Este sábado, el chileno Nicolás Jarry ha dado el salto más importante de su carrera, clasificado para octavos de final de Roland Garros, abre nuevos horizontes en los Grand Slam como uno de los mejores jugadores del momento sobre tierra batida.
Tras derrotar al estadounidense Marcos Giron, el oriundo de Santiago se consolida como uno de los mejores de la temporada sobre arcilla, donde sólo el español Carlos Alcaraz, número uno del mundo, ha conseguido más victorias que él.
“Trabajé la consistencia en diferentes escenarios. Detrás de esto hay mucho trabajo. Cuando logro imponer mi juego estos son los resultados, si logro estar consistente los resultados llegan. Cuando uso bien mis armas, los números se dan”, afirma el jugador, que no quiere caer en ningún tipo de euforia.
El tenista de 27 años encadena siete triunfos consecutivos, ya que llegó a París con la victoria en Ginebra recién lograda, y ya son 19 los triunfos que ha cosechado esta temporada sobre arcilla, cuatro menos que Alcaraz, lo que le asegura entrar entre los 30 mejores del mundo por vez primera en su carrera (28°).
Pero más allá de los resultados, el chileno prefiere fijarse en el trabajo que hay detrás para conseguirlos, sin caer en el vértigo de las victorias.
“Trato de estar positivo y hacer mis rutinas y no enfocarme en el resultado. Intento mantener la cabeza tranquila, dándolo todo para que no te queden remordimientos”, indicó.
A su gran estado mental suma una gran forma física que le ha permitido derrotar dejarse sólo un set en su camino a octavos.
“Físicamente me encuentro bien, no tengo ninguna molestia o dolor. Llevo dos años entrenando como los mejores y por eso estoy bien preparado. Tras los partidos voy a la bici, hago baño de agua fría, masaje, elongación, buena comida. Intento estar lo más relajado, no miro el teléfono y hago algo de lectura para despejar la cabeza antes de acostarme temprano para tener buen descanso”, confiesa.
Una vida sana que ha puesto a Jarry como el cuarto chileno que juega los octavos en París, el primero desde que en 2021 lo hiciera Cristian Garín.
Antes lo hizo el exnúmero uno Marcelo Ríos, en cuatro ocasiones consecutivas entre 1996 y 1999, las dos últimas alcanzó los cuartos; aunque quien más cerca estuvo fue Fernando González, semifinalista en 2009, cuando dejó escapar una renta de 4-1 en el quinto set contra el sueco Robin Soderling. También fue cuartofinalista en 2003 y 2008.
Ahora Jarry tiene otro gran desafío contra un rival, el noruego Casper Ruud, que también es especialista en tierra, donde es el jugador con más triunfos en los últimos tres años.
El finalista de la pasada edición partirá como favorito por su condición de cuarto del mundo, pero Jarry ya le derrotó en el pasado torneo de Ginebra, lo que puede servirle como base para sorprenderle de nuevo.
“Va a ser bastante diferente al de Ginebra, las condiciones serán más lentas y pesadas. Pero será un partido del mismo estilo, cada uno va a buscar dominar con sus armas. Ambos vamos a luchar cada bola, va a ser muy lindo y muy batallado”, auguró.
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