Toda su vida quiso ser futbolista. Si bien conocía distintos deportes, el único que llenó plenamente a Iona Rothfeld fue aquél popular juego con la pelotita.
Así fue desde siempre, recuerda, viviendo cada minuto a la espera de una reñida pichanga, ansiando escuchar el timbre para salir a recreo en el colegio con el único fin de patear una pelota. Así forjó su pasión, una que sin embargo le ha costado desarrollar como quisiera, pues la discriminación hacia el género femenino en el ‘Deporte Rey’ todavía es considerable.
“Merecemos el mismo respeto, el fútbol no cambia por quienes lo practiquen“, explica.
Su empeño y dedicación la llevaron a conseguir su objetivo, pero no se quedaría ahí. Iona llegó a vestir incluso la camiseta de la selección nacional, logrando importantes hitos que en el país poco se valoran. Jugó en Universidad Católica y actualmente preside la Asociación Nacional de Fútbol Femenino (ANJUFF) en donde buscan promover el desarrollo y crecimiento de la disciplina.
“Hoy en día estoy un poco más obligada a alejarme (de la competencia) y dedicada a construir bases para que mejoren las condiciones en todos los clubes del fútbol femenino chileno“, detalla Rothfeld, quien comentó con BioBioDeportes su experiencia, expectativas y actualidad del deporte que tanto ama.
“Si hay algo que me gustaría hacer por siempre es estar así”, remarca, quien arranca detallando tener bastantes expectativas sobre el actual proceso que lleva la ‘Roja’ femenina de cara a la Copa América 2018.
“Tengo mucha ilusión. Espero que sea un muy buen proceso porque sé que hay un muy buen grupo de jugadoras y el profesor (José) Letelier tiene muy buenas credenciales para realizar un proceso importante acá. Espero que nos vaya lo mejor posible”, expone.
¿Cómo se desarrolla este amor por el fútbol?
Mi vínculo con el fútbol lo desarrollo desde que tengo memoria. Desde chiquitita que jugaba fútbol con mis vecinos, con mis compañeros del jardín o del colegio. Juabamos en los recreos o en cualquier oportunidad que tenía.
Siempre para mi fue algo que destacaba, que me llamaba más la atención que el resto de los deportes aunque siempre fui deportista pero el fútbol era algo más importante. Coleccionaba láminas del álbum de los Mundiales o de la selección, hasta practicar y ver fútbol como cualquiera que es fanático.
Te enfocaste en el ‘Deporte Rey’ y llegaste a jugar en Universidad Católica, ¿Qué significó aquella experiencia?
Mi paso por Católica femenino y todos las experiencias en distintos clubes me han dejado algo importante. Me alejé un poco este primer semestre del club pero sigo estando muy conectada con el equipo. Con Católica pude jugar más en el campeonato nacional y fue para mi un doble orgullo e incluso una fortuna pues soy muy hincha cruzada.
Hoy en día sin embargo estoy un poco más obligada a alejarme y dedicada a construir bases para que mejoren las condiciones en todos los clubes del fútbol femenino chileno.
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¿Cómo fue vestir la camiseta de la selección y representar al país?
Creo que formar parte de la selección es algo que los deportistas más valoramos y esperamos. Es un orgullo tremendo poder vestir la camiseta y representar a tu país. Tuve la fortuna de participar en varios procesos en la selección desde los 14 años y me llevo los mejores recuerdos y experiencias.
Si hay algo que me gustaría hacer por siempre es estar así, en el alto rendimiento representando a mi país y tratando de hacerlo de la mejor manera.
Clasificar al mundial sub17 (de Trinidad y Tobago) y haber conseguido eso en cancha, siendo un logro histórico no solo a nivel femenino sino que a nivel de fútbol nacional es un orgullo tremendo. Algo que a nosotras nunca se nos va a olvidar porque fue un proceso muy largo, muy duro y a la vez muy lindo, con un grupo que fue más que un equipo pues se convirtió en una familia. Nunca se nos va a olvidar.
Dicho logro, Iona lo atesora y enfatiza que se ha olvidado, ya que se le resta mérito e importancia por tratarse de un objetivo alcanzado por mujeres. Su argumento se respalda con el actual paso a un mundial en dicha categoría de la ‘Rojita’ de Hernán Caputto.
La última vez que chile clasificó a un mundial sub17 no fue hace más de 20 años como dice en el 13. Fue el 2010 la sub17 femenina. pic.twitter.com/9P23iHDorK
— Iona Rothfeld (@ionaRothfeld) March 17, 2017
¿Cómo ves el desarrollo en el fútbol femenino nacional?
El fútbol femenino chileno ha tenido periodos con apoyo, poco apoyo y con nada de apoyo. No obstante ahora se ha tomado un camino en el que se podría decir que se está intentando dar el respaldo para el desarrollo que corresponde, pero para lograr objetivos hay que trabajar en conjunto, no solo las jugadoras o solo la federación, sino que todos los entes que están relacionados.
Creo que se debe proyectar el desarrollo del fútbol femenino porque es un movimiento internacional que se está posicionando como una disciplina importante. Es hora de darle ese espacio y respeto que es lo que nosotras pedimos como jugadoras.
