VER RESUMEN

Resumen automático generado con Inteligencia Artificial

La historia del boxeo está marcada por trampas, actos antideportivos y decisiones arbitrales polémicas, y en Argentina conocen bien esta realidad. El 17 de diciembre de 1993, en el gimnasio del club Defensores de Villa Luján en San Miguel de Tucumán, se llevó a cabo una noche que dejó huella en el boxeo argentino, donde Juan Martín Coggi defendía su título de campeón superligero de la AMB frente al colombiano Eder González en una pelea repleta de drama y controversia. A pesar de las irregularidades y la polémica actuación arbitral, Coggi logró mantener su corona tras una revancha en Las Vegas, cerrando un capítulo controvertido en su carrera y demostrando su valentía y perseverancia en el ring.

Desarrollado por BioBioChile

La historia del boxeo tiene episodios marcados por trampas, actos antideportivos y decisiones arbitrales más que controversiales, y en Argentina bien saben al respecto.

Precisamente, a mediados de la década de 1990 se escribió otro de esos capítulos cuyos protagonistas prefieren dejar en el pasado, pero que por la trascendencia de sus actos, no puede sino que ser recordada.

Se trata, ni más ni menos, que de una de las veladas más escandalosas del pugilismo mundial, protagonizada por el boxeador argentino y en ese momento defensor del título de campeón superligero de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), Juan Martín Coggi.

El 17 de diciembre de 1993, el gimnasio del club Defensores de Villa Luján en San Miguel de Tucumán fue escenario de una velada que dejó huella en la historia del boxeo argentino. En su quinta defensa como campeón superligero de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), Juan Martín “Látigo” Coggi enfrentó al colombiano Eder González en una pelea que combinó drama, polémica y una cuestionada actuación arbitral liderada por el juez venezolano Isidro Rodríguez.

La pelea, organizada de forma apresurada tras la cancelación de un combate en Madrid, colocó a González, un desconocido con un respetable récord de 22 victorias, como el retador de última hora. Coggi, a punto de cumplir 32 años, era el favorito en una noche donde el público tucumano esperaba celebrar su triunfo. Sin embargo, lo que debía ser un trámite, se transformó en una serie de eventos insólitos que pusieron en jaque su reinado.

Juan Martín 'Látigo' Coggi - La Nación
Juan Martín ‘Látigo’ Coggi – La Nación

Descaro, cuentas largas y una inesperada ayuda

En el segundo asalto, Coggi pareció encaminar la pelea con un poderoso zurdazo que envió a González a la lona.

“Él estaba nocaut y yo me equivoqué: me fui al humo y no hice el amague y el paso atrás que tendría que haber hecho para que él pasara de largo”, recuerda el argentino ante el Clarín, 27 años después. En esa búsqueda, se encontró con un derechazo insospechado, que impactó su mandíbula y lo hizo tambalear, electrizado, antes de caer desplomado.

Mientras Coggi luchaba por recuperar la vertical, el público no daba más de estupor, viendo como las piernas del campeón no respondían.

En medio de la desesperación, apareció una inesperada ayuda para el argentino. Cuando no parecía que pudiera levantarse a tiempo, el conteo del árbitro Isidro Rodríguez fue particularmente lento: 16 segundos para permitir la continuidad de un pelea que no debió seguir, considerando que Coggi no estaba en condiciones de continuar.

González no quería dejar pasar la oportunidad de su vida. Arrinconó y lo tenía a Coggi a punto de darle el golpe definitivo, pero Isidro Rodríguez detuvo las acciones y apartó al caribeño, en señal inequívoca de que había decretado el nocaut técnico. El colombiano corrió a su esquina a abrazar a su entrenador y mánager, Ricardo Sánchez Atocha.

No obstante el árbitro se acercó al rincón visitante, mientras Coggi se bamboleaba, incapaz de mantenerse de pie. Tal era la inestabilidad del argentino que Luis Spada, reconocido actor de la escena pugilística argentina, acudió en su ayuda, subió al borde del cuadrilátero y lo sostuvo del pantalón para que no cayera otra vez. Todo a vista y paciencia del juez.

Eder González - Boxeo de Colombia
Eder González – Boxeo de Colombia

Se trató de una ayuda más que valiosa, considerando que gracias a eso, Juan Martín Coggi no cayó a la lona. A pesar de las irregularidades y el estado de Coggi, el venezolano Rodríguez decidió que el combate continuara.

Con medio minuto por delante y con su rival a punto de la derrota, González preparó la estocada final, pero justo sonó la campana mientras Spada abrazaba a Coggi y ayudaba a desviar un golpe del retador. Había terminado un round que había durado solo dos minutos y 35 segundos.

Años más tarde, el excampeón mundial mediano Jorge ‘Locomotora’ Castro, presente la fatídica velada, revelaría que había sido él quien había golpeado el gong. “Me surgió ahí de la nada, solo le quise dar una mano a un amigo”, explicó.

‘Este cagón no me va a ganar’

“Llegué al rincón y el Negro Rivero me dijo: ‘Basta, se acabó, te va a matar’. Yo no podía razonar ni hablar, tenía la lengua dura, pero le dije: ‘Si me sacás de la pelea, te recago a trompadas. Este cagón no me va a ganar’. Cuando el timekeeper avisó que faltaban 10 segundos para que empezara el tercer round, le pedí a Rubén Dupén (su preparador físico) que me parara porque no me respondían las piernas”, recuerda Juan Martín Coggi ante Diario El Clarín.

Con el paso de los rounds, Coggi logró superar la adversidad, no sin antes recibir un poco más de ayuda de Isidro Rodríguez.

El campeón, todavía extraviado, era un puching ball que no hacía más que recibir castigo sin siquiera atinar a abrazar a su rival. ‘Látigo’ resistió con estoicismo, maña y una pizca de ayuda de Rodríguez, que interrumpió cada vez que pudo el avance del colombiano. Ese tercer capítulo pareció infinito, pero duró dos minutos y 32 segundos, esta vez cortesía del timekeeper. El descanso posterior nuevamente excedió el minuto.

Un gancho al hígado en el cuarto asalto marcó el comienzo de la recuperación del argentino. En el séptimo, con una serie de golpes precisos, Coggi logró derribar a González, quien no pudo levantarse antes del conteo final. El árbitro Rodríguez no tuvo más que hacer que declarar el nocaut en favor del argentino.

Consecuencias y la revancha

La AMB tomó medidas rápidas tras el escándalo. Isidro Rodríguez fue suspendido de por vida debido a su desempeño en Tucumán, aunque años después recibió un indulto para dirigir un último combate.

En tanto que, para limpiar la imagen del deporte pugilístico, se organizó una revancha inmediata el 18 de marzo de 1994 en Las Vegas.

En el desquite, Eder González volvió a poner en aprietos a Juan Martín Coggi, derribándolo en el primer asalto y abriéndole un profundo corte en el tercero. Sin embargo, esta vez no hubo polémicas: un uppercut del campeón argentino selló su victoria por nocaut técnico, cerrando un capítulo controvertido en su carrera.

La noche de Tucumán quedó en la memoria como una de las más insólitas del boxeo mundial, con un campeón que sobrevivió a golpes, controversias y hasta la campana para mantener su corona.