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Marcelo Salas e Iván Zamorano, la icónica dupla \'Sa Za\', se abre paso en la historia de La Roja con su destacada actuación en la clasificación al Mundial de Francia 1998. Despejando los rumores de rivalidad, Salas apunta a la prensa como responsable y aclara que su relación con Zamorano nunca fue conflictiva, sino más bien marcada por diferencias de edad y estilos de vida en aquel entonces. Ahora retirados, ambos exjugadores disfrutan de una mayor cercanía, compartiendo asados, invitaciones a Miami y partidos de fútbol amistosos.

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Marcelo Salas e Iván Zamorano inscribieron sus nombres en la historia de La Roja formando la recordada dupla ‘Sa Za’, pieza clave en la notable clasificación del equipo nacional al Mundial de Francia 1998.

En la época de los 90′, mucho se habló de una presunta rivalidad entre ambos jugadores y en el presente año, Salas se encargó de clarificar todo y de partida, culpó a la prensa.

“La rivalidad es más por parte de ustedes (los periodistas), yo nunca he tenido un problema con Iván, (la distancia) creo que es un poco por la diferencia de edad, seguramente, en ese período nuestros grupos eran distintos”, comentó el ‘Matador’ en el programa Fuera de Juego en Social TV.

“Yo me juntaba con (Sebastián) Rozenthal, con el Huevo (Valencia) que eran de mi edad y con Iván tenemos 7-8 años de diferencia, su grupo era con Fabián (Estay), Tapia, los más grandes, era lo más lógico”, complementó.

Marcelo Salas y su relación con Iván Zamorano: “Decían que habían problemas, pero… ”

Para el excrack de La U y River Plate, las especulaciones sobre sus problemas con Zamorano no eran más que rumores, dado que nunca se les veía juntos, pero por temas de tiempo.

“Nunca estábamos juntos, aparte en ese período yo estaba casado, venía a Chile, jugaba, me iba a la casa y volvía, ahí Iván estaba soltero, venía a Chile a jugar y salían a comer alguna cosa, nunca nos vieron juntos afuera de la cancha, por eso ahí decían que habían problemas, pero es por tema de vida”, reconoció.

Ahora, ya retirados, ambos tienen más cercanía, entre asados, invitaciones a Miami y por supuesto, ‘pichangas’.

“Hemos comido asado con su familia y yo con mis hijas, hemos jugado una pichanga con otro grupo de latinoamericanos que hay por allá, hemos compartido más. Hoy tengo una relación más cercana, tenemos una comunicación que antes no teníamos”, sentenció.