Jocelyn Muñoz, atleta paralímpica oriunda de San Pedro de la Paz está en busca de ayuda económica por su participación en Mundial y Parapanamericano de canoa polinésica. La deportista tiene una potente historia de superación que incluye un intento de suicidio al arrojarse de un edificio.

El deporte le cambió vida, y ella lo quiere retribuir. Hace seis años Jocelyn Muñoz atravesaba uno de los momentos más difíciles desde su nacimiento. A tal punto, que una profunda depresión llevó a la actual medalla de oro nacional de canotaje paralímpico a lanzarse desde doce metros de un edificio buscando acabar con su existencia.

Muñoz solo pensaba en morir en ese instante. Se arrojó de cabeza y, de manera que aún le resulta inexplicable, se dio vuelta mientras descendía y acabó cayendo de espalda. El resultado fue, en ese momento, devastador: tendría que pasar su vida en silla de ruedas.

Para Jocelyn todo se volvió negro. Sin embargo, en la Teletón encontraría una ‘segunda vida’. De la mano del instituto conoció el deporte paralímpico, una instancia que la motivó y la tiene con un presente brillante: ad portas a disputar un Mundial y un Parapanamericano.

Jocelyn Muñoz, representante chilena Paralímpica
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“El deporte me cambió la vida, totalmente”

Jocelyn Muñoz ahora es otra. Su vida está cien por ciento enfocada en su disciplina, darle alegrías a Chile e intentar ayudar a que otros también puedan salir del fondo.

“A parte de representar a mi país, a Chile, siento que estoy representando personalmente a aquellas personas que piensan que no se puede, que la discapacidad es una limitante”, admite a BioBioChile.

“Claro que cuesta, el doble quizás que el resto o alguien convencional, pero de que se puede se puede. Eso tenemos que mostrarle a las personas que suelen rendirse muy pronto”, remarca.

La deportista sostiene que el deporte es la clave para salir adelante. “Yo ni siquiera sabía que existía el paralímpico, y me imagino que así como yo deben haber otros que no conocen o no saben. Entonces me gustaría llegar a ellos”.

“A lo mejor uno le puede cambiar la vida a alguien, porque a mi el deporte me cambió la vida, totalmente. Me gustaría poder retribuirlo de una manera donde yo pueda hacer que otras personas también cambien su perspectiva de la vida”, sentencia.

El origen de todo: “Empecé por hobbie”

Arriba de la canoa polinésica Muñoz se transforma. Día a día practica en la Laguna Chica de San Pedro de la Paz para mejorar sus tiempos en los 200 metros de velocidad y así ser más competitiva. “La particularidad de esta es que es distinta al kayak, este bote es más grande, trae un flotador al lado que va sujetado con una especie de arco de madera y la pala de la canoa tiene solo una cuchara, la del kayak dos”, expresa.

Pero el inicio de la atleta en su pasión actual fue casi sin querer. “En Teletón, el profe de educación física me mencionó que existían los deportes paralímpicos y me presentó a un chico que estaba haciendo paracanotaje, hablé con él y me interesó”, rememora.

“De ahí me dieron el número del entrenador nacional, Ariel, y él me recibió con los brazos abiertos”, agrega.

Muñoz llegó a la especialidad en busca de desahogo y “de manera recreativa, por hobbie”, lo que cambió en 2019. Ese año surgió una invitación para que formara parte de un campamento de captación de talentos en Hungría y no dejaría pasar esa oportunidad.

La sampedrina realizó rifas y otros eventos para decir presente. Además recibió el aporte de algunas empresas y otras personas que se acercaron para ayudarle. Con todo lo recaudado tenía para pagar la mitad de su viaje, por lo que, decidida por asistir, se vio obligada a sacar un crédito con la ayuda de su profesor para trasladarse a Europa.

“Viajé sola a Hungría, por primera vez salía del país y sola, y fue maravilloso”, admite emocionada. “Allá me mostraron la disciplina, cómo eran las competencias, y eso me permitió posteriormente ir a Polonia y participar como invitada de la Copa del Mundo. Como era nueva obviamente participé sin obtener un primer puesto, pero ahí me interesé más en esto, de formarme como deportista paralímpica”.

En su retorno a Chile la oriunda del Bío Bío solo quería entrenar, pero debió poner pausa a su objetivo: llegó la pandemia. “Ahí me alejé del deporte y lo tuve que ir retomando a medida que se fueron regularizando las cosas”.

