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Deportes Concepción no está pasando por un buen momento futbolístico, en el arranque de la Liga de Ascenso, pero las aguas están agitadas también en lo institucional, a propósito del futuro de los Campos Deportivos Ricardo Keller de Nonguén, que han sido la casa del “León” desde 1971.

Si bien en diciembre de 2023 se había definido concesionar los campos a la Sociedad Anónima (SADP) controlada por el inversionista Víctor Rubio, los embargos que pesaban sobre el terreno por las deudas de arrastre de anteriores administraciones echaron por tierra aquello. Hoy, casi un año y medio después, mientas eso se va saneando, se habla de un arriendo a largo plazo, con condiciones en un acuerdo todavía no definido con el Club Social (corporación).

Hace unas semanas, una frase del director deportivo Aiderson Abreu no cayó nada bien en la hinchada lila: “Mientras ellos (Club Social) están interesados en hacer bingos, nosotros estamos interesados en que el club vaya a Primera División… Los objetivos son completamente diferentes”.

Y es que la fanáticada lila, después de la desafiliación de 2016, levantó al club de sus amores con bingos, rifas, ventas de pescado frito y cuánta actividad pudieron. Hoy volvieron a la Primera B, pero los objetivos de la SADP son más ambiciosos, con inversiones que les permitan estar a la altura de una institución grande.

Luciano Inzunza, director de Estrategia y Asuntos Corporativos de la SADP de Deportes Concepción, en conversación con BioBioChile, aborda en extenso esta situación, destacando que para ellos Nonguén es la prioridad y el “Plan A”, pero abogan por llegar a un pronto acuerdo que les permita avanzar con su proyecto deportivo.

– Es inevitable partir con la polémica tras los dichos de Aiderson Abreu ¿Quieren dar vuelta la página? ¿Han hecho un mea culpa interno? ¿Existe una intención formal de expresar disculpas a quienes se pueden haber sentido ofendidos?

Primero que todo, Aiderson en ningún caso quiere ofender a la hinchada ni a la corporación ni a toda la historia del club, porque siempre hemos reivindicado que parte de lo que hoy día es el club, es lo que hizo la propia hinchada a través de la corporación de sacar adelante la desafiliación.

Efectivamente, las palabras no fueron las más adecuadas, pero en ningún caso tiene como fundamento ofender o atacar a lo que representa la corporación y lo que representa la historia del club. Conozco a Aiderson desde que entré al club y creo que me merece la mejor opinión. Siempre está preocupado de lo social de Deportes Concepción, aparte de lo que hace como director deportivo. Fue una mala palabra y no es el espíritu de él ni de nadie de la institución.

– En la visión de la sociedad anónima, ¿Nonguén es parte del desarrollo estratégico del club?

Hay que hacer un poco de historia de cómo partió la llegada del inversionista controlador (Víctor Rubio). Me tocó participar de un directorio de transición donde se elaboró un plan estratégico desde la propia corporación para invitar a un inversionista. Y ese plan estratégico contenía distintos componentes, lo más importante en lo deportivo y lo social, donde Deportes Concepción no podía perder su identidad.

Por eso hay una serie de restricciones sobre cómo usar la insignia o los colores, en que todos estamos de acuerdo, y por otro lado, en lo deportivo alcanzar el éxito en un periodo de tiempo que podía ser de 4 a 8 años.

Ese plan se presentó a distintos interesados y la familia de Víctor Rubio, cuando recogió ese plan dijo ‘voy a hacer mío este plan, no vengo a hacer mi propio proyecto. Vengo a hacer el proyecto que me invitaron’.

A partir de eso, se iniciaron una serie de reuniones con la corporación para llegar a acuerdos en cosas que son más domésticas. Primero, la participación por el 51%, en una transacción que fue histórica para el club, porque estaba en segunda profesional y no habían habido transacciones por ese monto.

Después, se inició un plan de ejecución, que implicaba cumplir hitos. Primero, salvar la categoría, y en el segundo año, terminamos ascendiendo a Primera B cumpliendo el primer peldaño en el plan deportivo.

En paralelo a eso, hay planes también que tienen que ver a nivel de infraestructura, que también fueron compartidos por la propia corporación, y uno de ellos implicaba hacer inversión en los campos deportivos. La casa para nosotros es Nonguén, pero para poder hacer esas inversiones tienes que tener garantías mínimas. La primera que se exploró hace un año y medio fue una concesión y no se pudo llegar a acuerdo.

En esa época, se formó una comisión desde la corporación y no lograron un acuerdo con la Sociedad Anónima por la concesión de los campos deportivos. Ahí salió el tema de los embargos y eso echó por tierra ese acuerdo.

