El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, se refirió al masivo hackeo de tarjetas de crédito chilenas que se hizo público durante la tarde de este miércoles, tras la reunión mensual -que estaba programada- del Consejo de Estabilidad Financiara, que cuenta con representantes de la SBIF, el Banco Central y otras entidades.
Tras el encuentro, el titular de la cartera confirmó que la filtración implicó 2.488 tarjetas activas de crédito y debito.
En tanto, recalcó que se trata de una cifra menor en relación al tamaño del mercado chileno, ya que la información divulgada incluye a 1 de cada 10.000 tarjetas emitidas en nuestro país.
Acto seguido, defendió la seguridad de los bancos y subrayó que “el robo no ocurrió en el sistema bancario” y que “no ha habido uso fraudulento de esta información”.
Asimismo, aseguró que tras el episodio, la SBIF se comunicó con los bancos y les exigió establecer las causas, informar a los clientes, bloquear las tarjetas, informar a la opinión pública, y evaluar si hay filtraciones adicionales de información.
Esto último, debido a que es necesario “determinar si este fue (o no) un elemento distractor”.
“No está en riesgo la estabilidad del sistema financiero ni la cadena de pagos”, dijo, aunque admitió que este tipo de hechos afectan la confianza y la tranquilidad con que la gente opera en el sistema.
Para mitigar aquellos temores, los bancos y el ministro han señalado que ya se bloqueó cerca del 100% de las tarjetas afectadas.