Inglaterra infligió a Nueva Zelanda, sin discusión y tras un recital, su primera derrota en una Copa del Mundo en doce años para poner fin en semifinales al reinado de los vigentes campeones del mundo (19-7), este sábado en Yokohama, cerca de Tokio.
Los All Blacks no conocían la derrota en esta competición desde que cayeron en cuartos de final contra Francia en 2007 (20-18), partido desde el que encadenaron 18 triunfos.
Ese es el alcance de la victoria del XV de la Rosa, que disputará el próximo sábado su primera final desde 2007 (derrota contra Sudáfrica), frente a Gales o los Springboks, que se enfrentan el domingo.
Hace cuatro años, los jugadores ingleses veían a los neozelandeses levantar la Copa Webb Ellis en su casa, luego de salir por la puerta de atrás de “su” Mundial, eliminados en la fase de grupos por primera vez en su historia, también la primera para un país organizador.
La recuperación ha sido espectacular y tiene como principal culpable a Eddie Jones, llamado al rescate para reorganizar a una selección que encadenaba dos malos Mundiales (eliminación en cuartos en 2011).
En Japón, Inglaterra tiene en el punto de mira un segundo título mundial luego del conseguido en 2003, objetivo declarado del técnico australiano desde su llegada.
“Nuestro mejor ataque ha sido la defensa”
Solo le queda un obstáculo por superar, el más difícil, pero si su equipo repite en una semana, de nuevo en Yokohama, la misma actuación de este sábado, le espera una segunda corona mundial.
Porque los ingleses ofrecieron un recital para mandar de vuelta a casa a los All Blacks, sin duda un poco menos temibles en esta edición luego de la retirada tras el Mundial-2015 de pilares como Richie McCaw, Dan Carter, Ma’a Nonu o Conrad Smith.
“Tuvimos que ir a buscar muy lejos esta victoria”, sonrió Jones tras el triunfo. “Sabíamos que había que ser dominantes en la línea frontal, no darles tiempo ni espacio. Lo hemos conseguido. Eso ha provocado varios errores de su parte y nos ha dado unos rebotes favorables”.
“De hecho, nuestro mejor ataque ha sido nuestra defensa. Generamos oportunidades a través de nuestra defensa para atacar”, añadió Jones, que fue finalista de la Copa del Mundo en 2003 con Australia.
Las actuaciones de los All Blacks este año, menos buenas que en los precedentes, con un empate en casa contra Sudáfrica (16-16) y una dura derrota en Australia (47-26) en el Rugby Championship, ya habían hecho saltar las alarmas sobre su capacidad de encadenar un tercer título mundial.
Este sábado, sin duda, los neozelandeses ofrecieron una de sus peores actuaciones en años, incapaces de imponer su juego, asfixiados por la defensa del XV de la Rosa, privados del balón pero sobre todo de tiempo y espacio para sentirse cómodos.
Tan solo albergaron esperanzas cuando su tercera línea Ardie Savea aprovechó un malentendido inglés para hacer el try del honor y colocar a los suyos a seis puntos de distancia (13-7, minuto 57).
10-0 al descanso
Pero en la segunda incursión oceánica perdieron toda esperanza, cuando el tercera línea inglés Mark Wilson se hizo con el oval (72).
“Primero, quiero felicitar a Inglaterra. Creo que han hecho un enorme partido de rugby y han merecido ganarlo. No se les debe dejar nada porque lo toman todo. Y, de hecho, en eso consiste el rugby”, declaró el seleccionador de los All Blacks, Steve Hansen.
Ya desde el principio los neozelandeses sintieron la presión inglesa, cuando el XV de la Rosa desafió el célebre haka -danza tradicional maorí- formando una ‘V’ más allá de la línea del centro del campo.
Los ingleses se fueron al descanso con una ventaja de 10-0 gracias a un try de Manu Tuilagi (2) y a un penal cerca del final del primer tiempo obra del apertura George Ford, autor posteriormente de otros tres penales (49, 62 y 69) que destacaron a su equipo.
El marcador podría haber sido incluso mucho más favorable para Inglaterra, a quien se le negaron dos tries luego de la revisión del video (25 y 46).