A pesar de eso, el inversionista, a través de la SADP, intentó otro acuerdo, como comprar el paño de 4 hectáreas, con un contrato de retrocompra para que en el fondo pudiéramos proteger las inversiones que se hicieran ante eventuales embargos que pudiera tener la corporación, el que tampoco prosperó. Después se intentaron otras figuras que nunca llegaron a acuerdo.

Volviendo a la pregunta, para nosotros Nonguén es vital para el proyecto deportivo, pero también es vital tomar las decisiones en el tiempo que está plasmado en este plan y cuando esto se ha dilatado más de un año y medio, más que cerrar la puerta a Nonguén, nosotros empezamos a abrirnos a otras opciones, porque no podemos seguir esperando.

O sea, no es que no queramos, pero tenemos un tiempo finito, porque si nosotros no hacemos las inversiones este año, empezamos a perder probabilidades de éxito en el siguiente peldaño, y ahí ponemos en riesgo el proyecto deportivo al cual fue invitado el inversionista, porque esto tiene un tiempo. No puede ser eterno el tiempo para llegar a primera división.

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Nonguén es vital para el proyecto deportivo, pero también es vital tomar las decisiones en el tiempo que está plasmado en este plan.
- Luciano Inzunza

– Se ha hablado de Hualqui u otras alternativas a Nonguén, pero el mencionar esas opciones es considerado por algunos hinchas y socios como una suerte de amenaza o intento de presionar y apresurar las decisiones. ¿Qué pueden decir de eso?

Absolutamente en desacuerdo con esa percepción, porque a lo mejor no se conoce esta historia. En el fondo, ha habido un año y medio de conversaciones para poder llegar a acuerdo en un documento a largo plazo, que puede ser concesión, compraventa o arriendo de uso exclusivo, cualquiera de los términos que permita darle garantía a la Sociedad Anónima Deportiva de que las inversiones que se hagan no corran ningún riesgo.

Eso es un mínimo que estaba incluso al inicio del ingreso del inversionista, o sea, era parte del acuerdo inicial; definir de qué manera el inversionista, a través de la SADP, podía hacer esas inversiones protegidas en Nonguén.

– ¿Y esas conversaciones, que no llegaron a puerto, fueron con el directorio del Club Social?

En la primera instancia participó la Asamblea y nombró una comisión, que no fue el directorio, sino que fue esa comisión que no llegó a acuerdo con la Sociedad Anónima, entonces también desde la SADP hemos sido súper respetuosos de las etapas y los tiempos. Por eso no hemos dado un año y medio y no 3 meses. Pero también todos sabemos que si no hacemos inversiones este año, vamos a tener riesgos de no cumplir los hitos que vienen. No podemos poner en riesgo el proyecto deportivo, que es lo más importante, porque el objetivo del proyecto es llevar a la gloria a Deportes Concepción en primera división y ojalá competir en torneos internacionales. No creo que haya un hincha que no quiera eso. Y eso no lo podemos poner el riesgo por estos tiempos.

– ¿Y cómo están las relaciones con la corporación? ¿Se rompieron en algún momento?

Más que se hayan roto, nosotros entregamos un documento formal de que, como iban los ánimos, debíamos empezar a explorar otras alternativas. (…) de hecho, el otro día tuvimos (reunión de) directorio de la Sociedad Anónima Deportiva en que Danilo (Venegas) va en su calidad de presidente de la corporación y participó, conversamos del tema y el diálogo está abierto. Pero también tenemos que ser transparentes con la hinchada. No podemos correr el riesgo de demorarnos 3, 4 o 6 meses en un acuerdo con la corporación o que no se llegue y no tener opciones. Por eso abrimos el abanico de opciones para también mirar qué podemos hacer en caso de no llegar a acuerdo.

– La corporación informó que está trabajando en tasaciones de Nonguén y en tener datos más concretos, para poder hablar de montos y plazos de arriendo. ¿Cuánto tiempo es el que consideran adecuado para que la corporación entregue esos antecedentes y puedan sentarse a negociar?

Según lo que nos informó el propio presidente de la corporación, esos tiempos debieran ser al 30 de marzo, cuando habrá una asamblea donde debieran estar esos documentos con esa información y, con un plazo más estirado, al 30 de abril. Creemos que hay tiempo suficiente, no dicho con nosotros, dicho por la corporación, para poder tener todos lo antecedentes y una cifra más técnica y que nos pueda hablar de valores.

– ¿Ustedes están haciendo algo en paralelo, como para poder cotejar y ver si llegan a los mismos números?

