El pasado miércoles el Manchester City consiguió una agónica victoria frente al Southampton, para estirar a doce los duelos con victorias consecutivas en la Premier League.

El cuadro de Pep Guardiola se impuso gracias a un tanto en el último suspiro de Sterling, y con ello consolidó su liderato en la liga británica.

Sin embargo, la situación que más llamó la atención de este enfrentamiento no fue el gol del seleccionado inglés o la celebración del plantel, sino que una inesperada reacción del adiestrador catalán.

Resulta que, una vez terminado el partido, Guardiola se acercó al volante rival Nathan Redmond para, primero abrazarlo, pero después para recriminarle una serie de cosas.

La situación se volvió tensa. Pep gritó como desaforado y, si no es por la pasiva respuesta de Redmond, todo pudo pasar a mayores.

Fue el propio entrenador quien explicó el incidente en la conferencia de prensa tras el cotejo: “Le estaba diciendo a Redmond lo bueno que es. Southampton tiene jugadores super talentosos, Redmond es uno de ellos. Pero ellos no querían jugar, estaban perdiendo tiempo desde el minuto nueve. Sólo quería que jugaran”, declaró molesto.

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