El vigente campeón del Rally Dakar, el argentino Kevin Benavides, relató cómo ha sido su vida tras convertirse en el primer latinoamericano en ganar esta competencia en motos.
“Ha cambiado un poquito mi vida, igual traté de seguir con los pies sobre la tierra… el reconocimiento, voy por la calle y me paran por muchos lados. Si bien antes era reconocido, ahora explotó muchísimo más. Me ha pasado en Argentina y en aeropuertos del resto del mundo”, dijo.
Además, el trasandino se refirió a su reciente cambio de equipo desde Honda al austriaco KTM, y especialmente al posible fichaje del chileno Pablo Quintanilla en la marca japonesa.
“Mi lugar en Honda, no es un reemplazo, me fui y quedó esa plaza vacante. Creo que Pablo va a ser el piloto que estará ahí. Es un grandísimo piloto, le tengo muchísimo respeto, nos llevamos excelentemente bien”, comentó.
“El siempre confió en que podía ganar un Dakar”
El piloto de 32 años recordó también su amistad con su compañero Paulo Gonçalves, quien el 2020 falleció en medio de la séptima etapa del Dakar.
Kevin, que le dedicó su título al portugués este año, confesó que el piloto fue su mejor amigo dentro del mundo del rally.
“Paulo ha sido mi mejor amigo en el mundo del rally, me ha enseñado muchísimo. Su muerte fue muy difícil y dolorosa para mí”, confesó.
En la misma línea, el argentino confesó que Paulo siempre creyó en él y confió en que ganaría el Rally Dakar, algo que Benavides cumplió.
“Él siempre me ha guiado, era mi amigo de verdad, se alegraba por mis victorias, siempre me ayudó. Era mayor y tenía muchísima experiencia. El siempre confió en que podía ganar un Dakar. Este año lo sentí todo el tiempo conmigo. El 12 de enero, que era su aniversario, gané esa etapa, porque el día que fallece esta etapa también la gano yo”, explicó.
“Cuando crucé la meta yo sé que él la cruzó conmigo. Me ha estado cuidando y protegiendo desde arriba. Esto se lo he dedicado a él, le he mandado mensajes a su familia”, reveló.
Finalmente, el argentino tuvo palabras para el legendario piloto nacional Carlo de Gavardo, relatando que “lo conocí hace muchísimos años en una carrera de enduro, era el llanero solitario, iba a entrenar solo en el desierto. Muy admirable el trabajo que hacía, tengo una gran admiración por lo que hizo. Fue uno de los primeros que pudo mostrarse en el mundo del Dakar”.