No, porque en el fondo nosotros tenemos claro lo que esperamos de Nonguén, lo que podemos entregarle a Nonguén, porque en el fondo, si miras el proyecto, es hacer inversiones para que sea un centro de alto rendimiento. Entonces, eso tiene un valor que no va a tener nunca Nonguén sin nosotros como Sociedad Anónima Deportiva y nosotros no lo podemos ejecutar sin la corporación en los campos deportivos. Eso debiera converger a un acuerdo que sea realista en términos de cifras.

Convengamos que esto también tiene un componente adicional. Nosotros, para poder jugar en la categoría Primera B, tuvimos que subrogar los derechos de una deuda que la corporación tenía antes de la llegada del inversionista controlador. Y, por lo tanto, ese fue otro condimento que tratamos de resolver en el largo plazo, para que no fuera un problema para la corporación, cuando lo que correspondería es perseguir esa deuda con quien corresponda, y nosotros en ningún caso estamos pensando en eso. Estamos pensando que a través de este acuerdo también se incluya esa deuda que nosotros tuvimos que pagar como sociedad anónima deportiva.

N. de la R: El 14 de marzo de 2018, el Club Social se vio forzado a pactar con la ANFP la deuda contraída en la “Era Jadue” y que originó la desafiliación del equipo, como condicionante para participar en Tercera B (quinta categoría). Con Concepción de vuelta en Primera B, Quilín hizo cumplir dicho pago, para autorizar su cupo en el Ascenso. La SADP acordó con Pablo Milad pagar $1.350 millones ($300 millones fueron pagados en febrero y restan 10 cuotas de $105 millones). Era eso o no jugar.

Yo entiendo que la hinchada piense que eso es injusto. Fue injusto cuando la corporación tuvo que firmar, y lo firmó igual con la ANFP, y fue justo ahora que nos obligaron a llegar a un acuerdo súper forzado. Y tuvimos que firmar porque, en el fondo, lo más importante es el proyecto deportivo. Imagínense cómo estaría la hinchada si no se llegaba a un acuerdo con la ANFP por la deuda de la corporación y estaríamos sin licencia de clubes. Y sería mucho más doloroso para todos. Entonces, ahí también se tienen que tomar decisiones y ahí nos hubiese encantado que la corporación con sus tiempos podría haber confluido con nosotros, pero tienen otros tiempos y nosotros tomamos la decisión de absorber o subrogar los derechos de esa deuda para poder resolverlo después con la corporación en el mediano o largo plazo.

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(La inversión) tiene un valor que no va a tener nunca Nonguén sin nosotros como Sociedad Anónima Deportiva y nosotros no lo podemos ejecutar sin la corporación en los campos deportivos.
- Luciano Inzunza

– Cuando se negocia hay cosas fundamentales que uno no a va ceder y otras en que hay espacio para conversar. ¿Cuáles son los aspectos que para la Sociedad Snónima son irrenunciables y en cuáles están abiertos a negociar?

En este año y medio han habido hartas concesiones, de ambas partes, probablemente. Yo puedo hablar desde la SADP. Lo primero, es que al principio hablaban de una concesión por los espacios, no se hablaba de montos ni de arriendo, sino que se hablaba de mantener una participación accionaria. Y eso ya cambió. Estamos hablando un valor económico por el paño, o sea, ya hay un espacio distinto.

Ahora estamos hablando de un arriendo en vez de una concesión, entonces ya hay de alguna manera una menor seguridad jurídica para la Sociedad Anónima, porque un arriendo es menos que una concesión. Y en el caso de la corporación, eso es pura ganancia de mediano a largo plazo, porque todo lo que quede ahí (lo edificado), independiente del éxito o fracaso de la SADP en el club, va a ser parte de la corporación, va a ser propietaria, no tiene ningún riesgo de perderlo. Entonces, si lo ves a nivel de cifras, hay un ceder bastante amplio respecto de la Sociedad Anónima Deportiva.

Un aspecto (relevante para la SADP), que creo es súper importante para el proyecto deportivo, es el arriendo de uso exclusivo del espacio. Sabemos la cantidad de horas que están ocupadas, los espacios que necesita el club, entonces es muy difícil que ahora venga una universidad u otros a jugar, cuando nosotros necesitamos el horario completo para poder darle las mejores condiciones, tanto al fútbol profesional masculino, ahora tenemos fútbol profesional femenino y tenemos todas las categorías formativas. Todo eso necesita un espacio exclusivo para nosotros y eso también lo pusimos sobre la mesa desde el inicio y es muy difícil de cambiar.

Otra cosa podría ser contar con un periodo de tiempo (de arriendo) suficiente para que las inversiones no sean tan onerosas. Cuando uno hace inversiones, mientras menos plazo tienes, más riesgosas son, y por ende, menos inversiones se pueden hacer. Queremos un periodo de tiempo prolongado. Al principio se habló de 30 años de concesión o hasta 50 años, pero eso nunca tuvo espacio. En esta propuesta, la última que tuvimos, ya teníamos 2 periodos de 12 años que permitían 24 o hasta 40 años, si es que se hacía más inversión.

