La reintegración del sistema tributario no sólo enfrenta un escenario complejo en la Cámara de Diputados, sino que también en el Senado. Ésta es catalogada por muchos como el “corazón de la reforma” del Gobierno.
Pese a dar los votos para la aprobación de la idea de legislar y generar un conflicto en la oposición, los diputados de la Democracia Cristiana han criticado el mecanismo que permite que los impuestos que fueron pagados por los socios de las empresas sean reconocidos en su totalidad como crédito al momento de pagar el impuesto personal.
Si se rechaza, el Ejecutivo podría insistir mediante indicaciones en la Cámara Alta, donde miran atentos el desarrollo de la discusión. El senador socialista, Carlos Montes, criticó abiertamente la reintegración.
En tanto, el falangista Jorge Pizarro adelantó que la reintegración del sistema es el aspecto más complejo de la reforma, señalando que la intención en el Senado es actuar de forma unida como oposición.
Por otro lado, el senador de Renovación Nacional, José García Ruminot, criticó la postura que tienen en la oposición ante la reintegración del sistema.
Con el recuerdo de la denominada “cocina” en la reforma de 2014, el senador de Revolución Democrática, Juan Ignacio Latorre, afirmó que es necesario modificar aspectos del sistema tributario, enfatizando en que como oposición deberían fijar pisos mínimos de cara al debate.
El Gobierno afirmó que renovará la urgencia para el proyecto. En el oficialismo esperan que se vote en la Sala de la Cámara en mayo para que se tramite en el segundo semestre en el Senado.