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“¡Por favor, levántate!”, escuchó Vladimir Polozov, luchador ruso de artes marciales mixtas, mientras era masacrado por su compatriota Anatoliy Galushka en el evento MMA Series 84.

La voz y el grito de aliento no provenían de cualquier espectador presente en el Palacio de Deportes de Krasnoyarsk: eran de su esposa, Ekaterina.

La mujer, según relató después, se desesperó al ver cómo el rival de su pareja lo sometía aprovechando los 20 centímetros de diferencia entre uno y otro y corrió para hacer algo. La pelea tuvo un impensado final.

Vladimir, “un perdedor total”

De acuerdo al medio ruso Sovsport, Vladimir Polozov inició muy joven en los deportes de contacto. Aburrido de ser constantemente maltratado en su natal Achinsk, empezó a practicar judo y combate cuerpo a cuerpo.

“Era un perdedor total”, reconoció el peleador apodado ‘El Irlandés’, sobrenombre que recibió por su cabellera rojiza.

Pero tras conocer las artes marciales mixtas, el ruso pudo cobrar revancha de quienes burlaron de él e inició su carrera en la MMA.

En el camino, Polozov conoció a Ekaterina y establecieron una poco convencional familia en la ciudad al sur de Siberia: once gatos, seis perros, cinco cerdos y una vaca.

Pero lo más importante era el amor entre ambos y el aliento que, en palabras del propio ‘Irlandés, siempre recibió de su pareja durante cada entrenamiento y pelea.

“Ella siempre ha sido mi apoyo. Pero en ese momento, sus palabras fueron decisivas”, comentó Vladimir luego de la pelea que lo catapultó al estrellato y que suma más de un millón de visualizaciones.

El grito que sacó de la niebla a Polozov

Con un registro de 2 victorias y tres caídas, Vladimir Polozov se presentó en septiembre de 2024 en el Palacio de Deportes de Krasnoyarsk ante Anatoliy Galushka, quien hacía su debut en el profesionalismo.

Pero la pelea, plato fuerte del evento MMA Series 84, se realizó con una notoria diferencia física entre ambos contendientes: mientras ‘El Irlandés’ marcó 75 kilos y 1,69 de estatura, su rival llegó al evento con sus 1,86 y pesando 110 kilogramos.

Eso poco le importó a Polozov, acostumbrado a hacerle frente a peleadores de mayor tamaño y peso que él. Pero, esta vez, Galushka hizo valer su fuerza superior.

En los primeros segundos de combate, el debutante mandó al suelo a ‘El Irlandés’ y le propinó una lluvia de golpes al rostro que dejaron a Vladimir a maltraer.

En ese momento, Ekaterina se paró de su asiento y corrió rumbo al octágono, eludiendo a guardias y las barreras de seguridad. “Yo simplemente quería ayudarlo, al menos moralmente”, reconoció después la mujer.

En su intento por asistir a su pareja, Ekaterina alcanzó a gritar “¡por favor, levántate!”, mientras un guardia la sacaba de un costado de la jaula.

Al interior de ella, Polozov apenas apenas vio a su esposa mientras seguía recibiendo golpes en la cara, pero sí pudo reconocer su voz.

Trascartón, ‘El Irlandés’ sacó fuerzas, se levantó levemente del suelo y empezó a someter a Galushka con una llave de piernas. En cosa de segundos, el rival de Vladimir se rindió.

Polozov se paró de la lona y buscó con la mirada a Ekaterina, quien saltaba feliz a un costado del octágono. “Escuché su grito y fue como si me sacara de la niebla”, comentó el ganador tras su pelea, quien celebró su triunfo con un emotivo abrazo de su esposa.

Fue una pelea de apenas 53 segundos, pero que le dio fama a aquel “perdedor total” en la que ganó no solo su combate, sino que una historia digna de Hollywood.