A falta de deportes como el fútbol o el básquetbol, el pádel se consolidó como la disciplina por excelencia en tiempos de Covid-19, colmando las más de 200 canchas a lo largo de Chile y también en el mundo, sumando cada vez más adeptos que buscan una actividad entretenida, ágil, física y sobre todo, al alcance de todos y todas.
La transformación del estilo de vida de las personas ha sido una realidad durante la pandemia. Un sinfín de actividades que se realizaban antes de la llegada del Covid-19 quedaron en el olvido, mientras que otras arremetieron para instalarse en la rutina de la gente. Es el caso del juego pádel, un deporte que, por su prácticamente nulo contacto físico, se ha transformado en el pasatiempo deportivo de moda en tiempos de coronavirus.
Una disciplina que tiene origen en México, específicamente en los años 60′, y que guarda una estrecha similitud con el tenis, pero que cada vez se acerca a destronarlo en la cantidad de personas que lo practican no solo en Chile, sino que en el mundo entero.
La rapidez del juego, sus sencillas reglas y el factor épico en cada punto ha posicionado al pádel no sólo como un panorama físico entre amigos, sino que también para disfrutar como espectador, ya que cada partido conlleva un sinfín de estímulos que hacen vibrar a los más apasionados. Un deporte que va en alza y que desde este 15 de noviembre, se podrá presenciar su XV Campeonato Mundial, a realizarse en Doha.
Pádel: ¿Cómo se desarrolla el juego?
Debido a las dimensiones de la cancha (20 m. de largo x 10 m. de ancho), el pádel es un juego en parejas, dos contra dos, donde da igual las clasificaciones por sexo o edad.
Los implementos usados en este ejercicio son una pala y la pelota, que a pesar de verse idéntica a una de tenis en la mayoría de sus casos, pesa mucho menos, lo que permite que no rebote excesivamente.
Es importante destacar cómo es la pista donde se puede practicar esta actividad. A simple vista, puede asemejarse a una cancha de tenis, pero ésta se encuentra rodeada de cuatro paredes de metacrilato transparente (material de plástico altamente resistente parecido al vidrio), que también es considerada superficie de juego. En estos muros, el jugador puede hacer rebotar la pelota en dirección hacia el lado rival y seguir con el transcurso válido.
Cabe consignar que la pelota sólo puede golpear en la pared cuando previamente toque el suelo.
Por su parte, cada cancha tiene líneas estampadas que sirven para delimitar dónde pasar la pelota en los saques iniciales y para señalar los espacios que ocupe cada integrante de la pareja en el juego, aunque esta última regla se ha flexibilizado cada vez más.
El objetivo principal de un juego de pádel es el mismo que en el tenis; golpear la pelota para que pase por encima de la red que divide la cancha a la mitad intentando que el rival no pueda devolverla.
Para ganar un partido, una pareja deberá ser la mejor de tres sets, por lo que será necesario que se impongan como mínimo en dos sets. Cada uno contiene seis juegos y siguiendo las similitudes con el tenis, cuando se obtiene un punto el marcador asciende a 15, 30 y 40. Por supuesto, si ambas duplas se encuentran igualadas 40 a 40 en un ‘game’ se hará válido un ‘tie break’, es decir, un desempate.
¿Por qué está de moda y qué beneficios trae?
Es destacable que este deporte se posiciona como una actividad para todas y todos, siendo una práctica que se relaciona con la destreza de cada persona, que es la encargada de marcar el ritmo de los partidos, siendo totalmente indiferente a clasificaciones por edad o sexo.
Los reflejos y la coordinación se potencian a través del pádel, enmarcándose como un excelente ejercicio tanto para la salud física como mental. En un partido, los estímulos y la variedad de decisiones que podrían tomarse se multiplican, por lo que, día a día, la agilidad mental es una característica que se perfecciona entre los padelistas.
Llueva, truene o incluso si la temperatura ambiente marque más de 30 °C, este deporte no se detiene. Una de las razones de por qué el pádel se estableció rápidamente no sólo en Santiago, sino que también en la Región del Biobío y el sur de Chile, es que se puede jugar de igual manera tanto en su versión ‘indoor’ como ‘outdoor’.
Los partidos trascurren de manera vertiginosa, con puntos a lo que, en más de una ocasión, les sobra la emoción. El gran esfuerzo físico que conlleva la actividad se camufla en la entretención, siendo un deporte ideal para practicar con amigos.
¿Cuánto cuesta?
Los clubes de pádel, día a día, se multiplican a lo largo del país, siendo una atracción deportiva para los miles de chilenos que llenan las canchas de esta disciplina, que pagan en promedio por hora entre $9.000 y $16.000 por hacer uso de estas dependencias. Los valores varían según el recinto y sobre todo, el horario, ya que en la mayoría de los casos, el precio se reduce dentro de la mañana, elevándose entre las 18:00 y 22:00 horas.
Normalmente, estos centros deportivos también ceden o arriendan palas de uso común. Sin embargo, si un nuevo jugador de pádel desea adquirir una propia, en el mercado fluctúan entre los $30.000 y $90.000, diferenciándose por tamaño, forma, peso y colores, además de las distintas marcas que se pueden encontrar tanto de gama media como alta.
Cabe destacar que el peso de la pala no se asemeja a una paleta de playa ni a una raqueta de tenis, ya que la fibra de carbono es el principal material de este implemento deportivo, permitiendo una mayor versatilidad debido a su liviandad.
En el cuarto país con menos horas dedicadas a la actividad física (3,7 horas), sólo por detrás de Brasil, Japón e Italia, según datos de Global Views on Sports and Team Sports, el ‘boom’ de este deporte es una buena noticia. Una actividad que no deja de sumar adeptos y que día a día, llena las más de 200 canchas de pádel que existen a lo largo de Chile.