Un jugador que tendrá una despedida del tenis al nivel que merece es Juan Martín del Potro, potente extenista argentino que vio truncada su carrera por las lesiones y que este 1 de diciembre se despedirá del ‘deporte blanco’ enfrentando a Novak Djokovic.
No obstante y a modo de previa, el extenista que llegó a ser N°3 del mundo y pararse de igual a igual ante el ‘Big Three’ del mundo de la raqueta, liberó un emocional y sensible mensaje en donde casi llega a las lágrimas.
Primero partió recordando su último partido, cuando en febrero del 2022 enfrentó en Buenos Aires a Federico Delbonis.
El inicio de la pesadilla
En sus palabras, la ‘Torre de Tandil’, partió detallando que “al día siguiente de jugar contra Delbonis me tomé un avión a Suiza y me volví a operar la rodilla. Esa fue mi quinta cirugía. A partir de ahí nunca más hice públicas mis cirugía”.
“Yo no podía más del dolor de pierna, así que probé de perfil bajo y si funcionaba anunciaba mi regreso. Estuve dos meses encerrado en un pueblo cerca de Basilea, me operaron, hice rehabilitación y no funcionó. A los dos meses me dijeron que había quedado una cosita y me volví a operar”, deslizó.
El calvario
Más tarde reveló que “me fui a Estados Unidos, seguí rehabilitando, entre cirugía y cirugía probaba tratamientos. No sé, debo tener más de 100 inyecciones en la pierna, en la cadera y en la espalda. Me infiltraron, me sacaron, me analizaron, me quemaron nervios, me sacaron tendones. Un sufrimiento a diario, así vengo desde el último día con Federico”.
“Mi vida cotidiana no es la que yo deseo, yo era un tipo muy activo, que le gustaba hacer deporte no solo jugar al tenis. Y de repente me invitan a jugar al fútbol y soy el que lleva el mate y se sienta afuera, o en el pádel soy el que hace los videos. Para mí es terrible”, agregó con angustia.
Más adelante, ‘Delpo’ aseguró que “desde lo deportivo me quitaron la ilusión de hacer lo que siempre me gustó hacer, que era jugar al tenis. Es muy difícil tener que caretear todo las 24 horas, es muy complicado y a veces ya no tengo más ganas”.
“No soy indestructible, soy como cualquier persona con cosas buenas y malas. No tengo más energía, me consume mucho anímicamente lo de la pierna”, añadió.
Las lesiones ‘apagaron’ su carrera
Posteriormente siguió con sus desgarradoras confesiones al detallar que “me sentía muy poderoso y fuerte para afrontar esas piedras que me aparecían, siempre les ganaba. Pero dentro de lo lógico. Al final del día no sé si lo soy tanto, siento que la rodilla me ganó”.
“Me operé ocho veces, gastando fortuna con médicos de todo el mundo. En cada operación sentía que salía bien y no me iba a doler más. Me imaginaba dando la vuelta al dique en Tandil sin dolor. Y a los dos o tres meses estaba llamando al doctor para decirle que no había funcionaba y estaba igual que siempre”, contó.
Más tarde habló de la opción de usar una prótesis, algo de lo que no está muy seguro a sus 36 años.
Con relación a esto, reveló que “tengo otra gran pelea con los médicos, que me dicen que me ponga una prótesis y deje de joder para tener mejor calidad de vida. Yo no busco más correr, jugar al tenis o jugar un partido con mis amigos”.
“Pero después vienen otros que me dicen que no les haga caso, porque soy muy joven y que espere hasta los 50. Pero yo desde los 31 que no corro, no subo una escalera, no puedo patear una pelota y no jugué nunca más al tenis. ¿Que voy a pasar 15 años más así de mi vida para que a los 50 vean si me ponen una prótesis y vivir bien recién a los 60?”, indicó.
Ya al finalizar el triste relato, Juan Martín confesó que “ojalá algún día se acabe porque quiero vivir sin dolor. Viene siendo una pesadilla sin final, que a diario busco solución a diario con médicos y todavía no la encuentro. Cada vez que lo pienso me genera mucha bronca, angustia e impotencia pero no lo puedo cambiar”.
La despedida con Novak Djokovic
Por último y a modo de cierre de su video, contó que su despedida es “un evento para decir adiós, ya no hay más vuelta atrás. Creo que el toque final se lo da Djokovic, que fue muy generoso en aceptar y venir”.
“Así al menos una, dos o tres horas y disfrutar dentro de una cancha de tenis por última vez. Y poder devolverles con Novak tanto cariño y se lleven un buen recuerdo de esa noche”, cerró.