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El ’error’ del hermano de Orellana que lo tenía en prisión cuando le dedicó su gol a Colombia en 2009

15 octubre 2024 | 06:00

Fabián Orellana no dudó. Controló el pase de Jorge Valdivia y emprendió rumbo al arco de Colombia para marcar el 4-2 a favor de Chile que, aquel 10 de octubre de 2009, le dio a La Roja los pasajes al Mundial de Sudáfrica 2010.

El entonces delantero que militaba en el fútbol español sellaba la victoria nacional y el regreso del ‘equipo de todos’ a un certamen planetario después de 12 años. A 4.255 kilómetros de distancia, en el el módulo 4 del penal Santiago 1, su hermano César celebraba.

Ocho días antes, el mayor de los hermano Orellana había sido detenido por tráfico de drogas, porte ilegal de arma de fuego y tenencia ilegal de municiones.

“Solo cometió un error”, lo defendía su familia, a sabiendas que César era cuidadoso con su ‘negocio’.

Sin embargo, cuando el cliente con que se juntó para venderle un papelillo de cocaína resultó ser un efectivo de la PDI, su ‘ocupación’ llegó a su fin.

“Le pido perdón a mi familia. No hagan daño. Ojalá que (Fabián) meta un gol”, alcanzó a decir el hermano del futbolista, justo antes de ser ingresado a Santiago 1.

“¡Para ti, hermano!”

Fabián Orellana, cuando supo de Marcelo Bielsa que sería titular ante Colombia, tampoco dudó. El ‘Histórico’ sería uno de los puntales en el ataque de La Roja, acompañando a Mark González y Humberto Suazo.

La tarea no era fácil. El combinado ‘cafetalero’ se jugaba sus últimas opciones mundialistas y, al menos, Colombia quería despedirse de su gente con una victoria.

Con los locales ganando por la mínima, Bielsa sustituyó a un intrascendente -y amonestado- Matías Fernández para el ingreso de Jorge Valdivia. La confiada sonrisa del ‘Mago’, el temor de los colombianos al verlo, el deseo de gol de Fabián. En ese minuto 30, el partido cambió y todo fue a favor de La Roja.

Asistencia de Valdivia, primero; gol de Suazo tras pase de Orellana, para el 1-2. El empate local poco importó. Era la tarde del ‘Mago’, quien marcó el 2-3 parcial.

Pero había que cerrar el resultado. En el minuto 78, Fabián se vistió de goleador: carrera y definición para el 2-4. Un gol que valía ir a un Mundial, que ponía fin a una negativa racha y que significó el último triunfo de La Roja en tierras ‘cafetaleras’

“Apenas vi que pasó la mitad de la cancha, supe que iba a terminar en gol”, dijo César Orellana a La Cuarta.

En Barranquilla, en tanto, Fabián no dudaba en dedicar su tanto. “¡Para ti, hermano!”, gritaba el delantero, mientras era abrazado por sus compañeros.