El próximo viernes 6 y sábado 7 de abril se disputará la confrontación entre Argentina y Chile por la segunda ronda de la Zona Americana I de la Copa Davis, en el estadio techado ‘Aldo Cantoni’, recinto con capacidad para cerca de 8.000 espectadores.
Ambos equipos se verán las caras después de 18 años. La última de ellas sin duda es la más recordada, pese a que lo que menos se vio fue tenis. Antes de ese polémico enfrentamiento existieron otros, y la paridad de las series es total.
Chile y Argentina se han enfrentado en 16 oportunidades, registrando 8 triunfos para los nacionales y 8 para los trasandinos. El primero de ellos se inició en 1931 y el último culminó el 2000 con la batalla de los “sillazos”.
Todas las series Chile-Argentina
1931 – Argentina 3-0 Chile en Santiago (final Sudamérica)
1933 – Argentina 4-0 Chile en Buenos Aires (final Sudamérica)
1966 – Argentina 3-2 Chile en Buenos Aires (Cuartos de final América)
1969 – Chile 3-2 Argentina en Santiago (Cuartos de final Sudamérica)
1970 – Chile 3-2 Argentina en Buenos Aires (Cuartos de final Sudamérica)
1971 – Chile 4-1 Argentina en Santiago (Semifinal Sudamérica)
1973 – Chile 3-2 Argentina en Buenos Aires (Final Sudamérica)
1976 – Chile 3-2 Argentina en Santiago (Semifinal América)
1977 – Argentina 4-1 Chile en Buenos Aires (Semifinal América)
1978 – Chile 3-2 Argentina en Santiago (Final Sudamérica)
1979 – Argentina 3-2 Chile en Buenos Aires (Final Sudamérica)
1986 – Argentina 4-1 Chile en Santiago (Final América)
1995 – Argentina 3-2 Chile en Buenos Aires (Cuartos de final América Grupo I)
1997 – Chile 3-2 Argentina en Santiago (Semifinal América Grupo I)
1998 – Argentina 4-1 Chile en Buenos Aires (Semifinal América Grupo I)
2000 – Chile 2-0 Argentina en Santiago (Semifinal América Grupo I)
Como mencionamos más arriba, entre Chile y Argentina han existido varios enfrentamientos, pero hay dos que simplemente quedaron en la historia por lo ‘picante’ y polémico que resultaron.
Ríos ‘incendió’ Argentina
El primero de ellos ocurrió en 1998. El equipo chileno, comandado por Marcelo Ríos y un joven Nicolás Massú visitaban el país trasandino por la semifinal de la Zona I Americana.
El ‘chino’ llegaba a esta cita a una semana de haberse convertido en número 1 del mundo, logro que alcanzó el 29 de marzo de 1998. Como era de esperar, la confianza en Chile por el triunfo era total. Sin embargo, y como dice la canción, todo se derrumbó.
Ríos pisó suelo argentino como enemigo número uno de la prensa local. En conferencia de prensa posterior a su consagración como número uno, el nacional menospreció a Guillermo Vilas, ex tenista argentino ganador de cuatro títulos de Grand Slam en la década del 70.
“Hace rato que me vienen comparando con Vilas y para ser sincero no lo conozco mucho. Lo único que sé es que él fue número dos y yo soy el uno del mundo”, lanzó.
Pese a sus palabras, el ‘chino’ recibió el reconocimiento de la Asociación Argentina de Tenis.
El primer punto lo disputó el en ese entonces número uno. Al frente tenía a Hernán Gumy (108 del ranking ATP) y un Buenos Aires Lawn Tennis lleno.
Marcelo no tuvo problemas y venció al trasandino por parciales de 6-4, 3-6, 6-3 y 7-5.
A la segunda tanda llegó Hermes Gamonal (397°), quien no pudo ante Franco Squillari (116°) y terminó cayendo en tres sets por parciales de 6-2, 6-4 y 6-2.
Con la serie empatada, el dobles se alzaba como la oportunidad perfecta para estirar ventajas. Marcelo Ríos y un joven Nicolás Massú saltaron a la cancha de arcilla para enfrentar a la pareja argentina conformada por Luis Lobo y Lucas Arnold.
