Impactante revelación en el deporte. La destacada atleta nacional Giselle Álvarez relató, en un largo escrito en redes, los abusos sexuales que sufrió por su padrastro cuando niña.
La deportista viene de participar recientemente en los Juegos Panamericanos de Santiago 2023, alcanzando un meritorio desempeño en el Maratón -séptima con un crono de 2hrs, 37 minutos y 21 segundos- y en los 10.000 metros planos.
La oriunda de Ancud publicó un desgarrador testimonio en su cuenta de Instagram, donde cuenta que fue víctima de violación y abuso sexual por la pareja de su madre -no padre biológico- desde los ocho hasta los 12 años.
Álvarez decidió dar a conocer este crudo comunicado, luego que la justicia determinara no enviar a su agresor a la cárcel.
“Una de mis grandes luchas en mi vida ha sido superarlo, quitarme su pesada carga, borrar los recuerdos que me ligan a su miserable vida (…) Aún no cumplía los 9 años cuando comenzó a abusar sexualmente de mí. Él me violaba, tenía sexo conmigo como si yo fuera una pareja de su edad, casi siempre fue en la misma habitación y cama donde dormía con mi madre. Un psicópata que eligió de pareja, que quiero suponer que lo desconocía”, contó.
“A raíz de la investigación, las declaraciones de los testigos y del victimario, se determinó que los hechos eran constitutivos como delitos de abuso sexual de menor y violación de menor. Sin embargo, por el tiempo transcurrido desde que sucedió todo, los delitos quedaron prescritos, por tanto no hubo pena ni sanción”, agregó.
“Seguirá libre, trabajando en la Armada de Chile en la ciudad de Puerto Montt, constituyendo siempre un riesgo para cualquier menor de edad que tenga la desdicha de relacionarse con él. Y por esto, de lo único que me arrepiento es de no haber tenido el valor de denunciar antes, para que sus delitos no quedaran impunes”, continuó la atleta.
Además, Giselle valoró el apoyo recibido por la ex fondista nacional y hoy diputada Erika Olivera, fundamentalmente al no contar con la defensa de su madre y padre biológico en este delicado caso.
“El ejemplo más grande que recibí de ella (Erika) fue cuando contó su historia como víctima de abuso. Ese hecho, sumado a los relatos de las gimnastas de Estados Unidos, me ayudaron a tomar el valor de enfrentar mi propio drama”, expresó.
“No hay nada más triste que sentir que las personas llamadas a protegerte, aquellos que son de tu propia sangre, tu familia, no velen por tu seguridad, que en situaciones tan brutales no estén tus padres. Que tu propia madre te dé la espalda por proteger a tu pareja, que tu padre biológico que te abandonó de niña, cuando se entera de lo que le pasó a su hija a los 8 años, no se inmute…”, añadió con tristeza.
Para culminar, la deportista explicó su decisión de publicar esta carta. “Lo hago como una forma de hacer justicia moral por los hechos que sufrí, pero también como un testimonio que busca servir de ejemplo para aquellas víctimas que aún guardan y arrastran su dolor en el silencio de su interior”, cerró.