Sin embargo, el deseo de Muñoz de ser deportista pudo más: “Posterior a la pandemia tuve un Nacional donde obtuve medalla de oro en paracanotaje, en Santa Juana, y también tuve en diciembre del 2021 un sudamericano en Uruguay y ahí obtuve medalla de plata”

“Seguí entrenando y fuimos a un clasificatorio en Laja, donde se seleccionó a los deportistas que irán al Mundial. Vinieron chicos de todas partes peleando por alguno de los cinco cupos, para ir al Mundial y el ParaPanamericano, y dentro de esos apareció mi nombre”, explica, sin esconder que “estoy contenta, feliz por haber quedado clasificada y he estado entrenando todo este tiempo”.

Lo que viene: falta de auspicio y un Mundial en la mira

Hoy en día Muñoz intenta entrenar todos los días. Pero, lamentablemente, sufre los mismos problemas del resto de los atletas de alto rendimiento: falta de auspicio y bajos ingresos económicos por el deporte que practica.

Sin ir más lejos, para poder vivir, la campeona nacional de paracanotaje también debe trabaja como apoyo administrativo en un jardín de la fundación Integra. “Es lo que hago para pagar mis cuentas, porque de momento no me pagan para entrenar o para representar al país. Ojalá en algún momento sí se pueda realizar”.

Jocelyn Muñoz, deportista paralímpica
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“Vivir del deporte es el sueño de todo deportista, porque a parte de que haces algo que amas, que te gusta, que te hace bien físicamente y mentalmente, tener una retribución monetaria seria maravilloso”, remarca.

Y es que el hecho de tener otro empleo también entorpece, en cierta manera, su desarrollo deportivo, porque “por el momento estoy con teletrabajo, pero en algún momento me van a pedir que vuelva de manera presencial. Pretendo apelar a seguir con teletrabajo, pero en caso que no me vaya bien y tener que retomar el trabajo presencial yo no voy a tener el tiempo que tengo ahora para poder entrenar, y es súper importante para mi los entrenamientos, es la única manera de mejorar mis tiempos”.

Por si fuera poco, de cara a sus importantes competencias, Muñoz requiere implementación especial que, por ahora, no tiene. “Como no poseo de un buen control de tronco, entonces requiero de una silla y otras cosas que me sostengan desde las costillas, estómago, la espalda, étc, para no darme vuelta al agua”.

“En esta instancia donde vamos a ir se supone que sí van a pagar pasajes y estadía. No han mandado todavía los boletos, pero se tiene que confirmar y sí o sí va. Pero me falta la implementación. Para entrenar la primera capa, para competencias el traje seco. Mi propia pala tal vez, porque hasta ahora solo entreno y practico con cosas prestadas. El reloj no es mío, la pala no es mía, la canoa no es mía”, afirma, haciendo hincapié en que “estoy en campaña de recaudar dinero para todo lo otro, la pala, el reloj, étc. Lamentablemente la implementación deportiva es cara”.

“Otra cosa importante es que necesito la silla de fibra de carbono, que se coloca en la canoa y me sostiene la espalda, costillas y estómago, para tener el control que requiero para la competencia”, complementa, detallando que desde la Seremi del Deporte se comprometieron a apoyarla en ese tema y todo estaría, hasta ahora, “en trámite”.

Igualmente, pese a todas las dificultades, el ánimo de Jocelyn Muñoz es el mejor. “Yo sigo entrenado para mejorar mis tiempos, obviamente. Tengo las expectativas que me vaya bien en el Mundial y el Parapanamericano, siempre cuando me vuelvan a clasificar en VL1”.

“Pasa que existe la clasificación funcional, porque no es lo mismo que compita una persona amputada a una que camina con muletas, o a otra que no tiene movilidad en piernas. En mi caso que no poseo control de tronco tengo menos estabilidad, por ende, seria injusto quedar con otros que sí lo tienen. Por eso se hacen las clasificaciones según tu nivel de lesión”, remarca.

“Dependo mucho de eso, de la clasificación que me hagan en el Mundial. Ojalá me dejen en VL1, el VL2 es difícil, porque hay chicas con control de tronco, que usan muletas o que andan en silla de ruedas pero se pueden parar”, sentencia. Sea como sea, Jocelyn Muñoz quizás no lo ha notado, pero ya ganó su carrera más importante.

Si deseas contactar o ayudar a la deportista, puedes escribir a: jocelyn.m.deportistaparalimpica@gmail.com