El búlgaro Grigor Dimitrov se coronó este domingo como nuevo rey del Masters 1000 de Cincinnati después de ganar en la final al australiano Nick Kyrgios por 6-3 y 7-5.
Dimitrov, nº11 mundial, logró a los 26 años el título más importante de su carrera, el séptimo en total en su palmarés, a sólo ocho días del comienzo del Abierto de Estados Unidos, que se disputará del 28 de agosto al 10 de septiembre en Nueva York.
Dimitrov se alzó con su tercer trofeo de la temporada tras no ceder ni un solo set para llevarse un premio de 954.225 dólares, el mayor en su vida profesional.
La victoria le sitúa además entre los favoritos al US Open.
“Significa mucho para mí”, dijo Dimitrov. “Estoy bastante seguro después de esta victoria. Esto es para lo que he estado practicando. Es mi mayor victoria hasta ahora”.
El búlgaro comentó que disfrutaría el triunfo “por un día o dos pero luego vuelvo a la rutina y me prepararé para el US Open”.
En la final de ATP de más alto nivel disputada entre dos jugadores nacidos en la década de los noventa, Dimitrov obtuvo su mejor victoria en el circuito de canchas rápidas este año.
Desde que el argetino Guillermo Cañas venció al estadounidense Andy Roddick en 2002 en Toronto, es la primera vez que dos “novatos” en finales de un Masters se disputan el título.
“Estaba tan nervioso…”, explicó Dimitrov. “Traté de contenerme, era uno de esos partidos que sabía que podía vencerle, pero nunca se sabe qué va a pasar en contra de ti”.
Kyrgios desperdició una oportunidad de quiebre en el quinto juego, enviando una bola por el lado derecho, y Dimitrov aprovechó el desequilibrio mental de su rival para quebrarle en el sexto ‘game’ y agarrar una ventaja de 4-2.
Dimitrov aseguró el título cuando en el segundo set Kyrgios metió contra la red un golpe de derecha casi a la hora y media de juego.
En su temporada más productiva en la ATP, el búlgaro ha ganado los trofeos de Brisbane, Sofía y Cincinnati.