El equipo de los Trashers fue conocido en todo el mundo del hockey por ser uno de los clubes más violentos de la UHL, luego de ser creado y comandado por un joven de 17 años con el poder de la mafia.
El 1 de abril de 2004, la historia de Liga Unida de hockey (UHL) cambió para siempre, luego de que un joven de 17 años se hiciera cargo de un nuevo y emergente equipo que combinó la rudeza, las peleas y la euforia del público de un pequeño pueblo de Connecticut, con los vínculos de la mafia de la costa este de Estados Unidos.
Esta es la historia de los Galantes, en donde el padre de la familia, James, un magnate con más de 500 camiones recolectores de basura, fue testigo de como su hijo, A.J, le colocó su sello distintivo a una de las franquicias más polémicas del deporte sobre hielo.
Todo parte con la juventud de A.J Galante, quien en su adolescencia tuvo dos amores: el hockey y la lucha libre.
Durante su último año de secundaria, A.J. fue un defensor duro y tenaz de los New Fairfield Rebels, un equipo ubicado en las afueras de Danbury. En un juego de la temporada, realizó un duro control corporal sobre las tablas y se rompió el ligamento anterior cruzado en el proceso.
La oferta que cambió el destino de los Galante
Esto puso fin a su carrera como deportista y a pesar de tenerlo prácticamente todo, su mundo se vino abajo tras conocer que no podría concretar su sueño de ser integrante de un equipo de hockey, hasta que su padre le realizó una oferta que cambiaría el destino de ambos.
En declaraciones hace algunos años, A.J Galante detalló al medio Drive4Five que “recuerdo que después de que terminó la temporada de la escuela secundaria, estábamos cenando. Él dijo con cierta indiferencia que iba a formar un equipo de hockey en el otoño de 2004 y que quería que yo fuera el presidente”.
“Pensé que estaba bromeando, pero hablaba en serio, así que dije ‘sí, claro, eso es genial’, pensando que estaba bromeando y aprendí muy rápido que no era una broma y que desde entonces fue una locura”, indicó.
Fue en ese momento en donde James ‘Jimmy’ Galante se reunió con el comisionado de la UHL, Richard Brosal, quien al escuchar las palabras del magnate de los recolectores de basura, aseguró que “pensé que todo era una broma”.
En ese momento, los Galantes decidieron un nombre, a A.J. no le gustó desde el principio, ya que el equipo se llamaría Danbury Trashers. Fue un guiño al negocio del padre Galante, con un dulce logotipo diseñado por el diseñador Dom Alessandro, con sede en Danbury. Se anunció oficialmente el 1 de abril de 2004, en lo que muchos pensaron que iba a ser una broma del ‘Día de los Inocentes’.
Los Trashers fueron la mezcla perfecta entre hockey y lucha libre, todo lo que querían ver los habitantes de Danbury
Uno de los amores de A.J Galante en su adolescencia era la lucha libre, tanto así que su padre, James, invitó a las superestrellas de la WWE Triple H, The Rock, Chyna y Billy Gunn a su patio trasero para una fiesta en la piscina.
Esto fue solo una muestra del poder que poseía el padre de la familia Galante.
Como buscaban imponer un estilo rudo en el equipo, A.J. tuvo la idea de contratar a uno de los entrenadores que más encaja con estos conceptos. Su nombre era Tom ‘T-Bone’ Pomposello y fue contratado como gerente de equipamiento del equipo y asistente especial del presidente.
Pomposello tenía un nutrido historial en su carrera como coach, luego de registrar pasos por Hartford Wolf Pack, Wilkes-Barre/Scranton Penguins, New Haven Knights, y en el momento de unirse a los Trashers, estaba con los Army Black Knights.
La llegada de ‘T-Bone’, significó un antes y después en el equipo de los Trashers, ya que ayudó al inexperto y joven A.J. a contratar los más potentes y duros jugadores para comenzar a perfilar el estilo de juego del elenco de hockey de Danbury.
El primer en ser contratado fue el duro delantero Brad Wingfield, seguido de Jon ‘Nasty’ Mirasty, Frank ‘The Animal’ Bialowas y Dave MacIsaac. Así también, los dos emblemas del equipo fueron los experimentados de la Primera División de hockey, Rumun Ndur y Brent Gretzky. Este último también tenía un nombre conocido, ya que era hermano del mejor jugador de hockey de todos los tiempos, Wayne Gretzky.
En ese momento, los Trashers comenzaban a tomar ritmo de competencia, pero en los primeros duelos encabezaron los minutos de penalización con 2776.
Aquí fue donde se comenzaron a ganar a una enardecida y furiosa afición, luego de que los hinchas quedarán impactados con la agresividad que los jugadores en el terreno de juego, quienes comenzaron a inscribir su nombre en la historia como los ‘Chicos Malos’ de hockey.
La lesión que desató el caos
Las noches en el Arena Ice Danbury comenzaron a ser icónicas, hasta que llegó la lamentable jornada en donde el delantero, Wingfield, se rompió una de sus piernas tras una dura entrada de Josh Elzinga de los Kalamazo de Michigan.
Tras la lesión en el primer tiempo del importante jugador de los Trasher, el tanque nigeriano Rumun Ndur, tomó la justicia por sus manos y al iniciar el segundo tiempo, se lanzó como una bestia sobre Elzinga, propinándole una verdadera paliza que terminó con su rival sangrando en un costado del terreno de juego.
Esto provocó que los Trashers perdieran a dos de sus mejores jugadores, Ndur por sanción tras la brutal agresión y a ‘Winger’ por la lesión que duró más de 5 meses.
