En el duelo que cerró ayer la jornada de día viernes por la fecha N°7 del Campeonato Nacional, Ñublense recibió en el maltratado gramado del Nelson Oyarzún a Universidad Católica en lo que se convirtió en un caos total por el criticado arbitraje de Fernando Véjar, en la victoria de La UC en Chillán.
Un vendaval de tarjetas amarillas, 4 expulsados y un promedio de tan solo 45′ minutos efectivos de juego, fue lo que dejó el encuentro en la Región del Ñuble y que ha generado una nueva polémica entorno al cometido de los colegiados.
Uno de los factores que se apuntan tras el desastroso compromiso es a la permisividad que el umpire permitió en el trámite del juego, además del ‘Siga Siga’ impuesto por Roberto Tobar, generaron estragos en el duelo de alta intensidad.
En total, las 4 expulsiones llegaron para el conjunto local, luego de la primera tarjeta roja por una fuerte entrada de Nicolás Salazar sobre Cristián ‘Cimbi’ Cuevas. Luego, Ñublense se quedó con otro elemento menos, por la doble cartulina amarilla que recibió Raimundo ‘Catuto’ Rebolledo.
Posteriormente, llegó la tercera para Juan Leiva tras el gol de la victoria de Zampedri y los reclamos airados del elemento de Jaime García, quien fue el cuarto expulsado en el conjunto de Los Diablos Rojos.
Con esto, la situación en el Nelson Oyarzún era insostenible para el árbitro del encuentro, que debió abandonar la cancha con guardias y con quitasoles como barrera tras la hostil despedida y los proyectiles que lanzó la hinchada chillaneja al umpire del partido.
Con esto se instala nuevamente la polémica sobre el trabajo realizado por los referís en el Campeonato Nacional que viene siendo muy comentado y criticado desde hace ya varias fechas.
Además, resta conocer el informe arbitral del juez principal Fernando Véjar, quien de seguro reportará el comportamiento agresivo que se vivió al finalizar el partido entre Ñublense y Universidad Católica.