El serbio Novak Djokovic superó con autoridad este sábado al español Carlos Alcaraz en las semifinales del ATP Finals con una exhibición de tenis con la que cerró el duelo en dos sets, por 6-3 y 6-2, por lo que defenderá su corona de ‘Maestro’ ante el ídolo local, el italiano Jannik Sinner.
Djokovic se enfrentará este domingo al invicto Sinner en la que se será su novena final en este prestigioso torneo, en busca de la gloria, de obtener su séptimo título del ATP Finals, lo que le colocaría en lo más alto, superando los seis con los que actualmente empata con el suizo Roger Federer.
El plato fuerte del día, toda una semifinal con claro sabor a final en el Pala Alpitour de Turín, que así la recibió, enfrentó al gigante serbio, número uno del mundo y actual ‘Maestro’, y a la sensación del circuito, líder de la nueva generación y número dos del mundo, por un puesto en la final de este domingo.
Era el quinto enfrentamiento entre Djokovic y Alcaraz con el recuerdo reciente la final de Wimbledon, en la que el de El Palmar bordó su primer título en la hierba inglesa. Con esa fuerza, con ese convencimiento comenzó el partido el prodigio murciano hasta que Djokovic se lo permitió, hasta que apagó el inicio brillante de un Alcaraz que bien temprano tuvo una oportunidad de oro de la que luego acabó arrepintiéndose.
Y es que gozó de dos bolas de ‘break’ en el primer juego. Saltó a la pista azul italiana con la fuerza necesaria para alcanzar una gran final en este prestigioso torneo en su primera participación, pero no concretó cuando tuvo la opción y el de Belgrado empezó a crecer desde el fondo de pista.
Con empate a dos juegos, todavía en el primer set, Alcaraz amenazó con otro arreón. Se colocó 30-0, pero remontó el serbio. Sufrió ‘Nole’ para sacar adelante su servicio en ese juego, de los más largos del partido, pero acabó cerrándolo y celebrando, consciente de la importancia del mismo.
Alcaraz estaba bien, algún error de bulto no forzado, pero con un alto porcentaje en los primeros servicios y con buenos saques directos -5 al final del envite-. Hasta que empezaron las torceduras de gesto con ciertos botes de la bola que no entendía. Pidió explicaciones a Juan Carlos Ferrero pero no encontró respuesta. Ahí comenzó a dejar ir de su control el duelo.
La solidez de Djokovic
Djokovic estaba empezando a construir un muro cada vez más sólido. Cada punto que pasaba era más difícil hacerle daño y sus golpes mejoraban. Hasta que llegó el octavo juego, en el Alcaraz salvó una bola de rotura, pero un paralelo de revés le traicionó y confirmó los peores presagios para el murciano. Djokovic cerró sin complicaciones el primer set, con el buen sabor de boca que además deja un ‘ace’.
Tenía más de la mitad del trabajo hecho. Un set a su favor, el mejor de su participación hasta el momento; Alcaraz ligeramente molesto con la pista y pelotas, descentrado, y no especialmente acertado en los momentos claves en los que el serbio sí estaba siendo determinante.
Una sensación que supo trasladar el número uno al segundo set. Se estabilizaron los saques en los primeros servicios, pero en el segundo de Alcaraz llegó la sentencia. Fue un intercambio de golpes perfectos. ‘Ace’ de Alcaraz, resto perfecto de ‘Nole’ en el siguiente. Ventaja, iguales.
Se alternaron el dominio, pero eso no favorecía al español, que quedó a merced del serbio en dos ocasiones y, visiblemente molesto por sus errores, una volea desde la red y otra derecha desde el fondo, veía a su madre pedirle calma desde el banquillo. En la segunda que tuvo Djokovic, no falló el ‘Maestro’ para colocar e 2-1.
Confirmó Novak la rotura con su saque sin complicaciones. Estaba mejor el serbio que, de hecho, rozó el ‘break’ en el siguiente juego. Lo salvó Alcaraz. Retrasó lo que en ese momento parecía inevitable. Pero se revolvió rubricando tres de los mejores puntos del partido, seguidos de esos que levantan al público de sus asientos.
Se gustó ‘Nole’ con puntos al alcance de unos elegidos y tuvo dos bolas de ‘break’ con 4-2 a su favor. Alcaraz, que como bien sabe el serbio no se rinde nunca, rescató sendas opciones antes, eso sí, de errar dos bolas seguidas. La primera contra la red, un golpe que volvió a llevarle a la queja a su banquillo.
La segunda, un punto que fue una oda al tenis, un intercambio que acabó en una bola larga del murciano y que desembocó en los brazos estirados al aire de ‘Nole’ -y con Alcaraz tirando la raqueta-, que tenía el partido a un juego con saque. Lo rubricó sin problemas. Solo Sinner, en la que será su primera final de un ATP Finals, podrá alejarle de la gloria.