El 1 de mayo de 1994 el mundo motor se estremecía. El brasileño Ayrton Senna, entonces piloto del equipo Williams-Renault, impactaba su monoplaza contra un muro de hormigón y ponía fin a su carrera en el Gran Premio de San Marino, en el circuito de Imola.
El impacto, que según se estimó se produjo a 218 kilómetros por hora, terminó con la vida del piloto de 34 años y tres veces campeón de la Fórmula 1.
Brasil estaba conmocionado. El país carioca perdía a uno de sus deportistas más destacados en una manera tan trágica que terminó cambiando las condiciones de seguridad de la Fórmula 1 de ahí en adelante.
Y entre todos quienes lloraban la perdida de Ayrton, estaba Maria da Graça Meneghel, Xuxa. La popular cantante había tenido una relación con el oriundo de Sao Paulo hace algunos años y, si bien ya no estaban juntos, la familia del piloto y la prensa brasileña la reconocieron como la “viuda de Senna”.
El deportista y la artista se conocieron públicamente en el programa de televisión de ella. De acuerdo a Clarín, la primera vez que se vieron fue en un mini reportaje del “Show de Xuxa”, en 1987, pero tuvieron mayor cercanía luego de que Marlene Mattos, la famosa representante de Xuxa, intercambiara los teléfonos de ambos.
“Él es una persona simple y cariñosa, un tipo gentil”, comentaba Xuxa sobre el piloto, con el cual empezaron una relación de pareja que duró dos años.
Él en tanto, había cambiado bastante. La prensa deportiva del momento destacaba la actitud distinta de Senna, que pasó de ser malhumorado y cortante a alguien siempre dispuesto a conversar y amigable con la gente del mundo motor.
La triste premonición
Al igual que como fue su primer encuentro en el programa de la artista, Ayrton llegó al especial navideño del “Show de Xuxa” de 1988 y ahí, ante las cámaras, se registró una triste coincidencia.
“Papá Noel me dio un gran regalo este año”, partió contando la cantante cuando el piloto se hizo presente en el estudio, y la mujer comenzó a darle besos en la cara al mismo tiempo que le deseaba un feliz Año Nuevo
“Feliz 1989”, dijo Xuxa, antes de dejarle una marca de lápiz labial rojo en la cara a Senna. “Feliz 1990”, repitió la artista; “Feliz 1991”; “Feliz 1992”; “Feliz 1993”, y ahí se detuvo, debiendo el beso de 1994, año en que ‘o Rei’ falleció.
Lo concreto es que la relación entre ambos continuó. El piloto viajaba a Brasil cada vez que podía para estar con su flamante pareja e, incluso, se dejó el pelo más largo a pedido de la cantante.
Los buenos aires, sin embargo, solo durarían hasta 1990. Mucho se especuló en torno a las razones del quiebre, algunas apuntando al piloto y otras a Xuxa.
Mientras Ayrton quería que ella lo acompañara a las carreras, la artista quería que Senna se quedara en Brasil para acompañarla en sus proyectos. En marzo de ese año, el piloto partió a Europa y ese fue el punto final de la popular pareja.
“Nos íbamos a casar”
El último momento en que se les vio juntos fue en el Gran Premio de Mónaco aunque, según Xuxa, ya habían puesto punto final a su relación. “Vine como cualquier brasileño a hinchar por Ayrton, ya que aquí nunca vi una carrera de Fórmula 1”, comentó entonces la cantante.
Senna, por su parte, aún con el recuerdo vivo enfatizaba que esa había sido su relación más importante. “Nuestro casamiento iba a ser el día que pueda ganar el Gran Premio de Brasil”, comentaba el piloto.
Coincidentemente, Mónaco fue una de las seis victorias de la temporada de Ayrton que, a la larga, se quedó con el título de la Fórmula 1 luego de una apretada disputa con el francés Alain Prost de Ferrari.
Al año siguiente, el oriundo de Sao Paulo se quedó con siete carreras, el bicampeonato y su tercer título para la escudería McLaren. Ese año sumó una emotiva victoria como local en el Gran Premio de Brasil. A esa altura, ya no tenía con quien contraer matrimonio.
Los dos años siguientes, la irregularidad en los resultados para Senna, sumada a los problemas de McLaren para la fabricación de sus bólidos, le costaron caro al brasileño que no pudo volver a celebrar con el equipo británico.
En 1994 Ayrton pasó a Williams-Renault, pero se encontró con inconvenientes en el habitáculo del monoplaza. ‘O Rei’ nunca se mostró cómodo y, al momento del GP de San Marino, era un joven Michael Schumacher el que reinaba a bordo de su Benetton y se consagraría al final de la temporada.
Aquel 1 de mayo, luego del accidente de en la curva Tamburello, gran parte de Brasil lloró al ídolo sudamericano de los deportes tuerca, y también lo hizo Xuxa, la “viuda” del piloto que no pudo desearle un feliz 1994.
“Creí que lo encontraría más tarde. Intenté hablar con él muchas veces, pero no se dio. Quedará para otra vida”, reflexionó la cantante en el funeral de Senna.