La gimnasta estadounidense Simone Biles culpó este miércoles a la federación de gimnasia de EE.UU. (USA Gymnastics) y a un “sistema entero” de haber “permitido” que Larry Nassar, el médico del equipo nacional durante 20 años, abusara sexualmente de ella y de cientos de deportistas.
“Echo la culpa a Larry Nassar y también echo la culpa a todo el sistema que permitió y perpetró ese abuso. USA Gymnastics y el Comité Olímpico y Paralímpico Estadounidense sabían que estaba sufriendo abusos por parte del médico oficial del equipo”, afirmó Biles ante el Comité Judicial del Senado de EE.UU.
La campeona olímpica también acusó al FBI de haber “dado la espalda” a las gimnastas al haber respondido de manera inadecuada y lenta a las primeras acusaciones de abuso sexual contra Nassar, lo que permitió al exmédico seguir perpetuando sus abusos durante meses.
Biles dijo que “un sistema entero permitió y perpetró” esos abusos contra ella y cientos de jóvenes, que por su edad ni siquiera sabían que Nassar estaba abusando de ellas. “No quiero que ningún otro joven deportista olímpico o ningún otro individuo sufra el horror que yo y que otros cientos han soportado y continúan soportando hasta hoy”, manifestó con la voz resquebrajada de la emoción hasta el punto que rompió a llorar ante decenas de legisladores que la observaban en silencio.
Al inicio de su testimonio, Biles dijo que no podía imaginar un lugar que pudiera hacerla sentir más “incómoda” que precisamente la sala del comité del Senado donde se encuentra.
Junto a ella, estuvieron sentadas otras tres gimnastas olímpicas que sufrieron los abusos de Nassar: McKayla Maroney, Maggie Nichols y Aly Raisman.
El Comité Judicial del Senado quiere aclarar por qué la oficina del FBI en Indianápolis -donde tiene la sede la Federación de Gimnasia- respondió de manera inadecuada a las denuncias contra Nassar.
Un informe interno del Departamento de Justicia reveló en julio pasado graves errores dentro del FBI que hicieron que la investigación se quedara estancada durante más de ocho meses. Cuando ese documento de 119 páginas se publicó, un grupo de senadores anunció una audiencia para investigar la respuesta del FBI y corregir los errores institucionales.
Nassar, quien usó su posición como médico para abusar de al menos 330 jóvenes, incluidas menores y también deportistas olímpicas, cumple una condena de entre 40 y 175 años por esos hechos sumada a otra de 60 años por pornografía infantil, una cadena perpetua de facto.
Nassar recibió sus condenas entre diciembre de 2017 y febrero de 2018, en unos juicios que coincidieron con el estallido del movimiento #MeToo.