Altas expectativas habían para el partido de ayer. No sólo por lo generado por la prensa, sino que también al interior del plantel de Colo Colo. El 27 de febrero estaba marcado desde el primer día de la pretemporada, pero al final el Cacique no estuvo a la altura.
Pablo Guede preparó una planificación pensando en el encuentro con Atlético Nacional. Es su manera de trabajar; privilegiar los “grandes partidos” por sobre otros. Hasta el momento le había dado resultados. Claro, eran por el ámbito local.
Con San Lorenzo y como él mismo reconoció, utilizó toda la pretemporada para preparar la Supercopa ante Boca Juniors. La ganó con un rotundo 4-0. Fue su carta de presentación en la primera división del fútbol de su país. Después se quedó corto: le fue mal en la Libertadores y llegó hasta la final del torneo trasandino, perdiéndola con el Lanús de Jorge Almirón, hoy DT del cuadro verdolaga.
Con el buzo albo también se vio este “patrón” de Guede. Luego de quedarse sin la opción de disputar el campeonato con Universidad Católica, se focalizó en la Copa Chile. Jugó con suplentes con Everton y Palestino (ambos encuentros los ganó) y en la final ante los ruleteros le propinó un contundente 4-0.
El primer semestre del año pasado falló ante Botafogo y luego le entregó en bandeja el título a Universidad de Chile. Mosa lo dejó con la clara misión de ganar el torneo de Transición. Con la soga en el cuello, Guede marcó con un pincho los partidos que no podía perder: la Supercopa con la UC y el clásico con la ‘U’ y luego agregó el cotejo con Unión Española, el que definía el campeonato.
A la ‘Cato’ le ganó 4-1 previo a un pésimo debut por Copa Chile ante Deportes La Serena. Tras zafada la llave con los ‘papayeros’, el siguiente foco era la ‘U’. En la fecha anterior cayó ante la Universidad de Concepción, Esteban Paredes no jugó y Jaime Valdés fue reemplazado. Fin de semana siguiente y el Cacique dio espectáculo en el Monumental ante su archirrival.
Luego de quedar eliminado de la Copa Chile (competición que parecía una “traba” en la meta de Guede), Unión Española aparecía como el rival a vencer, aunque antes tenían que jugar con Deportes Temuco. Cuando iban 0-0 el argentino reemplazó a Paredes, lo necesitaba para el domingo siguiente. Al final la jugada no fue buena: el capitán albo fue expulsado por reclamos y los albos regresaron a Santiago con una derrota.
Para este año Guede repitió la fórmula. Lo hizo en los partidos con Palestino y O’Higgins. Perdió cinco puntos todo para cuidar a sus grandes figuras. Es el costo que el entrenador de 43 años está dispuesto a asumir. Su primer gran foco estaba en Atlético Nacional, los trabajos en los entrenamientos eran pensando en ese cotejo.
Con las expectativas altas que habían, Guede fue articulando su discurso. Se puso el ‘parche antes de la herida’. Recalcó varias veces que no le correspondía a ellos cargar con la mochila de once años sin superar la fase de grupos. Además, en la conferencia del pasado lunes, sacó a relucir las diferencias económicas del fútbol chileno con las demás ligas del continente y llamó a sus jugadores a “disfrutar” la Copa.
Por sus palabras previas no se lo veía seguro y así se notó ayer en la cancha del Monumental. Colo Colo cayó por la mínima creando una sola ocasión. El cambio del fútbol nacional al nivel internacional fue un golpe, otra vez, para los jugadores albos. Salvo Jorge Valdivia que se notó su experiencia siendo titular de un equipo campeón de Copa América, los demás estuvieron tímidos, con pánico algunos, sabiendo que no iban a poder vencer la retaguardia de Fernando Monetti.
Como se estaba dando el partido, nadie habría dramatizado con un empate sin goles. En la jugada específica, Guede dejó solo a Carmona en las labores de quite. Valdés se ubicó por la izquierda, ya que al borde de la cancha Benajamín Berríos esperaba por ingresar. En esos minutos dieron mucha ventaja. Si la pelota no salía tenían que tirarla para afuera. Al final el ‘8’ albo la perdió y la diagonal de Vladimir Hernández liquidó el match.
La planificación de Guede se vino abajo con el resultado. Perdió puntos en el campeonato nacional y se llevó un duro aviso de lo que se le podría venir en Copa Libertadores. Su fórmula no pasó la prueba a nivel internacional. Le quedan cinco partidos y la clasificación a octavos, su gran anhelo de este año, todavía es posible.