El español Carlos Sainz (Ferrari), ganador hace una semana en Silverstone (GP de Inglaterra), tuvo que abandonar este domingo el Gran Premio de Austria.
A falta de quince vueltas en la undécima jornada del Mundial de Fórmula 1, y cuando rodaba hacia una segura segunda plaza en el Red Bull Ring, el motor del madrileño se rompió.
Ante la frustración de tener que decir adiós a la carrera, vino el gran susto: el propulsor de su Ferrari empezó a arder.
Para peor suerte, el piloto aparcó en subida y, cuando intentó escapar de su monoplaza en llamas, debió pedir auxilio a los comisarios cercanos.
Afortunadamente, Carlos Sainz pudo salir del coche segundos después, alejándose el peligro mientras apagaban el fuego con extintores.