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Tenistas en llamas en Francia: se van a los golpes en plena red y umpire debió intervenir

30 septiembre 2022 | 10:19

Los tenistas Corentin Moutet y Adrian Andreev se fueron a los golpes después que finalizó el partido por octavos de final del Challenger de Orleans, en Francia

El tenista francés Corentin Moutet y el búlgaro Adrian Andreev se fueron a los golpes el jueves después que finalizó su partido en el Challenger de Orleans, Francia, correspondiente a los octavos de final.

En un estrecho y disputado duelo por la ronda de 16, de casi tres horas de duración, Andreev terminó quedándose con el match sobre el local con parciales de 2-6, 7-6 (3) y 7-6 (2).

El búlgaro, lejos de festejar, estrechó la mano de Moutet con cierta vehemencia y acto seguido le pegó un pechazo en malos términos. Andreev no estaba contento con algunas actitudes del galo en el encuentro.

Todo terminó en empujones y dichos de un lado a otro. Faltó muy poco para que ambos deportistas terminaran a los puños.

Debió intervenir el umpire para que la situación no pasara a mayores. El árbitro bajó rápidamente de su silla para separar a ambos tenistas.

Consignar que Corentin Moutet, que llegaba como primer favorito al Challenger de Orleans, es un zurdo parisino que va en franco ascenso en el circuito. Sin embargo, ya le colgaron el cartel de polémico en el circuito.

Moutet tuvo problemas en 2020, en el Challenger de Córdoba, con el argentino Guido Pella y ese mismo año, en una exhibición en Francia, le dio patadas a su raqueta y luego la arrojó a las gradas.

Y eso no es todo. Tras un duelo con Stefanos Tsitsipas, el de París se lanzó con todo en contra del padre del griego –“es un estúpido”- y en Acapulco, México, estuvo a punto de destrozar la red a golpes de raqueta.

Tras el fuerte encontrón con Andreev, Moutet escribió en redes de lo sucedido. El galo reveló que el bulgaro profirió insultos mirándole fijamente, lo que le hizo perder los nervios. Quejándose de esta situación, Moutet sabe que su actitud tampoco fue ejemplar, pero parece señalar a su rival como principal causante.