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Mauro Camoranesi, exjugador de la Juventus y campeón del mundo con Italia en 2006, fue condenado a pagar más de 45.000 dólares al fiscal argentino Javier Pizzo por una brutal lesión que le provocó en 1994 durante un clásico entre Alvarado y Aldosivi. Pizzo, cuya prometedora carrera como futbolista se vio truncada por la lesión, se convirtió en abogado tras años de recuperación y presentó una demanda que llevó a la condena de Camoranesi en 2008. A pesar de las disculpas nunca recibidas, Pizzo sigue trabajando como abogado en Mar del Plata, mientras que Camoranesi, además de no arrepentirse públicamente, protagonizó otras acciones violentas en su carrera futbolística.

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Dos años después de coronarse campeón del mundo con la Selección Italiana en el Mundial de Alemania 2006, Mauro Camoranesi se vio envuelto en un lío judicial que lo llevó a ser condenado a pagar más de 45.000 dólares al fiscal argentino Javier Pizzo.

Pese a las apelaciones de la defensa del otrora volante de la Juventus, el fallo fue ratificado años más tarde, pero, ¿cuál fue el motivo? Una dura lesión que el propio exjugador provocó a un rival tras una espeluznante entrada en 1994, cuando Camoranesi realizaba sus primeros pasos en el fútbol, en Club Atlético Aldosivi de la Liga Regional Argentina.

Alvarado vs. Aldosivi; un clásico imborrable para Pizzo

Con una férrea enemistad forjada desde 1989, el clásico entre los equipos más populares de Mar del Plata es considerado uno de los más feroces en el fútbol trasandino. Una rivalidad que llegó a ser restringida durante 27 años por las autoridades del país, luego de que las barras del ‘Torito’ y del ‘Tiburón’ protagonizaran distintos episodios de violencia, pasando a conocerse como el ‘Clásico Prohibido’.

En pleno ‘peak’ de esta rivalidad futbolera, el 14 de agosto de 1994, Alvarado y Aldosivi se enfrentaron en una de las fechas más esperadas por los seguidores de la Liga Regional Argentina, donde ambos elencos se encontraban de mitad de tabla hacia arriba. Además, existía cierta expectación por parte de los analistas y ojeadores de otros equipos, ya que se iba a dar por primera vez el duelo entre el lateral izquierdo Javier Pizzo y el volante derecho Mauro Camoranesi, las dos grandes promesas del partido.

Mientras que Pizzo estaba siendo sondeado por clubes de la Primera División Argentina, Camoranesi ya tenía pretendientes desde el extranjero. Ambos tenían sólo 18 años. Sin embargo, en aquel partido, una de estas promisorias carreras llegaría a su fin abruptamente.

Desde el primer minuto, las patadas, empujones y agresiones verbales no se hicieron esperar. En medio de este ambiente hostil, los dos jóvenes jugadores fueron a disputar un balón dividido a centímetros de la línea de banda, luego de un mal control. El lateral de Alvarado llegó primero, pero sin pensar el desenlace que provocaría este anticipo. Y es que, enceguecido por la violencia, el volante de Aldosivi entró con un ‘planchazo’ criminal. Lo peor estaría por llegar.

Los gritos de dolor de Pizzo alertaron rápidamente al cuerpo médico de su equipo y a sus compañeros, quienes se abalanzaron a increpar a Camoranesi. No obstante, ya no había vuelta atrás. Entre hematomas y desgarros, el parte médico indicó que existían roturas de ligamento cruzado anterior, cruzado posterior y lateral externo, roturas de menisco interno y externo, rotura de la cápsula de la rodilla y del tendón del bíceps. Escalofriante.

La terrorífica lesión de la otrora joven promesa del ‘Torito’ fue un caso de estudio para los médicos, quienes quedaron atónicos al no entender cómo una patada llegó a provocar todo eso. Pizzo debió ser operado en dos ocasiones y, a pesar de que pudo volver a pisar una cancha -por escasos minutos- entre 1997 y 1998, su carrera llegó a su fin, junto con su sueño de triunfar en el fútbol.

“El club Alvarado me acompañó económicamente. Pero el tiempo de las lesiones largas te va haciendo enfrentar a los meses, o al año, situaciones en las que la vida transcurre, y una vez cerrado el contrato, pasas a estar solo”, recordó años más tarde el exfutbolista, en entrevista con Infobae.

Su vida alejado del fútbol y su revancha en la Justicia

De acuerdo al propio Pizzo, el largo proceso de recuperación y los años alejado de las canchas lo llevaron a interesarse en otros pasatiempos “para desviar la mente”, como la lectura, la cual lo ayudó a confiar más en sus capacidades intelectuales. Como futbolista, su carrera había terminado, pero al poco tiempo comenzó otra al ingresar a la Escuela de Derecho en su natal Mar del Plata.

“Se dio de forma casi natural. A partir de la lesión, al término de un año y seis meses, hice casi la mitad de la carrera -que antes me hubiese llevado cuatro años y medio-. Luego, rendí 14 materias y me convertí en abogado“, detalló.

Javier Pizzo
Javier Pizzo | Redes

Tras titularse y comenzar a realizar sus primeros trabajos como profesional, el exjugador de Alvarado seguía pensando en el ‘planchazo’ que lo retiró del fútbol y, ya como abogado, empezó a estudiar su propio caso y a compararlo con otros similares, con el objetivo de preparar una demanda en contra de Camoranesi.

Mientras Pizzo se alistaba para presentar la demanda contra el crack de la Juventus, en 2006, el abogado tuvo que ver por televisión cómo el canterano de Aldosivi se coronaba campeón del mundo con Italia y recuerda: “Lo viví con alegría porque mi familia tiene raíces italianas y yo tengo la ciudadanía, y con mis hijos mirando el partido. No tenía nada contra Camoranesi”.

Dos años después de este histórico título, en 2008, Camoranesi recibió su primera condena: debía pagarle 200.000 pesos argentinos (unos 45.000 dólares) a Pizzo tras la agresión que la Justicia consideró de “notoria torpeza, un exceso en la práctica del deporte, anormal y evitable”. A pesar de apelar a este fallo, en 2011, se ratificó la condena y el campeón del mundo debió cumplirla.

“Sobre los tiempos de la justicia, hubo muchas particularidades sobre el domicilio del demandado. Notificarlo en otros países era muy difícil. Recién lo logramos cuando jugaba en Juventus… Tenía el aval de un video, creo que sin él hubiese sido muy difícil demostrar todo”, detalló Pizzo.

El dinero llegó, pero las disculpas nunca lo hicieron. El abogado reconocer que tampoco las esperaba, pero luego de volver al fútbol argentino (Lanús) el 2011, los hinchas trasandinos si esperaron un gesto de Camoranesi, el cual nunca llegó.

Mauro Camoranesi
Mauro Camoranesi | Lanús

Por si fuera poco, además de nunca arrepentirse públicamente de aquella criminal infracción, el volante ítalo-argentino protagonizó dos malintenciados momentos en su regreso al país, luego de darle una patada en la cara a Patricio Toranzo cuando vestía los colores del ‘Granate’ y un brutal ‘planchazo’ a Gabriel Heinze cuando militaba en Racing Club, su último club antes de su retiro en 2014.

“Cuando vi esas jugadas contra Heinze y Toranzo, me permitió ratificar que habíamos estado frente a una personalidad que tenía este tipo de situaciones”, cerró Pizzo, quien hoy sigue trabajando como abogado en una oficina en Mar del Plata.