‘Stop, stop, pare, pare’, una frase que aún resuena en los amantes del deporte nacional y principalmente en los fanáticos del boxeo. ¿Sus protagonistas? Cardenio Ulloa, Benito Badilla y Luis Comte.
Esta pelea en La Tortuga de Talcahuano, un 30 de noviembre de 1985 y por los títulos de Chile y latinoamericano en la categoría gallo, terminaría convirtiéndose en la más famosa de la década de los 80’ y, porque no decirlo, en la más polémica de la historia del box criollo por su inesperado final.
El boxeo nacional afrontaba en ese período un resurgimiento, gracias a los intentos de título mundial de Benedicto Villablanca, Bernardo ‘Chifeo’ Mendoza, Cardenio Ulloa y Benito Badilla. Por ello, la pelea fue transmitida por televisión para todo el país y bajo el rótulo de ‘Pelea del Siglo’.
Ambos púgiles llegaban a tierra ‘chorera’ tras un fallido intento de alcanzar el título mundial en la categoría que va desde los 51,7 a los 53,5 kg, Badilla se inclinó en 1982 ante el dominicano Leo Cruz, en San Juan, Puerto Rico, mientras que Ulloa perdió en 1984 en Miami ante el campeón Richie Sandoval.
Deportistas con personalidades totalmente diferentes. Cardenio se mostraba tímido y de bajo perfil, mientras que Benito era más extrovertido y confrontacional. Este último el más decidido a calentar el ambiente en la previa con amenazantes recados.
La inmortal velada entre estos dos ex aspirantes al título mundial, aun en la cúspide de sus carreras, arrancó muy pareja. Pasaban los primeros rounds en La Tortuga y no había un claro dominador en el cuadrilátero.
Quinto round: aparece en escena Luis Comte y surge el escándalo
En el quinto asalto surgió uno de los momentos más polémicos y recordados del deporte nacional. Luego que los púgiles se lanzaran golpes fuera de reglamento, el árbitro Luis Comte quiso interrumpir el round gritando la siguiente frase: “Stop, stop, pare, pare”.
Ante el firme llamado del réferi, Ulloa decidió a bajar la guardia y de manera sorpresiva Badilla le propinó a su rival un furibundo golpe al mentón. El de Puerto Varas cayó de inmediato a la lona, noqueado, mientras el público en el gimnasio explotaba en júbilo y sorpresa ante tamaña y singular escena.
Comte comenzó a cantarle a Ulloa la cuenta regresiva, sorpresivamente validando la acción, y el pupilo de Emilio Balbontín no reaccionaba. Badilla, en tanto, levantó los brazos de inmediato en señal de triunfo pese al ‘combo maletero’.
Minutos después, en los camarines, el árbitro fue consultado por qué validó el triunfo de Badilla si había dado la orden de parar. “Un momento, yo jamás dije eso”, respondió con nerviosismo Comte, a lo que Pedro Carcuro le aclaró: “Esas palabras no solo están grabadas, sino que se escucharon al aire. Todo Chile escuchó que usted les dijo a los dos pugilistas ‘stop, stop, pare, pare’”.
El incidente acabó con la carrera de Luis Comte, que se radicó en Bolivia poco después. El réferi recibió amenazas telefónicas por lo ocurrido esa noche y fue sancionado por la Federación de Boxeo por su cometido.
Capítulo 2 de la ‘rara y criolla pelea del siglo’: revancha en el norte
La enorme controversia que se vivió en Talcahuano dejó el escenario propicio para una revancha, la que se concretaría el 30 de abril de 1986 en el Gimnasio Sokol de Antofagasta.
Se esperaba que el recinto nortino fuera una caldera por dos poderosas razones: el público simpatizaba claramente con Ulloa, en un sentimiento de justicia por el bochorno ocurrido cinco meses antes, y por la declaración llena de odio del oriundo de Villarrica a días del combate: “Si puedo matarlo en el ring, lo haré”.
Y así fue. Recinto repleto con una afición que no paraba de gritar “Ulloa, Ulloa”. Y Cardenio se tomó desquite, ganando con autoridad por KO en el mismo quinto asalto en el que antes había sido noqueado en el Biobío y no en buena lid.
Qué fue de ambos pugilistas tras el ‘Combate chileno del Siglo’
Cardenio Ulloa protagonizó el año 1989 un nuevo intento por el título mundial gallo. Se enfrentó al mexicano Raúl ‘Jibaro’ Pérez, pelea que acabaría en derrota para el nacional en ocho asaltos.
El nacido en Puerto Varas, uno de los boxeadores emblema de la última época dorada del boxeo nacional, se retiró en 1993 con un traspié ante su compatriota José Torres Antinao.
Badilla, en tanto, se dio el gusto de coronarse campeón de Chile de los Supergallos en 1990. Un púgil ‘de temer’ y que con los años prefirió tomarse con humor la pelea más mediática de la historia del pugilismo chileno.