Cuando uno habla de Simone Biles, inmediamante piensa en medallas de oro. La gimnasta estadounidense de 22 años, sumó en Stuttgart el pasado fin de semana 25 preseas Mundiales (19 doradas), las que se agregan a su registro de cinco premios olímpicos (cuatro oros y un bronce).

De esta forma, Biles se convirtió en la deportista más exitosa en la historia de la gimnasia, tanto femenina como masculina, y amenaza con seguir acrecentando su leyenda.

Y es que a Simone ya no le basta con mostrar perfección en sus rutinas, sino que también patenta saltos. Fue lo que hizo en el pasado Mundial en Alemania, donde dos ejercicios comenzaron a llevar su apellido.

El ‘Biles I’, salto en viga de equilibrio, con salida con doble-doble, doble mortal hacia atrás con dos giros. Y el ‘Biles II’, un triple doble mortal en el ejercicio de suelo.

Pero no todo ha sido éxito en la carrera de la ‘pequeña bomba’ de la gimnasia. De niña sufrió por los problemas de alcohol y drogas de su madre, por lo que debió convivir con familias de acogida antes de irse a vivir con sus abuelos maternos, a sus tres años, junto a su hermana pequeña.

“Nunca pude contar con mi madre biológica. Recuerdo que siempre tenía hambre, miedo. Mis abuelos me salvaron”, contó en su momento Biles.

Karim Jaafar/ Agence France-Presse
Karim Jaafar/ Agence France-Presse

Un pasado difícil y su bombástica aparición

La vida de niña de Simone fue disfuncional desde siempre. Jamás conoció a su padre y su madre, Shanon, tuvo constantes idas y venidas de la cárcel.

“Cuando era más pequeña me preguntaba qué habría sido de mi vida si no hubiese pasado nada de esto. A veces todavía me pregunto si mi madre biológica se arrepiente y querría haber hecho las cosas de manera diferente, pero evito plantearme estas preguntas porque no soy yo la que tiene que responderlas”, comentó Biles en su autobiografía.

A los seis años Simone descrubrió la gimnasia. Sus profesores vieron en ella varias cualidades: fuerza, agilidad y elasticidad caracterizaban a la pequeña alumna.

A los ocho años la prometedora deportista se encontró con Aimee Boorman, la entrenadora que la llevará a la cima. “Su segunda madre”, diría Biles, quien veló por su mejora en los aparatos así como por su equilibrio vital.

Con Boorman como guía, la joven de Ohio revolucionó, a sus 16 años, el Mundial de Gimnasia en Bélgica. Se coronó campeona por primera vez en la clasificación general, además de la presea dorada en suelo. Además, ganó plata en salto de caballo y bronce en barra de equilibrió.

Tres años después, su actuación consagratoria fue en Brasil. En los Juegos Olímpicos de Río, donde se presentó como abanderada de Estados Unidos, la gimnasta se colgó cinco preseas, cuatro de ellas de oro.

Fue la mejor en en gimnasia por equipos, competencia general individual, salto y suelo. Ademas, logró el tercer lugar en viga.

Sin embargo, su exitosa actuación ocultaba un triste episodio que Biles reveló dos años después: fue una de las tantas víctimas de Larry Nasar.

Emmanuel Dunand | Agence France-Presse
Emmanuel Dunand | Agence France-Presse

Una entre 300 atletas

Larry Nasar llegó a ser la figura más importante del equipo médico de la gimnasia olímpica estadounidense. El exprofesional de la Federación de Gimnasia del país norteamericana también fue profesor de la Universidad Estatal de Michigan y, por un lapso de 20 años, abusó sexualmente de más de 265 atletas.

Entre ese numeroso grupo, Biles estaba incluida. “La mayoría de ustedes me conocen como una chica feliz, graciosa y con energía. Pero últimamente me he sentido rota. Ya no tengo miedo de contar mi historia. Yo también soy una de las supervivientes que sufrió abusos sexuales por parte de Larry Nassar”, contó la atleta.

Biles, afirmó además, que el método que usó el entonces médico de la Federación de Gimnasia para aprovecharse de ella, fue similar al utilizado con otras jóvenes.

“Ocupaba un ‘tratamiento especial’. Es un comportamiento completamente inaceptable, asqueroso y abusivo. Vino de alguien en quien me dijeron que confiara. No quiero que esta horrible experiencia me defina”, agregó Simone a su testimonio.

El caso de Nassar detonó en 2016. Aquel entonces, el medio Indianapolis Star reveló las primeras denuncias contra el médico. Con el paso de las semanas, las acusaciones fueron aumentando hasta sumar más de 265.

“Ha habido muchas cosas este año que me han convertido en la persona que soy hoy y me siento más fuerte. Siento que este año me dio una voz y yo intenté encontrar mi voz para emplearla de la mejor y más positiva forma posible”, contó Simone en 2018, luego de conocidas las primeras condenas en contra del exprofesor y médico, que acumula una condena de casi 200 años de cárcel.

Jeff Kowalsky | Agence France-Presse
Jeff Kowalsky | Agence France-Presse

El remezón fue grande para la gimnasia estadounidense. El Comité Olímpico (USOC) del país norteamericano informó que pretende eliminar la Federación de Gimnasia como organismo nacional, impidiendo que pueda competir a nivel olímpico.

Para muchos, un castigo injusto para los y las deportistas, para Biles una consecuencia de que la federación callara tanto tiempo por los abusos que se cometían en sus filas.

“Ahora estoy tomando medicinas contra la ansiedad porque he tenido muchos altibajos a lo largo del año, intentado averiguar qué es lo que fallaba. Durante muchos años me pregunté: ‘¿Fui muy inocente?, ¿fue mi culpa?’ Ahora ya sé la respuesta a esas preguntas: No, no fue mi culpa”, comentó la gimnasta.

“Esta experiencia horrible no me define. Soy mucho más que eso. Soy única, inteligente, talentosa, motivada y apasionada. Me prometí que mi historia sería mucho más grande que eso”, sentenció la histórica gimnasta.