó este viernes confirmar si España, cuya economía podría contraerse un 9,4% del PIB en 2020 según Bruselas, recurrirá al MEDE.
“En este momento, nuestro coste de financiación en los mercados financieros es muy favorable”, aseguró a los periodistas Calviño, precisando que tomarán una decisión al respecto “sobre la base del interés general”.
España sí se mostró en cambio interesada en el uso del instrumento de apoyo temporal para mitigar los riesgos del desempleo, bautizado SURE y al que los embajadores europeos en Bruselas dieron este viernes su visto bueno.
Este mecanismo, que el Consejo de la Unión Europea (UE) debe aprobar formalmente, pondrá a disposición hasta 100.000 millones de euros en préstamos en condiciones favorables para gastos relacionados con planes de desempleo parcial.
“Nuestra disposición es a utilizarlo una vez que veamos las condiciones y veamos también la aportación de las garantías por parte de los Estados miembros”, precisó Calviño. SURE debe estar operativo hasta finales de 2022.