La novela sobre el escándalo arbitral sumó un nuevo episodio este martes, ya que habló Mario Vargas, el árbitro que era el Quality Manager aquel polémico día en el CAP Acero, en el encuentro entre Huachipato y Copiapó por la Promoción. Vargas negó presiones y aseguró estar tranquilo.
El hombre que fue el Quality Manager (el único que tiene comunicación con el VOR durante el partido) ese día fue aludido por la denuncia de Francisco Gilabert, que acusó manipulaciones para terminar cobrando un dudoso penal a favor de Huachipato.
Sin embargo, en conversación con La Tercera, Mario Vargas niega esas acusaciones. Consultado por una palabra que defina la situación que habría ocurrido ese día entre los jueces, explica que “Ninguna me gusta, porque no hubo nada. Ni intervención ni intermediación. Lo demás sería inventarle algo, pero no me caracterizo por eso”.
El Quality Manager de ese día reconoce que ya dio su declaración en el contexto de la investigación, al igual que Javier Castrilli. Complementa que nunca estuvo involucrado en una situación así en todos los años que lleva en el ambiente. “No sé si son gajes del oficio. Lamentablemente pasó. Me veo inmiscuido en el medio. Partí en el VAR con Enrique Osses, no era primera vez que estaba en una cabina”, aclara.
También recalca que se siente tranquilo y que no recibe ayuda externa en ámbitos legales. “Solo me estoy asesorando por mí. No veo por qué tengo que asesorarme. No se me ha pasado ni por la mente. Me declaro inocente en el sentido de no pensar más allá. Estoy tranquilo”, asegura.
Por último, fue consultado por el despido de Castrilli como presidente de la Comisión de Árbitros de la ANFP. “Sobre su salida no tengo opinión, porque trabajo hace mucho rato en esta función y he visto muchos cambios. Trabajo desde 2011, he pasado por muchas administraciones. Venía de la anterior y ellos me ratificaron en la función que realicé. Todos estamos expuestos. Son más cargos más de confianza del directorio de turno en la ANFP”, finaliza.