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Fútbol y fraude: la corrupta trama que envuelve a Agustín Lozano, el jefe máximo del balompié peruano

09 noviembre 2024 | 06:59

A días de enfrentarse en un partido decisivo frente a Chile, la detención del titular de la Federación Peruana de Fútbol (FPF) se presenta como un duro revés para la Blanquirroja.

Al presidente de la Federación Peruana de Fútbol (FPF), Agustín Lozano, de 53 años, quien es natural de Chongoyape, una humilde ciudad de la provincia de Chiclayo al norte del Perú, se le imputa los delitos de organización criminal, fraude en la administración de personas jurídicas, coacción, corrupción en el ámbito privado y lavado de activos. Ilícitos que, según la Fiscalía, cometió en el ejercicio de sus funciones.

El Ministerio Público de Perú lo señala de estar involucrado en una supuesta trama de corrupción al más alto nivel, que salpica a presidentes de clubes del fútbol peruano —en estos momentos, algunos ya detenidos preliminarmente, al igual que él— e importantes integrantes del directorio y de la administración de la federación.

La tesis fiscal lo coloca como el “líder” de una presunta red criminal, denominada Los Galácticos, que “constituyó” en 2018 y que no habría parado de operar hasta la actualidad. Un total de 14 presuntos hechos delictivos se le atribuye a Lozano y sus presuntos cómplices. Entre la acusación más grave figura el “favorecimiento” a la empresa 1190 Sports con los derechos de transmisión de los partidos de la Liga 1, con miras a “coaccionar” a los clubes que se opusieran.

“Es el encargado instruir al secretario general de la junta directiva de la FPF para implementar y ejecutar los acuerdos de directorio sobre pactos comerciales, como es el caso del contrato con 1190, donde existió un conflicto de intereses, vulnerando los estatutos de la Federación y la normativa de Conmebol y FIFA”, se lee en una resolución judicial a la que accedió BioBioChile.

El Ministerio Público, además, lo acusa de crear de manera “exprofeso” e “ilegal” una dirección de competiciones, cuyos integrantes habrían sido elegido a dedo, con la finalidad de modificar el reglamento interno de la Liga 1 de Perú y establecer severas sanciones contra los clubes opositores al contrato entre la Federación Peruana y 1190.

La situación desató una “guerra” por los derechos de transmisión a fines del año pasado. Alianza Lima, Universitario, Sport Boys, Deportivo Municipal, Deportivo Binacional, Cienciano, Cusco FC y Melgar decidieron renovar su contrato por los derechos de transmisión con el Consorcio Fútbol Perú (GOLPERU), pero Lozano ya tenía sus planes.

Estos clubes acordaron no jugar para hacer respetar su postura, pero corrían el peligro de descender si perdían dos partidos seguidos por walk over. Intentaron impedir que el equipo de trasmisión de 1190 Sports ingrese a sus estadios, pero se modificó el reglamento del torneo para sancionar a los que volvieran a hacerlo con la reducción de puntos y otras drásticas medidas. La “coacción”, para la fiscalía, estaba consumada.

Las sospechas policiales apuntan a que el dinero habría sido la razón detrás de copar los derechos de transmisión. Pero dinero contado por decenas de millones. “Se dedicaban a amasar grandes cantidades para enviarlas al extranjero, comprar propiedades y vehículos de alta gama”, detalló la Policía Nacional del Perú (PNP) en una nota de prensa.

Suerte echada

Agustín Lozano, o Tin como le decían sus amigos y círculo familiar, sabía que la investigación del fiscal del caso, Juan Orihuela Legonia, avanzaba a paso rápido y firme, pero prefería creer que no se le iba a dictar ninguna medida coercitiva en su contra. Ser el jefe máximo del balompié peruano lo hacía sentir poderoso y la inocencia que siempre alegaba le reforzaban esa idea.

La fiscalía peruana, sin embargo, alertada por un cierto peligro de fuga y de obstaculización, solicitó la detención preliminar contra Lozano y otros 12 investigados, además del levantamiento del secreto de las comunicaciones y el allanamiento e incautación de varios inmuebles, entre ellos La Videna de San Luis, el complejo deportivo que usa la selección peruana para sus entrenamientos y donde se prepara para el decisivo partido frente a Chile por Eliminatorias.

El juez Richard Concepción Carhuancho, en los siguientes días, analizó detenidamente la solicitud del Ministerio Público, leyó y releyó y, finalmente, decidió aceptarla. La suerte de Lozano y de su supuesta cúpula criminal empezaría a estar echada.

“Espero se haga justicia”

La madrugada del último jueves, un nutrido grupo de agentes de la Policía Nacional, en compañía de representantes de la fiscalía, llegó hasta la vivienda de Agustín Lozano, ubicada en la primera cuadra del pasaje Juan Bautista Pigalle, zona exclusiva del distrito de San Borja, en Lima, para notificarle sobre la resolución judicial que disponía su detención preliminar por el plazo de 15 días naturales.

Luego de horas de diligencia, Lozano salió enmarrocado de su inmueble. Vestía una llamativa casaca amarilla y un jean de color azul oscuro. Su salida fue accidentada, porque a los policías que lo custodiaban se sumó un numeroso grupo de reporteros que lo abordó para obtener sus descargos.

