Un día como hoy, pero de 1953, el escritor y poeta nacional Roberto Bolaño Ávalos nació en la ciudad de Santiago.
Algunos años después se trasladó hasta la región de Valparaíso donde, en 1962, cuando se desarrollaba el Mundial de Fútbol que organizó nuestro país, el autor de “Los detectives salvajes” vivió una desconocida anécdota en torno al balón.
Arica, Viña del Mar, Santiago y Rancagua albergaron los encuentros de la cita deportiva, pero otras ciudades también recibieron a las selecciones que llegaron a nuestro país en busca del sueño de llevarse el trofeo Jules Rimet.
Fue el caso de Quilpué, comuna donde Brasil, a la larga vencedor del certamen, se albergó y preparó sus encuentros para la cita planetaria.
Pero, a diferencia de lo que se vive hoy, las prácticas de la ‘Verdeamarela’ se desarrollaban a puertas abiertas y quienes llegan a lugar de práctica podían compartir con las principales estrellas brasileñas.
Así, los vecinos del sector podían ver de cerca a figuras como Garrincha, Didí, Pelé, Vavá o Zagallo y, entre quienes llegaron a presenciar las jornadas de entrenamiento brasileñas, estaba Bolaño.
“Es la mayor hazaña que he hecho”
Uno de esos días, Roberto se metió a la cancha donde practicaba el equipo dirigido entonces por Aymoré Moreira junto a otro grupo de curiosos, a quienes les costaba creer tener tan cerca a esas figuras del fútbol.
El escritor, en una entrevista cedida a Qué Pasa, reveló cómo fue aquel momento en que compartió con algunas de los principales referentes del balompié brasileño.
“En 1962 vivía en Quilpué, a cincuenta metros de donde estaba alojada la selección brasileña de fútbol. Conocí a Pelé, a Garrincha, a Vavá”, partió relatando Bolaño.
Si bien la anécdota ya podía ser considerada épica por algunos, lo cierto es que Roberto no se quedó solo en los saludos con las figuras de la ‘Verdeamarela’.
“Recuerdo por ejemplo que Vavá me tiró un penal y se lo atajé. Y para mí es la mayor hazaña que he hecho. ¡Le atajé un penal a Vavá!”, añadió Bolaño.
Desafortunadamente para Chile, el autor no estaba en el arco de La Roja para la semifinal del Mundial, donde el delantero brasileño anotó dos goles en la victoria 4-2.
Vavá anotó cinco goles en el torneo de 1962, incluyendo uno en la final ante Checoslovaquia, pero hubo alguien a quien no pudo batir: a un joven Roberto Bolaño.