La primera manga estuvo pareja para ambos, pero el ‘vampiro’ cometió dos doble faltas y cedió el set, de ahí en adelante los nacionales no pudieron recuperarse y terminaron cayendo por 7-5, 6-3 y 6-3.
Luego de la caída, el ‘chino’ lanzó unas declaraciones que fueron ampliamente criticadas por la prensa trasandina. “Empezamos bien, pero cuando nos quebraron en el 6-5 del primer set nos confundimos un poco. Fui demasiado para él (Massú), y terminamos como una pareja dispareja. Ya lo había dicho: el dobles no es mi fuerte. Soy sincero, nunca me gustó jugarlo”, dijo.
Rápidamente los medios argentinos reaccionaron. El diario La Nación publicó “¿Palabras de aliento de Ríos hacia Massú? Ninguna. ¡Cómo un Nº 1 va a hacer eso! El Chino se preocupó por tirar la raqueta y en tratar de salvar su ropa. ¿El equipo? Que se arregle solo; total qué importa la Copa Davis. Ríos dejó en evidencia su egoísmo. Es el mejor en el ranking; también, el peor como compañero”.
Tras el partido, Ríos acusó una molestia en su codo por lo que no disputó el cuarto punto. A la cancha saltó un joven Fernando González. Tenía 17 años. El feña hizo lo que pudo pero no fue rival para Squillari, quien lo doblegó por 6-3, 4-6, 6-2 y 6-0. La serie se había perdido.
La ‘batalla de las sillas’ en Santiago
7 de abril de 2000. Semifinales del Grupo I de la Zona Americana. Argentina visitaba Chile para enfrentarse una vez más a los nacionales. El estadio techado del Parque O’Higgins era el escenario para la gesta deportiva.
El ambiente no era el mejor. La Roja había perdido la semana anterior 4-1 ante la albiceleste, por lo que había mucha rabia hacia los trasandinos.
El primer punto lo disputó Marcelo Ríos y Hernán Gumy. El ‘chino’ no tuvo complicaciones para vencer a su rival por parciales de 6-4, 6-3, 4-6 y 6-1.
Nicolás Massú fue el encargado de jugar el segundo partido ante Mariano Zabaleta. El encuentro no pudo terminar pues comenzaron incidentes que culminaron en una verdadera batalla campal entre asistentes y la seguridad.
¿Cómo se inició todo? Resulta que antes de iniciarse el partido, una naranja fue arrojada desde la grada a la cancha. Un pasapelotas tomó el objeto y lo escondió. Aquel gesto no le gustó para nada a Zabaleta, quien molesto reclamó y exigió que la mostrara.
El pasapelotas no accedió a la petición del argentino y el singlista lo empujo. Ahí se inició la pelea.
Los hinchas nacionales que se encontraban en la galería notaron la situación y reaccionaron con furia. Llovió de todo. Los argentinos huyeron como pudieron y para peor el acceso a los vestuarios se encontraba debajo de una tribuna.
Los trasandinos debieron cruzar una ola de sillas plásticas (con el afán de conseguir una jugosa recaudación, la federación decidió llevar a cabo la serie en el estadio techado del Parque O’Higgins, aunque este estuviese a medio terminar, es por eso que decidieron utilizar sillas plásticas para completar los 10.000 boletos. Grueso error) y objetos contundentes. Carabineros debió proteger con sus escudos a los deportistas, pero eso no sirvió de mucho, ya que el padre de Mariano Zabaleta terminó con un corte en la sien.
Obviamente el partido se suspendió, y la Federación Internacional de Tenis determinó que el duelo se disputara al día siguiente, sin público. Sin embargo, Argentina no se presentó, argumentando que las medidas de seguridad no eran las óptimas para un evento de ese nivel.
La Federación reaccionó y decidió darle el triunfo a Chile por 5-0.
Chile tampoco se la llevó barata, ya que el ente rector del tenis mundial castigó a nuestro país con dos años sin poder jugar de local, además, no pudieron disputar el repechaje del Grupo Mundial contra Marruecos.