El serbio Novak Djokovic superó sin complicaciones su estreno en el Masters 1.000 de Roma, con un triunfo firme ante el galo Corentin Moutet en dos sets, por 6-3 y 6-1, para acceder a una tercera ronda en la que se medirá al chileno Alejandro Tabilo.
Djokovic no quiso muchos líos en uno de sus torneos favoritos. Se siente cómo en casa en la pista central del Foro Itálico y ni siquiera el haber empezado cediendo sus dos servicios le inquietó lo más mínimo.
Tampoco se alteró cuando en la pista empezó a sonar un teléfono móvil y nadie lo apagaba.
Tuvo el árbitro que pedir por favor al público respeto para los jugadores antes de percatarse de que el sonido provenía de su lado derecho, en concreto de la mochila de Moutet, que entre risas fue corriendo a apagar lo que parecía una alarma.
‘Nole’ no pudo hacer otra cosa que reírse. Situación idéntica a la que vivió la polaca Iga Swiatek la pasada edición en el mismo escenario, cuando sonó su móvil de manera inesperada.
Nada le sacó del partido. En apenas unos raquetazos ya igualó a su rival y le dio la vuelta al marcador con dos breaks más para poner el 6-3 inicial.
El que sí jugó algo alterado fue su rival, que tuvo sus más y sus menos con el colegiado, con la raqueta y con la parte metálica de la red. Frustración provocada por la solidez del serbio, dominador absoluto del partido.
Se colocó en el segundo set Djokovic rápidamente por delante con un 2-0. Esta vez no cometió el error de ceder dos servicios y quebró directamente para tomar la delantera con la voluntad de cerrar rápido el trámite. Y en un abrir y cerrar de ojos, en apenas 40 minutos, había cerrado el set por 6-1.
Poco más de una hora le costó a Novak Djokovic superar su primera prueba tras haberse perdido Madrid. Por lo pronto no ha dado un solo síntoma de debilidad o de cansancio. Sólido, acertado y con una sonrisa rubricó su pase a tercera ronda, en la que se medirá al chileno Tabilo, vigésimo noveno cabeza de serie en el torneo.