La Laver Cup, que se llevó el equipo del Resto del Mundo, dejó una de las imágenes más icónicas y conmovedoras del deporte mundial; Roger Federer y Rafael Nadal llorando de la mano después de disputar el último partido del suizo como tenista profesional.
Una fotografía que se originó luego de que ambos deportistas cayeran en su encuentro de dobles frente a los estadounidenses Jack Sock y Frances Tiafoe, lo que dio paso al homenaje a la carrera de Federer, provocando la emoción de los presentes y, más aún, de los protagonistas.
En conversación con la Cadena COPE, el multicampeón oriundo de Manacor alzó la voz tras la viralización de la icónica imagen.
“Soy una persona sensible y, cuando ves a alguien al que aprecias, es difícil no emocionarse, aunque se me fue un poquito de las manos. Fue un momento difícil de gestionar“, reconoció quien se convirtiera en el rival más grande del suizo.
En la misma línea, Nadal recordó las horas posteriores a la despedida de Federer y reveló que le costó no seguir sintiendo un nudo en la garganta.
“Cuando llegué a mi habitación, me volví a emocionar, pero por lo que significaba el momento y por lo que se vivió aquella noche… Fue difícil no hacerlo”, relató.
Respecto de su futuro en el tenista, el español de 36 años aseguró que no ve su retiro cercano en el corto plazo y de paso, descartó que su emoción se haya originado por verse reflejado en el suizo, sino que “por el aprecio y la admiración que siento hacia Federer”.