El pasado fin de semana se desarrolló en el Centro de Entrenamiento Olímpico el Campeonato Nacional Formativo de Gimnasia, torneo que pasó a segundo plano debido a una funa que varias exgimnastas le dedicaron a la entrenadora y madre de Simona y Martina Castro Isabel Lazo, quien enfrenta una serie de acusaciones por malos tratos.
Durante ese fin de semana una joven exgimnasta de Lazo denunció en redes sociales a la entrenadora por abusos y malos tratos, instancia que generó que muchas deportistas solidarizaran y compartieran sus experiencias que vivieron con Lazo.
Una de ellas fue la exgimnasta y ahora jueza y entrenadora Melany Cabrera, quien fue pupila de la madre de las hermanas Castro por largos años.
Melany compartió su historia y además quiso hacer algo al respecto durante el Campeonato Nacional Formativo de Gimnasia, pues sabía que Isabel Lazo iría a competir con sus niñas.
En conversación con BioBioChile, la hoy entrenadora relató cómo se gestó esta idea y los miedos que tuvo que enfrentar horas antes.
“Fue todo en el Campeonato Nacional Formativo de gimnasia, estaba de entrenadora, con gimnastas. El día anterior Laura subió su funa, su historia. La leí y me trajo recuerdos, lloré todo el día. Era súper tarde y decidí también publicar mi historia. Ahí me di cuenta que muchas exgimnastas de ella (Isabel Lazo) comenzaron a compartir la publicación”, partió diciendo.
“Hice un grupo con todas esas niñas y les dije: “tengo una idea. Mañana es el nacional formativo y a ella le toca competir a las 15:00 horas. ¿Les parece si vamos con carteles y escribimos cosas? Algo pacífico”, agregó.
Melany comentó que al comienzo, y por miedo, casi todas las exgimnastas se negaron a participar, pero en el momento otras deportistas se sumaron y lograron llevar a cabo la funa.
“Al principio todas me dijeron que no porque tenían miedo. Ninguna de las niñas menores de edad llegaron. Laura envió a dos de sus hermanas en representación de ella. En la competencia habían dos entrenadoras que eran gimnastas de Lazo y que se retiraron por los malos tratos. Las junté a todas y nos ubicamos en un rincón estratégico para que la Federación no nos viera. Estaba muerta de miedo, estaba tiritando, pero la gente nos apoyó, los entrenadores nos sacaban fotos. La persona encargada de la federación se venía acercando y nos sacó una foto, haciéndonos un gesto de “vale””, añadió.
“Nos quedamos hasta que a ella le tocó sentarse y todas sus niñitas leyeron los carteles. Logramos el objetivo, que los apoderados de sus niñitas se enteraran”, cerró.