El lunes 6 de enero, el Banco Central (BC) emitió una carta dirigida a todos los bancos que operan en Chile planteándoles -y remarcándoles- que desde hace años existe una “permanente y considerable disminución” de billetes de baja denominación en los cajeros automáticos.
El ente emisor al referirse a “billetes de baja denominación” aludió a los de $1.000, $2.000 y $5.000, los que escasamente están a disposición del público, tanto en cajeros automáticos como en las cajas de atención de los bancos.
Por el contrario, añadió el BC, los bancos han “aumentado sostenidamente” el requerimiento de billetes de $10.000 y $20.000.
Prueba de ello es que hoy en día de la totalidad de los cajeros que hay en el país, sólo el 25% posee billetes de bajas denominaciones y del total de gavetas, “sólo el 21% posee bajas denominaciones, de las cuales 15% es de $5.000, 0% de $2.000 y 6% de $1.000”.
En este contexto, en la misiva que envió el BC a los bancos -firmada por su gerente general, Alejandro Zurbuchen-, se le mencionó a los receptores que según la última Encuesta de Uso y Preferencia del Efectivo, el efectivo “sigue constituyendo un medio de pago fundamental y es transversalmente el más utilizado”, siendo los cajeros automáticos y el pago de salarios sus principales medios de obtención.
Según esa misma encuesta, el público prefiere utilizar los billetes de baja denominación, los que no se encuentran disponibles en cajeros automáticos.
De manera tajante, el análisis arrojó que el público está disconforme por recibir de los cajeros automáticos únicamente billetes de las denominaciones de $10.000 y $20.000.
Preocupación post estallido social
En la carta, el Banco Central de Chile le recordó a las firmas bancarias que tras el estallido social ya les había hecho entrega de otro escrito a los gerentes generales, indicándoles su preocupación “por la menor disponibilidad de cajeros automáticos en algunas zonas de Santiago y otras ciudades”.
En especial, agregó el BC, les dejó constancia que si bien a nivel nacional se apreciaba un “abastecimiento de efectivo relativamente bien cubierto”, también se observaba que había más de veinte comunas con potenciales problemas.
Y a ello se sumaba la baja presencia de billetes de menor denominación, motivo por el cual se instó en aquella oportunidad a los bancos a “resolver dicha situación”.
Situación se agravó
De manera enfática y tajante, el BC subrayó que lo anterior es una situación “que se viene arrastrando por años”, sin embargo, luego del 18 de octubre “se ha agravado”.
Según explicó el emisor, actualmente existe un 25% menos de grandes supermercados operativos (que actuaban como “sencilladores” informales), “y, sumado a esto, se ha incrementado considerablemente el canal tradicional (almacenes de barrio), así como el comercio en lugares abiertos, ambos usuarios relevantes del efectivo de baja denominación”.
Por todo lo anterior, el Banco Central le reiteró a las empresas bancarias “la necesidad” de que continúen trabajando “en la forma de incrementar la disponibilidad de billetes de bajas denominaciones”, tanto en las cajas de atención presencial como a través de los cajeros automáticos, de manera que el público tenga la posibilidad de acceder a los billetes para efectuar sus diversos pagos.
Por último, el BC comentó en la misiva que estima que si la disponibilidad de billetes de menor denominación ($1.000 y $2.000) “aumenta del 6% actual a 15%”, se lograría mitigar el problema planteado “y que se ha visto agravado tras los acontecimientos recientes”.