Desde muchas partes, muchas personas creen y dicen que el fútbol es un espacio exclusivamente masculino, que históricamente se ha conformado así, lo que es lamentable. Se debe entender que hay un proceso histórico detrás en el que los hombres llevan 30 Mundiales y nosotras no llevamos ni siquiera 10, por lo que estamos en un proceso de desarrollo de la disciplina en la cual nos topamos con varios impedimentos. El fútbol femenino tiene muchas barreras, como la discriminación y el machismo.
En muchos países se ha prohibido el fútbol femenino durante mucho tiempo y ello no contribuye pues retrasa esos procesos, pero se está creciendo y no se va a detener. Mucha gente sigue diciendo que este no es un espacio para las mujeres y que solo es para ellos… ese es uno de los principales puntos que tenemos que resolver.
Su gol anotado en el Mundial sub 17, el único de Chile en aquella competencia
¿En este proceso que mencionas, qué falta por mejorar?
Falta por mejorar esa estrechez de mente, ese machismo y discriminación que todavía está en el subconsciente colectivo de que las actividades se debe separar por género y no es así. El fútbol es de todos y todas. A eso tenemos que apuntar a poder abrir las mentes de las personas, especialmente de quienes están a cargo para que den estos espacios para mejorar a nivel escolar, universitario, el desarrollo amateur y ojalá apuntar a lo que es el profesionalismo, pues los clubes deben otorgar las mismas condiciones que les entregan a los hombres para desarrollar el deporte y eso no es lo que pasa hoy en día.
Necesitamos que todos los clubes brinden las condiciones y espacios para que el fútbol femenino pueda crecer y desarrollarse competitivamente.
¿Cuáles son los aspectos principales para disminuir la brecha que existe entre el fútbol masculino y femenino?
Hay mucha gente que piensa que nuestro objetivo es casi hacer que el fútbol sea mixto. Pero no, no es lo que queremos. Queremos igualdad de condiciones, igualdad de derechos a la hora de practicar la disciplina. La lucha para reducir esta brecha se basa en eso, en que queremos las mismas condiciones para competir. Que los clubes nos consideren como parte importante e integrante de los mismos y nos otorguen todas las facilidades para competir, representar al equipo o a la selección de la mejor manera.
Esperamos que eso no se vea disminuido por el hecho de que seamos mujeres las que estamos practicando. Esa es la principal diferencia. Merecemos el mismo respeto, el fútbol no cambia por quienes lo practiquen.
¿Cómo nace la Asociación Nacional de Jugadoras de Fútbol Femenino (ANJUFF)?
La ANJUFF nace por esta ‘indignación’ que teníamos como jugadoras de ver en algún minuto una proyección para el fútbol femenino que nunca se llevó a cabo. Que quedó en un estancamiento, que nos sacó del ranking mundial y de la lucha de muchas cosas importantes.
Dijimos basta. Tenemos que organizarnos, hacer que esta realidad cambie y nos organizamos junto a varias compañeras. Consultamos a las jugadoras cuál era su opinión, cómo podíamos aportar y creemos que organizamos una entidad bastante fuerte. Conseguimos el apoyo de todas las autoridades para poder un poco emparejar la cancha y lograr mejores condiciones y finalmente impulsar el desarrollo que el fútbol femenino merece, que es el rol que debe tener la federación y también es el Estado con este deporte para abrir estos espacios que son de todos.
¿Qué proyectos pretenden seguir desarrollando?
ANJUFF pretende mejorar las condiciones para las jugadoras, otorgarles garantías y por eso estamos trabajando con la federación. Creemos que es importante reglamentar el fútbol femenino porque hoy en día solo existen las bases del campeonato nacional y no así un reglamento de jugadoras, de clubes de fútbol femenino ni un estatuto de las futbolistas. Ese es un paso importante para que esto se comience a ordenar.
También debemos potenciar todo el trabajo que se está haciendo en selecciones no solo en la mayor sino también en las menores. Hay un trabajo importante que hacer en la concientización de los clubes para que se le otorguen diferentes condiciones a las jugadoras porque de ellos depende que las mujeres puedan desarrollarse en cada club de la mejor manera y llegar a ser un gran aporte en la selección.
Hace unas semanas la meta chilena del Valencia Femenino, Christiane Endler, criticó la falta de auspicio y respaldo para potenciar el desarrollo del fútbol femenino en Chile, aunque también destacó que hay poco compromiso y profesionalismo de parte de las jugadoras. ¿Compartes su observación?
Sí, coincido con las declaraciones de Christiane Endler en que hay un dejo de las jugadoras nacionales (en cuanto a compromiso) pero quizás eso está fuera de contexto para generar cierta polémica. La realidad es que si nosotras no tenemos condiciones como profesionales no podemos comportarnos como tal. Lamentablemente es así y si los clubes o la federación no otorgan condiciones para poder dedicarnos a este deporte no se puede esperar que nos comportemos como profesionales.
Cómo podemos dedicarnos a jugar fútbol si no tenemos garantías de que a esto nos podemos dedicar. Debemos hacer un entrenamiento serio y no podemos dejar de ir a estudiar o trabajar porque el fútbol no nos está entregando ese sustento. Ni siquiera un apoyo económico.
Las jugadoras hoy en día no tenemos contrato y esa es otra de las cosas que como ANJUFF estamos tratando de regularizar, porque no hay ninguna jugadora del campeonato nacional que tenga contrato o perciba alguna remuneración por el trabajo que se realiza, entonces obviamente comportarse como profesional es algo que muy pocas pueden hacer.