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En agosto del 2000, el delantero brasileño Mario Jardel celebraba con el Galatasaray de Turquía al consagrarse con un gol en tiempo extra ante el Real Madrid en la Supercopa de Europa, marcando un hito en su carrera futbolística. Tras brillar en el Porto y ganar la Bota de Oro en 1998 y 2001, Jardel sufrió la desilusión de no ser convocado a la selección brasileña para el Mundial de Francia y luego para el de Corea y Japón en 2002. A pesar de sus logros deportivos, su vida personal se vio afectada por la depresión y el consumo de drogas, lo que lo llevó a un declive en su carrera y a deambular por varios equipos antes de retirarse en 2010. Hoy, lejos de sus problemas pasados, busca ser un ejemplo para los jóvenes y se reconoce como una leyenda en el fútbol.

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Es 25 de agosto del 2000 y en Turquía hay fiesta. El delantero brasileño Mario Jardel anotó, en tiempo extra, el gol que consagró al Galatasaray como autor del batacazo ante el Real Madrid para ganar la Supercopa de Europa. Ese parecía el despegue de su carrera, pero fue todo lo contrario.

El atacante comenzó su irrupción en el fútbol como una estrella en ascenso en 1995, como ganador y goleador de la Copa Libertadores de aquel año con el Gremio. A final de temporada, fue objeto de deseo en Europa.

Corrió con ventaja para ficharlo el Glasgow Rangers escocés, pero tras tener problemas normativos en el Reino Unido por el fichaje de jugadores no comunitarios, terminó recalando en el Porto, que venció en la pugna a su eterno rival, el Benfica.

De adaptación, nada. Con tintes de nueve clásico, de buen cabezazo y definición, rápidamente dejó huella en Oporto con 37 goles en 46 partidos que lo condujeron al título liguero en su primera aventura en el ‘Viejo Continente’. De hecho, al Benfica le anotó siete tantos en un clásico, uno de ellos, un golazo al legendario arquero germano Michel Preud’homme.

Jardel: la era de la Bota de Oro

Por si lo anterior fuera poco, en la temporada 1998 fueron 36 goles los anotados por Jardel, los que le valieron ser coronado con la Bota de Oro el mismo año, superando a cracks como Raúl González Blanco (Real Madrid) y Ruud Van-Nistelrooy (PSV).

A pesar de eso, no fue convocado al Mundial de Francia. Los nombres de Giovanni, Ronaldo, Zé Carlos y Bebeto no le dejaron espacio en la nómina de Mario Zagallo.

Sus impresionantes números, con 125 goles en 130 partidos durante cuatro temporadas con el Porto -y ocho títulos a su haber-, lo motivaron a cambiar suelo luso por el turco, para fichar por el Galatasaray liderado por el notable Gheorghe Hagi.

Antes, tuvo la oportunidad de ir al Inter de Milán y competirle al dominador de su puesto en Brasil, Ronaldo, pero los italianos prefirieron fichar a Hakan Şükür.

En Estambul, jugó 24 partidos y anotó 22 dianas, logrando su consagración en la Supercopa de Europa del 2000. Sin embargo, volvió a su zona de confort, Portugal y esta vez, con la camiseta del Sporting de Lisboa.

Mario Jardel recibe la Bota de Oro en 1998. A su lado, Raúl (Real Madrid) con la de plata.
ESPN

En la época equivocada

Respaldado por los 41 goles que le significaron ganar su segunda Bota de Oro en 2001, la gran oportunidad de Jardel en la Canarinha llegó en el mismo año, cuando fue llamado por Luiz Felipe Scolari para la Copa América que se disputó en Colombia.

En un certamen marcado por problemáticas de seguridad que, por ejemplo, forzaron la baja de Argentina, el futbolista solo tuvo dos apariciones: desde la banca ante México y peor aún, en la histórica derrota que sufrió Brasil ante Honduras.

El resultado, tildado como una vergüenza para la Seleção, sepultó el sueño de Jardel para siempre, el de jugar un Mundial. De cara a la cita de 2002 en Corea y Japón, Scolari no solo optó por llamar a Edilson y Luizão, sino que, criticó abiertamente al entonces crack del Sporting.

“El juego de Jardel es todo de área (de penal) y centros. Si no tenemos a nadie que le pase el balón, no funciona, no se puede construir el juego en torno a un solo jugador”, dijo el entrenador al sitio web Maisfutebol, consignó Reuters.

Así, y con apenas un gol a Tailandia en un amistoso jugado en 2000, acabó el periplo de Jardel en el combinado nacional.

La caída, la depresión y las drogas

Tras no ir al Mundial que terminó ganando Brasil en 2002, vino la debacle de Jardel. Veinte años después, confesó: “Sufrí una sobredosis consumiendo cocaína y me quedé despierto durante siete días. Para ustedes que me ven, no es ningún ejemplo. Contraté mujeres, me quedé en esa vida pensando que no me iba a pasar nada, que todo estaba bien”.

Ese mismo año, pero en agosto, fue internado por la depresión que le generó el separarse de su esposa, consigna AS España.

A partir de ahí y al consumarse su salida del Sporting, la carrera del hombre que le “enseñó a cabecear a Cristiano Ronaldo” su carrera fue a pique y deambuló por el Bolton Wanderers (Inglaterra), US Ancona (Italia), Newell’s Old Boys de Argentina y el Goiás de Brasil, para luego jugar en Chipre, Australia y finalmente, retirarse en 2010 con la camiseta del Cherno More Varna de Bulgaria.

Al referirse a sus vicios, fue claro al señalar que “es uno de los problemas del fútbol, tienes mucho dinero y existen muchas trampas, amistades, tentaciones y curiosidades”, añadió.

“Estoy libre de esas sustancias y mi esposa fue esencial en esto. Estuvo a mi lado hasta en los momentos más simples. Cuando iba de fiesta se venía porque en esos ambientes es más probable caer, sobre todo cuando bebes. Ahora quiero dar una buena imagen a mis hijos y hacer trabajos sociales para que los jóvenes no cometan los errores que yo cometí”, confesó, de acuerdo con el citado medio.

Hoy, mientras algunos se preguntan qué pudo haber sido de su carrera en otra época, Jardel hoy vive lejos de lo que algún día lo condenó, compartiendo con hinchas del Gremio y visitando Turquía y Portugal periódicamente, donde lo reconocen como una leyenda.

Mario Jardel y un joven Cristiano Ronaldo en el Sporting de Lisboa
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