El Ministro de Hacienda, Ignacio Briones, dijo este martes que los US$ 23.800 millones solicitados por el Banco Central al Fondo Monetario Internacional (FMI) no se trata de un préstamo al Gobierno de Chile, sino que son recursos para robustecer la “sólida posición” del organismo.
Fue durante esta tarde que el FMI confirmó la petición de una Línea de Crédito Flexible (FCL, por sus siglas en inglés) de dos años, lo que le permitirá aumentar en más de 60% la disponibilidad de liquidez internacional de acceso inmediato.
En ese contexto, el secretario de Estado aclaró que los recursos no están destinados a financiar gasto público, sino que “puede ser visto como un seguro adicional a la sólida posición que el Banco Central ya tiene para enfrentar choques externos, particularmente ante un escenario internacional volátil”.
“Es una facilidad precautoria”, señaló.
Lo mencionado por el titular de la cartera va en línea con lo informado por el FMI, desde donde señalaron que esta línea de crédito tiene por objeto proteger a las economías ante eventuales shocks externos, al proporcionar un acceso amplio y por adelantado a los recursos.
Esta línea no está sujeta a la condicionalidad de los tradicionales programas de ajuste del FMI para países que enfrentan una crisis de balanza de pagos.
La FCL no impone acciones previas al país que la contrata ni condicionalidades ex post en caso de que se realicen desembolsos. Basta con que el país cumpla con los exigentes criterios de calificación, tal como ocurrió con Chile, luego de que la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva, recomendara finalmente al Directorio Ejecutivo del organismo internacional la aprobación de la solicitud.