Con la pelota en los pies no era muy bueno, hasta que la echaba a correr. Ahí no había quién lo detuviera y por lo general, a su marcador solo le quedaba ver el número en su espalda. “Era rapidito”, cuenta Víctor Aravena, quien dejó el fútbol para rápidamente destacar en el atletismo.
“Me inicié en la escuela Javiera Carrera en la enseñanza básica. Durante un aniversario se hizo una carrera donde se invitaba a otros establecimientos y participé en ella”, cuenta el coronelino, quien pese a la negativa de sus amigos futboleros, decidió ponerse a prueba.
“Varios de mis compañeros me decían ‘para qué vas a correr si no le vas a ganar a los atletas’, pero yo quería participar. Me gustaba hacer deporte”, apuntó.
“Vino la largada y salí corriendo como loco, usaba zapatillas de fútbol, un short de Boca de Juniors que nunca se me olvida. Gané la competencia de cinco kilómetros. Luego de eso los entrenadores y otras personas preguntaron si había pasado por todos los puntos de vigilancia pues creían que yo había hecho trampa, ya que le había ganado a seleccionados regionales“, detalla el fondista nacional sobre el inicio de una ascendente carrera, la cual analizó a fondo con BioBioDeportes.
El éxito fue inmediato
“Yo ni siquiera sabía correr. No tenía técnica de carrera, lo hacía a lo loco.
Nadie se esperaba que un chico ganara en su primera carrera a deportistas con trayectoria en la disciplina. Los profesores advirtieron que tenía condiciones y me llevaron a entrenar al mítico Estadio Federico Schwager”, explica Aravena, quien pese a su talento no dejaba de lado la pasión por el ‘deporte rey’.
“Jugaba de 7, por la banda, era rápido. No era tan bueno, no tenía mucho talento, pero sí era rapidito“, recuerda de su paso por el Club Deportivo Galvarino.
En un mes, desde su primera carrera, ya representaba a la Región del Bio Bio compitiendo en el país. “Después vino el Sudamericano y fue una seguidilla de triunfos. Yo nunca tomé el peso a lo que estaba haciendo, lo hacía como un juego. En Sucre -Bolivia- quedé campeón, con muy poco entrenamiento“.
El título conseguido en la altura, con tan solo 14 años, fue el punto en el que Aravena se dio cuenta de que el atletismo era lo suyo. El fútbol y cualquier otra cosa que pudo tener en mente, pasaron a segundo plano.
“Desde ahí no paré de ir al estadio, dejé de jugar fútbol, porque antes los profesores me tenían que ir a buscar a las canchas y conversaban con los árbitros para que no me dejaran entrar y así evitar lesiones. Yo antes prefería jugar a la pelota, eso siempre fue lo mío. Después de entrenar me iba a patear con mis amigos. No entendía, hasta el Sudamericano“, detalló.
El choque que casi le quita su sueño deportivo
Luego de enfocarse en la disciplina ¿Cómo siguió su carrera?
“Después de eso pude obtener varios triunfos a nivel sudamericano bastante importantes. Pero hubo un quiebre. En 2009 tuve un accidente automovilístico en un puente acá en la región. Los médicos y los profesores pensaban que no iba poder volver a correr. Muchos creyeron que mi carrera había terminado porque el accidente me dejó bastantes secuelas“, confesó.
“Estuve un mes y medio fuera de las pistas y un mes y medio más para prepararme e ir al Campeonato Panamericano que se realizó en Trinidad y Tobago“, señala el deportista, quien pudo entrenar en el norte para seguir adelante con su objetivo.
“Me preparé en Iquique y fui a competir. Logré ser campeón panamericano junior en 10.000 metros, lo hice incluso después de casi haber perdido la vida en un accidente”, relata con orgullo, dando además uno que otro detalle.
“El jefe de delación en aquella competencia fue el hoy ministro del Deporte Pablo Squella“.
El anhelo de llegar a Río
Tal y como fue la tónica en el inicio de su carrera, logró clasificar a los Juegos Olímpicos de 2016 en forma prácticamente fugaz tras dejar su especialidad y competir por vez primera en un maratón (los 42K de Temuco). “Lo pensé y me propuse intentarlo”.
