Un grupo de nueve operadores de cruceros redactó una carta dirigida al Concesionario de San Antonio Puerto Central (PCE), lugar que ha funcionado de manera intermitente por paralizaciones de trabajadores que emanaron del estallido social.
A ese lugar está programado que recalen 25 cruceros en la temporada actual -que comenzó en octubre y finalizará en abril de 2020- con un total de 36 mil turistas y tripulantes. Para los operadores es preocupante que la contingencia vulnere el estricto protocolo del rubro.
La misiva, a la cual accedió diario El Mercurio, fue firmada por Víctor Oelckers, gerente general de Inchcape Shipping Services; y dirigida a Roberto Zilleruelo, presidente de PCE.
El escrito -en detalle- también adhiere las rúbricas de las líneas de cruceros Holland America Line, Seabourn Cruises, Princess Cruises, Norwegian Cruises Line, Oceania Cruises, Regent Seven Seas, Aida Cruises, Cunard UK y Costa Crociere.
La preocupación
En la carta, Oelckers le expresó a Oelckers su preocupación por algunas jornadas de paralización del puerto, lo cual “ha afectado gravemente la continuidad operacional y la seguridad requerida para el turismo internacional de cruceros”.
Conforme a lo publicado por el matutino, el gerente de Inchcape subrayó en la misiva que advertían con mucha preocupación “que si nuevos eventos de huelga” llegasen a realizarse a futuro y estos coinciden con las fechas que restan para recibir a las naves, ello podría impedir una atención normal y segura de los pasajeros y tripulantes.
Y- agregó en nombre de los firmantes- que si se presentase el escenario anterior “lamentablemente nos veremos forzados a evaluar la suspensión y eliminación de San Antonio como destino turístico y puerto base para la industria de cruceros, con graves, negativas y permanentes consecuencias para la ciudad y el país”.
Seguidamente, Oelckers recordó que el itinerario de los barcos fue delineado hace dos años y reiteró que se califica como “grave” el modificar aquello.
“Cualquier alteración o incumplimiento en los programas de trabajo ya confirmados en su terminal, significará sin exagerar un desastre total, cuyas consecuencias serán catastróficas y permanentes, ya que pueden provocar la eliminación de Chile del mapa de la industria de cruceros”, escribió.
De momento, y desde que comenzó la temporada, los cruceros han recalado en el país sin inconvenientes. Desde el sector remarcaron que la llegada de los viajeros y las tripulaciones contribuye a cooperar con los pequeños y medianos empresarios que viven del turismo y las ventas.