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La atleta paralímpica española Elena Congost demandó al Comité Paralímpico Internacional tras ser descalificada en el maratón de París 2024, a pesar de cruzar la meta en tercera posición. Congost soltó la cuerda que la unía a su guía para evitar que éste cayera por calambres, acción que, según sus abogados, no buscaba beneficio deportivo. A pesar de la defensa argumentada, el IPC mantuvo la descalificación, lo que llevó a Congost y su guía a presentar una demanda para reclamar la medalla de bronce. La respuesta del IPC fue que la descalificación se basó en una violación del reglamento, aunque admitieron que la atleta no obtuvo ventaja alguna. La defensa argumenta que la norma penaliza a deportistas con discapacidad.

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La atleta paralímpica española Elena Congost demandó ante la justicia francesa al Comité Paralímpico Internacional con el fin de revertir polémica decisión que la dejó sin medalla en el maratón de París 2024.

Congost cruzó la meta en tercera posición con más de tres minutos de ventaja sobre la japonesa Misato Michishita, pero fue penalizada con la descalificación. Esto, por haber soltado la cuerda que le unía a su guía, Mía Carol, para evitar así que éste cayese al sufrir un ataque de calambres a falta de diez metros para terminar la carrera.

Así, la atleta paralímpica y su compañero de competencias, demandaron al Comité ante los tribunales de París para reclamar la concesión de la medalla de bronce, según han comunicado este martes sus abogados.

Aunque la acción por la que fue descalificada está prohibida por el reglamento, la defensa de los demandantes argumenta que no implicó ningún beneficio deportivo. Agregan que ambos ralentizaron la marcha, y apenas duró “una fracción de segundo” antes de que volvieran a sujetar la cuerda para cruzar juntos la línea de meta.

Además, exponen que la reacción de Congost fue “un puro reflejo de fraternidad y ayuda”, y que la atleta, por ser discapacitada visual, “no podía estar segura exactamente del peligro que corría” Carol cuando gritó a causa del dolor.

Por este motivo, el 25 de septiembre la defensa de Congost y su guía enviaron una carta al IPC invitándole a reconsiderar “esta absurda decisión”. En el documento, aseguraron que su descalificación “no impedía el fraude deportivo sino que, por el contrario, creaba injusticia deportiva y, por tanto, generaba una vulneración injustificada de la libre prestación de servicios” ejercida por la atleta.

El 29 de octubre, el máximo responsable de World Para Athletics, Paul Fitzgerald, respondió que la descalificación “se basó en una clara violación” del reglamento. Y el 10 de diciembre, el presidente del IPC, Andrew Parsons, aseguró que el “caso está cerrado” pese a admitir que la atleta española “no obtuvo ventaja sino que ayudó a un compañero”, y desveló que World Para Athletic estudiará la norma para una posible revisión.

Ante la negativa a rectificar su decisión, la defensa -formada por los despachos de abogados Vigo (Francia), RocaJunyent (España), Meo Law (Alemania) y Dupont-Hassel (Bélgica)- llevó ayer al Comité Paralímpico Internacional ante el Tribunal de Primera Instancia de París para solicitar la reparación de los daños sufridos, incluida la concesión de la medalla de bronce.

Además, la defensa sostiene que al ser aplicada de forma absoluta la norma penaliza a los deportistas más gravemente afectados por discapacidad.