La mejor fiesta del mundo. JJOO Rio2016 😄😄
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¿Cómo vivió los momentos previos a Río 2016 luego de haber clasificado?
“Lo recuerdo como uno de los momentos más felices dentro de mi carrera, donde he pasado por altos y bajos. Me hizo feliz porque era un sueño que yo tenía desde que me inicié en la disciplina. Fueron muchos años por los cuales uno espera ese momento.
Así como para un futbolista lo es poder jugar un Mundial representando a su país, para mi lo era llegar a unos Juegos Olímpicos.
Es lo máximo a lo que un deportista aspira. Ahora, lo digo en forma personal, porque hay otros que van más allá y aspiran a ganar una medalla. Mi anhelo era llegar a unas olimpiadas y dejar bien parado el nombre de mi país allá“.
¿Cómo evalúa su participación en las olimpiadas?
“Yo quedé conforme porque la verdad es que uno ve atletas en los que se gasta gran cantidad de dinero, como por ejemplo el Team USA, y a nosotros con menos recursos pararse ahí contra esas potencias y llegar a uno o dos puestos de ellos creo que fue mucho lo logrado.
Quedé contento porque además hace bastante tiempo un chileno no quedaba dentro del top 50 (Aravena finalizó 42 en los 42.195m). Terminé feliz porque además le gané a bastantes figuras mundiales, competidores de renombre a los cuales no podía creer que iba pasando durante la carrera.
Fue una experiencia muy bonita y muy buena para mi”.
“No me siento parte del Team Chile”
El coronelino se alista para competir en el Sudamericano de Paraguay. Su preparación la realizó en Calama y a falta una semana para el inicio del certamen acusa falta de apoyo de parte del Team Chile y el Comité Olímpico de Chile, instituciones de las cuales dice “no me siento parte”.
¿Qué originó tu molestia y las diferencias con los organismos?
“Nosotros tenemos un proceso para mandar un proyecto, si lo envío con seis meses de anticipación eso significa que el deportista ya cumplió, pero cuando voy para mi concentración previa a una competencia ellos no me tenían la fecha del pasaje.
Eso no es posible, yo cumplí con mis obligaciones con antelación y no es posible que cuando yo voy a tomar el avión no tenga mi pasaje. Me dieron otras fechas de viaje, pero para no perder días de entrenamiento yo lo pagué.
Uno debe tener una adaptación fisiológica de al menos 22 o 23 días, entonces decidí irme a la altura para entrenar (Calama) y después de eso el Comité Olímpico me dice: ‘no viajaste en el vuelo que te habíamos comprado‘ y yo respondí, ‘claro si no tengo porqué perder días de entrenamiento si no cumplen‘.
Ellos me culpan a mi, pero yo lo único que quería era entrenar para estar en forma y así representar a mi país.
Tengo el Sudamericano en una semana más, compito el otro domingo. ¿Qué pasa si yo saco una medalla? Ellos van a decir ‘a Víctor lo apoyamos’, por eso esta vez no acepté su ayuda. No acepté los dos millones y tanto que me querían pasar.
Me he preparado con mis propios recursos. Yo acá gasto más de lo que gano. Yo ya no sigo trabajando con la federación, espero que ellos no me molesten a mi y yo no los molestaré a ellos, pero hoy en día no me siento parte del Team Chile“.
¿Después de esto, se siente preparado para enfrentar la competencia?
“No de la mejor forma, pero tengo hartas ganas y fuerza de la que me da mi familia para llegar a competir. Hace unos días atrás no quería ir, me quería bajar porque creo que fue una falta de respeto lo que ellos hacen con el deportista. No entiendo porqué pasa esto en Chile.
No comprendo porque ellos tiene sueldos millonarios y los deportistas son pisoteados. Así me siento porque no entendieron que lo único que yo quería era entrenar. Voy a competir sin recursos de las instituciones y si llego a conquistar una medalla haré mis descargos, pues fue sin ayuda“.