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La tenista kazaja Yulia Putintseva protagonizó una vergonzosa escena en el US Open 2024 de la WTA al desquitarse con una recogepelotas durante su partido contra Jasmine Paolini, ignorándola de manera despectiva y dejando que las bolas se perdieran en el piso. La actitud de Putintseva generó el repudio del público en el estadio y en redes sociales, obligándola a disculparse públicamente explicando que su frustración por su juego la llevó a comportarse de esa manera, aunque las críticas hacia ella se intensificaron.

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Una vergonzosa imagen dejó, este sábado, el US Open 2024 del circuito WTA. ¿La protagonista? La tenista kazaja de 29 años, Yulia Putintseva.

Y es que, en el partido que la enfrentó a la italiana Jasmine Paolini por la tercera ronda del certamen estadounidense, Putintseva no pudo contener su amargura e impotencia tras la superioridad de su rival, descargando su ofuscación con una recogepelotas.

Visiblemente alterada por su juego mostrado en el terreno de juego, la kazaja se desquitó con una joven que le ofrecía las pelotas, ignorándola de manera despectiva y dejando que las bolas se perdieran en el piso mientras la trabajadora seguía realizando su labor.

La grosera actitud despertó el malestar del público presente en el Louis Armstrong Stadium, que reprendió a la tenista con pifias y abucheos. En las redes sociales, la situación no fue distintas, llevándose una ola de críticas tras este feo desaire.

El repudio generalizado entre los hinchas del tenis llevó a Putintseva -que se caracteriza por protagonizar momentos polémicos- a referirse sobre esta situación a través de sus redes sociales, donde publicó una disculpa pública a la recogepelotas y explicó por qué se comportó de esa manera.

“Quiero disculparme con la recogepelotas por la manera en que actué cuando me dio las pelotas. Honestamente, no fue culpa de ella”, expresó la deportista en su cuenta de Instagram, explicando además que se encontraba tan frustrada por su nivel de juego, que no prestó atención a quien le estaba ofreciendo las pelotas ni a su alrededor. Una declaración que no apaciguó las críticas hacía la kazaja, sino que todo lo contrario.