“Solamente quiero pedirle a mi familia, tranquilidad. Espero que se haga justicia y que todo se aclare”, respondió a su salida, para ser subido inmediatamente a una camioneta policial de vidrios polarizados. Su primera parada, ya privado de su libertad, fue el departamento de Medicina Legal, en el distrito de San Isidro, para pasar los exámenes de ley. Luego volvió a ser llevado hacia el vehículo y trasladado a la Prefectura de Lima, en el centro de la capital, donde quedó detenido en una carceleta.

La antesala de su detención

La noche previa a ser detenido en su casa del distrito de San Borja, Agustín Lozano, el aún presidente de la Federación Peruana, conversó con el exfutbolista y exseleccionado nacional Juan Carlos ‘El Ciego’ Oblitas, el actual director general dentro de la institución. Lo hicieron por teléfono y el hilo de la conversación giró en torno al posible cambio de localía de la Blanquirroja, del Estadio Nacional al Monumental, para el partido contra Chile.

Ambos expresaron su disgusto, porque las autoridades competentes habían negado el permiso para que la selección peruana —penúltima en la tabla de clasificación con seis puntos— enfrentara a su eterno rival futbolístico —último con cinco unidades— en su habitual ‘casa’: el Coloso de José Díaz, Estadio Nacional del Perú. La llamada duró poco y no abordaron otro tema más que ese.

“Anoche conversé con Agustín, telefónicamente. Me llamó justo por el tema de la localía del partido con Chile. Hablamos un rato y, por la mañana, cuando despierto, me encontré con esta desagradable noticia (de su detención)”, confirmó Oblitas, en una reciente conferencia de prensa desde La Videna, a la ingresaron policías por la fuerza y apunta de combazos esa misma madrugada del jueves, como parte del allanamiento dispuesto.

¿Quiénes son los otros detenidos?

En la resolución del juez Carhuancho, fuera de Agustín Lozano, se aprobó la detención preliminar de otras 12 personas. En la lista figuran Joel Raffo Olcese (Sporting Cristal), José Carlos Isla (Juan Aurich), Genaro Miñan Armanza (Liga Departamental de Tumbes), Gisella Mandriotti (Cantolao), Franklin Chuquizuta Alvarado (presidente del Instituto Peruano del Deporte de Amazonas) y Juan Francisco Quispe (Liga Departamental de Tacna).

La completan otros nombres vinculados a la Federación peruana: Fredi Salazar Rondinel (contador), Susan Cochon (gerente de Finanzas y Administración), Jean Marcel Robilliard (exsecretario), Sabrina Martin Zamalloa (secretaria), Óscar Chiri (ex secretario general) y Norma Alva (operadora de venta de entrada).
De acuerdo a la información policial, en el caso Los Galácticos se efectuaron 11 de las 13 detenciones ordenadas por el Poder Judicial. Hasta la publicación del informe, se conoció que aún dos seguían con paradero desconocido.

“Tenemos un fútbol mediocre”

El abogado penalista Luis Lamas Puccio aclaró que este es “un hecho reiterativo” y que es una indagación que tiene ya bastante tiempo. “Se ha generado un universo de circunstancias entre cargos públicos, manejo de recursos públicos y mala utilización de la afición futbolística”, dijo a BioBioChile.

Para el letrado, esto genera una “pésima imagen” ante la opinión pública nacional e internacional, porque deja ver cómo se utiliza la práctica deportiva con “fines contrarios” a la transparencia y ética.

“La corrupción no solamente es pública, ahora la corrupción como delito está inmersa en las asociaciones privadas… (Por eso) tenemos un fútbol mediocre, mercantilizado y que no tiene ningún éxito internacional cuando salimos a competir, representando a la selección o con los clubes privados”, comentó.

¿La FIFA podría desafiliar a Perú?

Según el abogado deportivo Julio García, solo hay un escenario en que la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) puede desafiliar a la selección peruana de Eliminatorias y todas las competiciones: si el Instituto Peruano del Deporte (IPD) intenta tomar el mando, tras la posible salida de Lozano de la FPF.
“Si alguien dice que el IPD tiene que entrar, esa sí sería una situación que FIFA podría cuestionar y llegar a desafiliar al Perú, eso hay que tenerlo muy claro”, señaló.

En ese sentido, para García, la persona que debe asumir el timón de la Federación peruana es Arturo Ríos, actual vicepresidente de la federación peruana y presidente del club Atlético Grau. Su nombre no aparece en el caso Los Galácticos.

“Hay un vicepresidente que debería asumir. Todo lo que está pasando se trata de un tema muy grave, que seguro va a afectar y mucho a la selección peruana, porque estamos a puertas de un partido importantísimo contra Chile”, dijo.

La mañana de este viernes la selección dirigida por Jorge Fossati continuó con los entrenamientos en la allanada Videna de San Luis, el ánimo entre los jugadores y el técnico uruguayo parecía el de siempre: chacota, risas y bailes. Mientras tanto, Agustín Lozano continuaba detenido en la carceleta de la Prefectura, con el temor que el siguiente paso de la fiscalía sea pedir en su contra una prisión preventiva que lo terminaría por dejar fuera de la Federación Peruana de Fútbol.