Estamos hablando de periodos más agotados, que también es una concesión que nosotros hicimos, pero creemos que ese el tope, porque si lo achicamos más, ponemos en riesgo las inversiones. Habría que acotar las inversiones y ya no podría hacer un gimnasio, sino que tendría que usarse la carpa (domo) que tenemos hoy día para que opere un gimnasio. Si queremos llevar al equipo a copas internacionales, un jugador de esas características probablemente no se va a sentir cómodo en un espacio así.

– Dentro de esas inversiones, ¿de qué estamos hablando? Gimnasio, nuevas canchas, iluminación…

Ahí hay un tema. Nos encantaría tener un acuerdo para partir con un master plan y presentar todas las inversiones que en el largo plazo se van a hacer, pero tampoco tenemos garantías. Por eso no hemos podido concretarlo, pero sí podemos hablar de cosas como la cancha de pasto natural, que hay que mejorarla y ampliarla, la cancha de pasto sintético hay que cambiarla, los camarines con la cantidad de categorías son insuficientes, espacios para el equipo administrativo, sala de prensa, gimnasio, un cierre perimetral para proteger las inversiones y probablemente un segundo acceso (puente) por un tema de seguridad, y ahí ya tienes un montón de inversiones que significan harto dinero.

Si después el proyecto demanda más cosas yo creo que estamos en condiciones. En algún minuto hablábamos de un comedor, para que puedan alimentarse todos los jugadores del primer equipo y formativo, un lugar para tener controladas las colaciones y el tipo de alimentación que tienen los chicos cuando se forman.

No tenemos específicamente cuántos metros cuadrados van a ser. Para eso estamos esperando tener más certezas para avanzar en esos detalles.

– Qué pasará con el uso de Nonguén para actividades sociales o recreativas, que hasta el día de hoy la corporación y agrupaciones de hinchas han venido desarrollando. ¿Hay espacio para eso dentro del proyecto?

Sí. De hecho, cuando hemos conversado, siempre hubo espacio a dejar estipulada la Navidad Lila, que es súper importante, el aniversario del club, y dejamos estipuladas algunas actividades adicionales para cumplir este componente muy importante para el club, que es el rol social. Las agrupaciones son parte de la institución. La hinchada es parte de la institución.

Lo que sí dijimos es que no podemos fijar que sea eternamente en la cancha de pasto sintético, porque el día de mañana si hacemos una inversión y cambiamos el pasto sintético, probablemente no va a poder desarrollarse ahí pero sí en otra zona. No porque no queramos, sino porque hay que proteger también la inversión, para darle el uso que corresponda.

– ¿Y las ramas deportivas, al margen del fútbol profesional, pueden tener espacio dentro de las inversiones?

Lo que pasa es que el proyecto y el mandato que tiene la SADP es precisamente el fútbol. No tiene otro espacio. Tenemos que ser responsables desde el mandato legal que tiene la sociedad anónima. Fue muy importante para la corporación, cuando construyó este plan, de decir que la SADP tiene solamente este rango de acción. Meternos con otras ramas no es parte de nuestro rol.

Ahora, el espacio que nosotros estamos pidiendo no es el espacio total de los campos deportivos, que tienen del orden de 20 a 22 hectáreas. Nosotros estamos hablando del perímetro que es el plano, ni siquiera el siguiente nivel que hay más arriba, donde probablemente se podrían desarrollar otras actividades que no le competen a la Sociedad Anónima.

– ¿Qué es lo que se viene en el cronograma? ¿Han habido gestos de buena fe de ambas partes para que esta negociación sea fructífera?

Lo último que tuvimos fue la reunión de directorio de la SADP donde Danilo (Venegas) mencionó algunas fechas que veían probables, porque hay una nueva asamblea de socios. Entonces entendemos que cuando tengan la tasación y la conversación con el abogado que nombraron para negociar nos contactarán para poder volver a sentarnos. Eso nunca ha estado cerrado.

Lo que sí, súper transparente para que nadie piense que la SADP quiere hacer cosas distintas, es que nosotros no nos podemos cerrar solo a esa alternativa, porque podría tomar 2, 3 o 6 meses más y resultar infructífera, como ha pasado hace un año y medio atrás, y ya con dos año de tiempo, el proyecto deportivo demanda tener una solución y por eso estamos explorando ahora distintas alternativas que nos permitan, en el evento de no llegar a un acuerdo, tener una solución más inmediata.

– ¿Pero el Plan A siempre tiene que ser Nonguén?

Para nosotros, sí.