Esto provocó que el equipo comandado por A.J. Galante, debiera salir a buscar jugadores y para fortuna de ellos, la Primera División (NHL) se detuvo en la temporada 2004-2005 debido a los bajos indices de TV, la falta de auspicios y la poca motivación del público por asistir a los encuentros.
Fue el momento preciso para que los Trashers fueran a ‘pescar tiburones’ al mar de la violencia.
Fue así como Mike Rupp, dos años después de anotar el gol de la victoria en el séptimo partido de la final de la Copa Stanley, jugó un gran papel en la temporada 2004-05 con los Trashers.
En medio de toda la locura durante la temporada, A.J. siempre quiso el equipo más duro. Pero por más duros que fueran los Trashers, tenían mucho talento.
Lamentablemente para los ‘Chicos Malos’ de Danbury, la temporada se puso cuesta arriba y a pesar de encadenar 44 victorias, 29 empates y 7 derrotas en la temporada regular, cayeron en la fase final ante Muskegon Fury en los cuartos de final de Copa Colonial.
Una de las mejores noches para el Arena Ice Danbury
En uno de los partidos de la nueva temporada que arrancaba el 23 de febrero del 2005, los seguidores vivieron una noche inolvidable, luego de que la dirigencia de los Trashers, con su inmenso poder económico invitaron a la estrella de la WWE, John Cena, quien visitó el estadio para comenzar una campaña con toda la fuerza y con el fuerte carácter que destacaba el equipo de hockey.
En ese entonces, A.J. Galante comentó que “Cena terminó saliendo con nosotros. Se quedó con nosotros hasta el segundo tiempo y, por supuesto, esa noche es famosa por lo que pasó en el hielo. Recuerdo que antes del partido tuvimos que decirle al equipo que montara un espectáculo. Fue una pelea de línea a gran escala”.
La hinchada de los Trashers
Así también, el violento equipo de la UHL debía sí o sí tener una afición a la altura de lo que realizaban en el terreno de juego cada uno de los rudos elementos del equipo y claro que lo fue, ya que la sección 102 del estadio era una de las más molestas y ruidosas de toda la competición.
Detrás del banquillo contrario, los hinchas se hicieron oír desde el principio. Muchos de los fanáticos de la sección 102 emigraron de la sección 12 del antiguo New Haven Coliseum y se convirtieron en los fanáticos del hockey más despiadados y volátiles del mundo.
El inicio de la tormenta
Ya en la segunda temporada, los Trashers apuntaron a lo más alto y tenían el material para hacerlo, con las nuevas incorporaciones, con una hinchada que imponía presencia en los diferentes estadios que visitaban y sobre todo en la Arena Ice de Danbury.
Así también, el poder económico de James ‘Jimmy’ Galante, ayudó a mejorar las condiciones del recinto, pero arrastró graves consecuencias para el legado del equipo de hockey.
La temporada 2005-2006 llegó con un cambio de entrenador, donde David-Alexander Beauregard tomó el mando del equipo que dejó Pomposello, para subir hasta la gerencia del equipo.
Beauregard era una superestrella en la UHL y ayudó a los Trashers a regresar a los playoffs después de ganar la División Este con un récord de 48-17-11.
Cuando todo comenzaba a tomar ritmo y ya instalados en la fase final del certamen, Trashers se enfrentó a su icónico rival, los Kalamazoo Wings, quienes siempre los enfrentaron en reñidos partido y mejores peleas dentro del terreno de juego.
Lamentablemente, perdieron en la gran final por la Copa Colonia y desataron toda su furia tras la premiación del certamen, un evento que comenzó a pavimentar las últimas noches de los Trashers de Danbury.
El 8 de junio del 2006, ‘Jimmy’ cayó en una redada del FBI, quienes investigaron en las sombras la conexión que el mandamás de los Galantes tenían con una de las ‘Cinco Familias’ más poderosa de la costa este de Estados Unidos, con epicentro en Nueva York y Nueva Jersey, los Genovese.
Cayó James Galante y también el líder de la mafia italiana anteriormente mencionada, Matthew ‘El Caballo’ Ianniello.
El FBI detectó que la empresa de recolección de basura de Galante era el músculo detrás de las amenazas de extorsión y violencia de la familia Genovese.
Posteriormente, llegaron al lavado de dinero que hacían los Trashers, quienes conspiraban para estafar a la Liga de Hockey Unida.
Entre los datos que logró recabar la institución estadounidense, se detectó que los Galantes les pagaban a los jugadores mucho más de lo permitido por la Federación, por lo que clausuraron inmediatamente toda acción del equipo y lo eliminaron de la competición para siempre.
En una desesperada acción por zafar de la gran cantidad de años que le esperaban a James ‘Jimmy’ Galante en la cárcel, el líder de la familia dueña de los Trashers, se declaró culpable de todos los cargos por los que era acusado, obteniendo así solo 7 años y medios de presidio por los cargos de crimen organizado y de conspiración.
Esto fue un duro golpe para A.J, quien debió reinventarse tras el fin de la era en que su equipo deslumbró a la competición de hockey.
Fue así que a 5 años de la clausura de su equipo, A.J. consiguió formar una nueva pasión y fue así como nación el Champs Boxing Club, instalaciones que solo se encuentran ubicadas a 700 metros de distancia del mítico Arena Ice Danbury.
Por su parte, James ‘Jimmy’ Galante salió en libertad tras cumplir su condena y a pesar de que fueron casi 10 años en la cárcel, al salir fue recibido como toda una estrella por los habitantes de Danbury, luego de ser el gran creador del equipo que representó a todo un pueblo ‘olvidado’ en el condado de Connecticut en el Este de Estados Unidos.
La historia de los Trashers fue llevada a la pantalla gracias al documental de Netflix, Al Descubierto, quienes titularon el episodio de los ‘Chicos Malos’ como ‘Mafia sobre hielo’.